Este miércoles 19 de febrero a las 01:56 horas de Argentina, según Mía Astral, las 20:56 de Los Ángeles, Estados Unidos, el Sol ingresará en el signo de Piscis, el último del zodiaco. Con este cambio astronómico comienza un período de introspección y cierre de ciclo, que nos prepara para un nuevo comienzo con la llegada del otoño. Aunque el fenómeno no es visible, su influencia sobre nuestra energía es indiscutible.
Piscis, signo mutable de agua, está asociado con la fluidez, la transformación y la sensibilidad, lo que nos invita a reflexionar sobre lo vivido hasta ahora y a hacer espacio para lo nuevo.
Durante este tránsito, el Sol ilumina nuestra esencia más profunda y nos conecta con nuestra intuición. Piscis, bajo la regencia de Neptuno, impulsa a explorar lo espiritual, lo emocional y lo artístico. Es un momento perfecto para hacer un balance del ciclo pasado, integrar lo aprendido y prepararnos para el crecimiento que nos traerá la nueva estación.
Cuando el Sol entra en Piscis, la energía se vuelve más introspectiva y emocional. Este es un momento de cierre, de mirar hacia adentro y conectar con nuestras emociones más profundas. La influencia de Piscis nos invita a sintonizar con nuestra intuición, a meditar sobre lo alcanzado y a reflexionar sobre los cambios que deseamos manifestar. Los días previos al otoño son ideales para limpiar lo que ya no nos sirve y dar paso a lo que realmente deseamos.
Este tránsito también potencia la creatividad y la sensibilidad. Es el momento perfecto para expresarnos a través de las artes, ya sea pintando, bailando, cantando o simplemente dejando que nuestras emociones se desborden de una manera constructiva.
Piscis, al ser un signo mutable, trae consigo una energía de adaptación y transformación. Nos sentimos más conectados con los demás, más empáticos y dispuestos a ayudar. La conexión emocional con los demás se vuelve más importante que nunca, lo que abre puertas a nuevas relaciones y nos invita a sanar aquellas que necesitan ser reparadas.
A nivel general, este es un período de vulnerabilidad, pero también de sanación. Es un buen momento para hacer una limpieza emocional, para soltar lo que ya no nos sirve y para abrazar lo nuevo. Piscis nos recuerda que todo es parte de un ciclo, y con este cambio de estación, podemos prepararnos para renovar nuestra energía y comenzar de nuevo con la llegada del otoño.