El edificio que ahora alberga El Museo de Historia Natural comenzó su vida como una escuela. Llamada Artículo 123 Naciones Unidas, esta fue la primera escuela primaria de la ciudad y fue fundada por la educadora Amelia Wilkes en 1951. Wilkes no solo se desempeñó como directora de la escuela, sino que también “administró el suministro eléctrico, fue jefa de la comisión de agua y llegó a ser la primera subdelegada mujer cuando Baja Sur todavía era territorio de México”. Aunque la escuela cerró, cuando el museo abrió sus puertas en 2006, el espacio se convirtió, una vez más, en un sitio de aprendizaje y exploración.

Ubicado en la Plaza Amelia Wilkes Cesena, el museo cuenta las historias de esta región, desde la historia más reciente de la colonización española y la Revolución Mexicana hasta las maravillas prehistóricas encontradas bajo tierra y bajo el agua.

Sin embargo, el origen del museo fue el descubrimiento de herramientas antiguas. Como explicó Roberto Cuétara, director del museo, Los Cabos Guide En 2016, un proyecto de construcción de 1992 desenterró “muchos metates (una piedra de moler primitiva utilizada para moler granos y semillas) y manos de metate (herramienta manual que se utiliza para moler)”. El descubrimiento de estas herramientas fue una maravilla arqueológica y el Instituto de Antropología de La Paz fue notificado de inmediato. “La construcción se suspendió durante nueve meses mientras continuaban las excavaciones”, dijo Cuétara. “Se determinó que algunas de las herramientas descubiertas se habían utilizado en ceremonias, otras en actividades diarias”.

Esta historia que se esconde bajo la superficie inspiró la creación del museo.

En el interior del museo, las herramientas antiguas se encuentran junto a restos fosilizados (que datan de hace dos millones de años) de una mandíbula de cebra hallada en la Sierra de la Laguna y de un tigre dientes de sable. En el vestíbulo, murales llamativos representan la historia de Los Cabos, desde sus ancestros indígenas hasta la colonización jesuita.

Pero quizás el aspecto más interesante del museo es su extensa colección de hallazgos arqueológicos. La sala de arqueología, una de las siete salas de estudio únicas del museo, alberga artefactos de grupos indígenas que alguna vez vivieron en la parte sur de la península de Baja California.

El Museo de Historia Natural es pequeño, pero en ese pequeño espacio, Cuétara y su equipo están trabajando duro para preservar la frágil historia de la región. El trabajo es financiado tanto por el gobierno local como por donaciones, por lo que mantenerlo en funcionamiento siempre es un desafío. “Nuestro museo es muy pequeño”, dijo Cuétara a Los Cabos Guide. “Mi esperanza, de hecho mi intención, es crear un museo más grande y dedicar este espacio actual a la historia temprana de Cabo San Lucas”. A principios de 2024, parte de este sueño se hizo realidad cuando el museo agregó una sala de exposiciones que lleva el nombre de Cuétara. Este nuevo espacio albergará una serie de artefactos diferentes, incluidas piezas que exploran la historia de la navegación de la región.





Fuente atlasobscura.com