La cantidad de titulares y comentarios que en las últimas semanas surgieron con relación al “fallo Levinas” llamaron la atención del ciudadano común que poco entiende de estructuras judiciales y que solo espera de la Justicia la prestación de un servicio para que le solucione el problema por el cual tuvo que acudir a ella.

De este modo, se nos presenta una posibilidad de poder explicar de la manera más sencilla posible por qué desde la gestión de Jorge Macri insistimos con la consolidación de una Justicia local para la Ciudad de Buenos Aires.

Con la resolución del fallo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación -máxima autoridad en materia judicial- determinó que el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad tenía la potestad de revisar sentencias que diriman asuntos locales. Hoy los asuntos en cuestiones Civiles, Comerciales, Laborales y casi todas las Penales son atendidas y resueltos por jueces nacionales y en este proceso no intervenía la máxima autoridad judicial de la Ciudad: circunstancia que no tengo ninguna duda que afecta de manera directa a los porteños que acudieron a la Justicia para resolver sus diferendos.

No es sorpresivo ni llamativo lo que dijo la Corte, ya que esto funciona así en todas las provincias del país. Como he dicho en anteriores columnas o publicaciones, este fallo si bien no implica transferencia de la Justicia ordinaria a la Ciudad, indudablemente representa un paso más en la consolidación de la autonomía de nuestra Ciudad de Buenos Aires.

Sobran las razones para insistir con el traspaso de las competencias judiciales que hoy todavía dependen del Gobierno nacional a la órbita de la Ciudad.

La primera de ellas es, ni más ni menos, porque lo dice la Constitución nacional. En la reforma de 1994 se estableció la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. Y eso, nos guste o no, es una decisión que tiene que respetarse y llevarse a cabo. ¿Por qué normalizamos no cumplir con lo que exige la Carta Magna? Después de 30 años, todavía vivimos las consecuencias de esa inmovilización.

El segundo argumento que me viene a la mente se relaciona con nuestros atributos porteños. Los vecinos de la Ciudad merecen soluciones locales para sus problemas locales. No es lo mismo la resolución de un problema entre porteños que la que puedan tener cordobeses, mendocinos, salteños y santacruceños entre sí. Cada distrito tiene sus hábitos y costumbres, su propia impronta.

El impacto de una determinada acción no necesariamente es el mismo en uno que en otro. En este sentido, quisiera resaltar algo que mencionó el Jefe de Gobierno, Jorge Macri: por un lado están las competencias y por otro las “incumbencias”. Nosotros estamos trabajando para avanzar con los traspasos pendientes, no solamente porque nos compete, sino porque nos incumbe.

Tenemos la vocación de hacernos cargo y, además, se lo debemos a los porteños. ¿Qué nos define como Gobierno? ¿La norma escrita o la voluntad de cuidar, abrazar, llegar y dar respuesta a las necesidades de aquellos a quienes representamos? Yo creo que ambas.

Nosotros, como gestión de gobierno, sabemos que somos pasajeros, pero las discusiones que estamos dando y sobre todo los progresos que logremos hoy van a perdurar por generaciones. La tercera razón sobre por qué insistimos con esto tiene que ver directamente con nuestra convicción: creemos en la Justicia como un servicio para el ciudadano. Ser autónomos nos va a permitir elevar ese servicio con cercanía, al convertirlo en un servicio local.

Ya lo demostramos, aparte. Llevamos 18 años al frente de la Ciudad y todos los traspasos que logramos, los gestionamos mejor. Con la transferencia de la Policía pudimos crear un cuerpo local formado, especializado, dotado de las mejores herramientas para cuidar a la gente y eso propició resultados directos en la seguridad. Hoy somos la capital más segura de América Latina y tenemos la tasa de homicidios más baja de los últimos 10 años.

También llevamos adelante una muy buena gestión del Subte y el Premetro, a los que se suman las 31 líneas de colectivo que recibimos de parte de Nación el año pasado. Recientemente anunciamos el Sistema Integrado de Movilidad Urbana, con una inversión de 370 millones de dólares para la compra de 174 vagones de subte, la activación de sistemas multipagos en colectivos y la llegada de buses eléctricos a la zona céntrica de la Ciudad, que van a recorrer el casco histórico. Todo esto lo logramos estando cerca.

Nadie mejor que los porteños para conocer cuáles son los problemas de los porteños y cómo solucionarlos. Eso mismo queremos hacer con el traspaso de la Justicia a la Ciudad: un servicio que, para cualquiera que lo haya vivenciado, hoy presenta un número significativo de falencias. Queremos darle al ciudadano una resolución de conflictos local, rápida, transparente y segura.

Más eficiente y ordenada. Que simplifique, incorpore tecnología y no agregue más trabas para el acceso a la Justicia. En conclusión, queremos hacerlo porque nos compete, pero sobre todo porque nos incumbe. Somos una gestión que nació con la rebelde y terca vocación de terminar con las dilaciones y lograr de una vez por todas la plena autonomía que merecemos.

Hace 18 años que gestionamos esta Ciudad para darle a los porteños el mejor servicio que ellos se merecen. Todo lo que le corresponde a la Ciudad debe ser de la Ciudad. Y en ese reclamo nos van a encontrar hasta que se termine de cumplir lo que hace 30 años dispuso nuestra Constitución nacional.

Gabino Tapia es ministro de Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



Fuente Clarin.com

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