La manera en cómo llevamos el cabello, suelto o recogido en el caso de las mujeres, es una manera de mostrarse ante el mundo. Porque el pelo, natural o teñido, dice mucho de una persona, al menos desde el punto de vista externo.
Los estereotipos sobre las mujeres, y desde hace algunos años también sobre los hombres, muchas veces parten del color de su cabello. Pero esto es fácil de controlar.
Una visita a la peluquería puede cambiar el tono natural del cabello. De esta manera, una mujer morocha puede convertirse en rubia gracias a la tintura y a otros cuidados.
Más fácil aún es decidir llevar el cabello corto o largo, suelto o recogido. Sin embargo, estas decisiones podrían indicar ciertos rasgos a nivel psicológico.
Un artículo del sitio Psychology Today afirma que el cabello es “parte de la identidad de una persona porque ayuda a definir la personalidad que intentas crear para impresionar a los demás, ya sea como un intelectual, un ser sexual, un rebelde o una combinación de las anteriores”.
El cabello también puede influir en la forma en como alguien se define a sí mismo.
Durante la adolescencia, recuerda el artículo, el cabello madura hasta su forma más o menos definitiva, dejando atrás la textura e incluso el color de la infancia. “Este aspecto del desarrollo del cabello es quizás el más interesante: a diferencia de los rasgos de la cara y el cuerpo que llevan la marca del paso del tiempo, el cabello podría permanecer inalterado durante décadas con poco esfuerzo”, agrega.
Como describen la socióloga de la Universidad de Kent Julia Twigg, y la de la Universidad de Gakashuin, Japón, Shinobu Majima, la tesis de la reconstitución del envejecimiento sostiene que la vejez sufrió un cambio a finales del siglo XX.
Los llamados patrones de edad ya no existen, y las expectativas sobre lo que es apropiado a determinadas edades ahora es muy personal.
Las catedráticas dicen que “un cabello controlado y bien cuidado es particularmente importante para las mujeres mayores, ya que evitan el estado de abandono o trastorno, que se manifiesta por un cabello rebelde o descuidado”.
En un estudio, teniendo en cuenta los gastos en ropa, peluquería y cosméticos, se ha demostrado que las mujeres mayores gastan más en peluquería y cosmética.
“La forma en que prepara el rostro y el cabello que presenta al mundo exterior puede reflejar las convenciones culturales prevalecientes en su propia transición a la edad adulta”, dicen las expertas.
En tanto, otro artículo, en el sitio Su Médico, asegura que quienes llevan el pelo suelto son “personas tranquilas y relajadas, que se sienten bien consigo mismas y que quieren que los demás los perciban de manera natural”.
Agrega que también “cuando una persona no lleva peinados muy complicados y prefiere llevar su cabello suelto, suele relacionarse con una personalidad mucho más flexible o que se adapta al cambio con mayor facilidad”. Podrían ser más creativas y abiertas a las nuevas ideas.
El cabello suelto, claro, también está asociado con la libertad y la naturalidad. “De acuerdo con un artículo de Ecoosfera, las personas que suelen llevar su cabello sin peinados buscan dar una impresión de que son libres, desenfadados y que no se preocupan demasiado por las cosas superficiales”, agrega Su Médico.