El Parque Nacional Yellowstone, el primero en instalarse en Estados Unidos, es el hogar de uno de los sistemas volcánicos más grandes de todo el mundo. Uno de ellos, conocido como “supervolcán”, es la caldera de Yellowstone, que calienta géiseres, fuentes termales y lodazales de la zona.
A finales de 2024 circularon versiones sobre una reciente actividad de la caldera, formada hace unos 640.000 años, cuando ocurrió su última erupción. Un estudio publicado en la revista Nature y dirigido por Ninfa Bennington, geofísica del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), con todo, afirma que la posibilidad de una erupción de gran magnitud no es inminente.
Si bien el magma permanece activo, estudios recientes, como el citado, indican que la actividad volcánica futura podría concentrarse en la parte nordeste del parque, una región que tampoco muestra signos de inestabilidad, según los datos obtenidos a principios de 2025.
De todas formas, el “supervolcán” siempre produce temor, justificado porque durante su antiquísima erupción liberó una cantidad de material volcánico 1.000 veces superior a la del monte Santa Helena, en 1980.
Si el supervolcán más temido del mundo despierta: ¿podríamos usar su energía a nuestro favor?
Un artículo de National Geographic da algunos datos de su peligrosidad: “Hace 640.000 años, un enorme volcán entró en erupción en el actual Parque Nacional de Yellowstone, Estados Unidos, creando una caldera que mide 45 kilómetros de ancho y 75 kilómetros de largo. A su vez, la Agencia Espacial Europea (ESA) explica que es uno de los respiraderos de la Tierra más grandes que existen y se encuentra en estado activo”.
Y agrega la poderosa revista que “Lo que trae a Yellowstone como un volcán peligroso es que estudios publicados por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL NASA, según sus siglas en inglés) lo clasifica como un super volcán cuya erupción cataclísmica sería capaz de “sumir al mundo en una catástrofe y llevar a la humanidad al borde de la extinción”.

La JPL indica que “la reserva poco profunda de magma en el supervolcán de Yellowstone aguarda un total de 15 000 kilómetros cúbicos y reside a 5 y 16 kilómetros de profundidad”.
En los últimos dos millones de años, la caldera registró tres erupciones separadas por enormes períodos de cientos de miles de años, según han constatado los geólogos. Más allá de su potencial destructivo, la caldera podría ser aprovechada para producir energía, algo que las leyes del Parque, sancionadas en 1970, por ahora, prohíben.
Energía geotérmica en juego
La energía geotérmica (la que se obtiene del calor almacenado en el interior de la tierra) es una realidad, a miles de kilómetros de Wyoming, sede del Yellowstone. Con un suelo de fuego, que contrasta con el helado clima de la región, Islandia obtiene casi toda su energía de fuentes renovables, según explica el sitio Visit Iceland.

pozo de una planta de energía geotérmica, en Hellisheiði, Islandia. (Foto Simone Tramonte/World Press Photo 2023)
“En el siglo XX, los islandeses aprovecharon estos recursos naturales y esto fue un factor importante para ayudar a transformar la población de una sociedad pobre y dependiente del carbón a la que actualmente disfruta de un nivel de vida muy elevado. Con un 85 % de sus necesidades energéticas básicas satisfechas con recursos renovables propios, Islandia se encuentra a la cabeza de la producción sostenible de energía”, añade el sitio.
En Islandia, “un 73 % de la electricidad es producida por plantas de energía hidráulica y un 26,8 % procede de energía geotérmica”. Es más, nueve de cada diez hogares de la isla se abastecen de agua calentada con energía geotérmica. “El agua caliente limpia y asequible llega a las casas directamente a través de perforaciones y tuberías”, dice Visit Iceland.

Energía de un futuro mejor
Un artículo del sitio de información corporativo del BBVA explica que “la energía geotérmica no depende de elementos climatológicos como el sol, el viento o la fluctuación de las temperaturas exteriores, es sencilla de captar y aprovechar. Y tampoco necesita transporte ya que al almacenarse en rocas, suelos y aguas subterráneas no es necesario importarla”.
En países con gran potencial geotérmico, además de Islandia, Turquía e Italia, las temperaturas en numerosos enclaves superan los 150 º C. Estos yacimientos pueden variar desde los de altas temperaturas —pueden rebasar los 150 º C y permiten producir electricidad a partir de vapor de agua— hasta los de muy baja temperatura que se sitúan unos pocos metros por debajo de la superficie, con temperaturas de 15 a 19 º C.
“Para aprovechar esta energía natural del subsuelo se utiliza una bomba de calor geotérmica que lo captura y lo distribuye en la vivienda para su climatización y producción de agua caliente. Es un sistema de calefacción que reduce el gasto, completamente ecológico y muy silencioso”, añade el artículo del BBVA.