La sensación de “mariposas en el estómago” es una reacción natural del cuerpo ante emociones intensas, como un examen, una presentación en público o el enamoramiento. Surge por la activación del sistema nervioso simpático y la estrecha conexión entre el cerebro y el intestino.
Es común en la etapa inicial del amor, cuando la atracción por alguien genera un torbellino de nervios y emoción, pero también puede aparecer en otras situaciones, como antes de una entrevista de trabajo.
Francisco Molins, profesor del Máster Universitario en Neuropsicología Clínica de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), explica al sitio especializado en Salud, Cuídate Plus, que en el caso del amor, las mariposas en el estómago suelen aparecer cuando la persona se siente atraída por alguien.
“Esta fase inicial suele acompañarse de síntomas que podrían ser buenos indicadores de que nos estamos enamorando o, al menos, de que nos está empezando a gustar seriamente una persona”, argumenta el especialista.
Esta sensación está vinculada a la conexión entre el sistema nervioso y el aparato digestivo. En el estómago y el intestino, una red de neuronas reacciona automáticamente a las emociones. Cuando una persona se encuentra nerviosa o emocionada, su cuerpo libera sustancias como adrenalina, serotonina y dopamina.
El neuropsicólogo Molins lo resume con una frase: “El amor nos estresa”. Y es que, ante esta revolución interna, el corazón se acelera, el estómago se encoge y el cuerpo responde a ese torbellino de sensaciones. Esto ocurre porque el cerebro libera dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer, y activa otra parte del cerebro llamada amígdala, que a su vez libera noradrenalina. Esta sustancia pone en marcha el sistema nervioso simpático, encargado de las reacciones de estrés, y provoca esa sensación de nervios en el estómago.
Este proceso explica por qué, en situaciones de gran carga emocional, el estómago parece encogerse y aparecen las conocidas “mariposas”. “Literalmente, nuestro estómago se encoje, sintiendo esa especie de nudo”, describe el experto.
Sin embargo, la clave está en la interpretación del cerebro: mientras que en otros contextos esta reacción puede percibirse como ansiedad, en el enamoramiento se experimenta de manera poética. “No es un nudo, son mariposas”, concluye Francisco Molins.