Viajar con un bebé o un niño pequeño puede ser divertido, frustrante e incluso revelador.

La planificación es clave, y también lo es la voluntad de adaptar el viaje al viajero más joven del grupo.

Como aconseja la Dra. Elizabeth Barnett, directora del programa de viajes pediátricos del Centro Médico de Boston: “Si lleva a un niño pequeño, todo gira en torno al niño”.

1) Elija uno (o dos) destinos

No es el momento de hacer un viaje de “nueve capitales europeas en siete días”. Piense en elegir un lugar o dividir su viaje entre dos destinos.

Eso le permitirá instalarse y organizar el horario de sueño. A la mayoría de los niños pequeños les encantan las rutinas.

Butacas, esenciales para viajes con chicos. Foto ShutterstockButacas, esenciales para viajes con chicos. Foto Shutterstock

Si encuentra el parque infantil o la panadería adecuada, su hijo disfrutará volviendo.

2) Cómo llegar: estrategia y suerte

Aeropuertos, aviones, viajes largos en coche o en tren: dependiendo del carácter de su hijo, todos ellos son importantes. Prepárese para distraerlo, tranquilizarlo, cantarle, amamantarlo… lo que sea.

En el caso de los niños pequeños, los pediatras coinciden en que los viajes son la ocasión perfecta para olvidarse de las normas sobre el tiempo frente a la pantalla y recurrir a dispositivos y programas que ayuden a pasar el rato.

Para los bebés, chupar algo a bordo del avión puede ayudarlos con los dolorosos cambios de presión del aire en los oídos, así que lleve un chupete y un biberón, y si está amamantando, vístase para amamantar cómodamente en semipúblico.

Llevar juguetes y snacks para entretener a los chicos. Foto ShutterstockLlevar juguetes y snacks para entretener a los chicos. Foto Shutterstock

No le dé a su bebé medicamentos para conciliar el sueño a menos que lo haya consultado con el pediatra y, si lo autoriza, pruébelos primero en casa por si aparecen reacciones negativas. Healthychildren.org, de la Academia Americana de Pediatría, es una buena fuente de consejos para viajar en avión con bebés.

Tenga en cuenta que si una silla de auto para bebés se va a utilizar en un avión, debe decir en la etiqueta que está certificada para su uso en aviones.

Algunos niños se comportan perfectamente en vuelos largos, mientras que otros se ponen muy mal. Pero todos los niños son capaces de ambas conductas.

De usted depende llevar consigo material y diversiones, snacks, mudas de ropa y una sonrisa amable y de disculpa en caso de que su hijo interfiera en la comodidad de los demás pasajeros.

Durante el viaje, ser más flexible con las reglas sobre las pantallas. Foto Emirates.Durante el viaje, ser más flexible con las reglas sobre las pantallas. Foto Emirates.

3) El lugar de alojamiento importa

Muchas personas con niños pequeños prefieren alquileres vacacionales con cocina. Los hoteles, sin embargo, pueden funcionar bien -los desayunos buffet y los servicios de limpieza siempre son útiles-, pero consulte los comentarios en Internet para ver si los huéspedes con bebés y niños pequeños tuvieron buenas experiencias.

En cuanto a las cunas, avise al hotel e infórmese con antelación sobre la disponibilidad. Airbnb tiene un filtro para quienes buscan cunas. Muchos alojamientos especifican el equipamiento adicional, incluidos los monitores para bebés. Lo mejor es ponerse en contacto con el anfitrión. Recuerde que “apto para niños” no significa “a prueba de niños”, así que fíjese en los detalles y preste especial atención a escaleras, chimeneas, piscinas y jacuzzis.

4) Duerma cuando su bebé duerme

Los horarios de sueño varían mucho de un niño a otro. Algunos bebés pueden dormir en cualquier sitio y de cualquier forma, y otros necesitan una habitación tranquila y oscura.

Sea flexible: en esto, como en tantas otras cosas, es más probable que el viaje salga bien si se siguen los horarios del niño que si se insiste en un horario de adulto con un niño dormilón y malhumorado.

5) Elija restaurantes adaptados a los niños

No decante por lo lujoso, sino por lo acogedor, e intente ir en horas de poca afluencia de público.

Su restaurante ideal es un lugar donde las familias vienen a comer y a relajarse.

Un aspecto encantador de viajar por España e Italia, por ejemplo, es que si se encuentra con una cena tardía con un bebé o un niño pequeño muy activo, todo el mundo se dará por aludido. Y sea cual sea la hora, si encuentra un lugar que funcione -y platos que su hijo pequeño aprecie-, prepárese para volver.

6) Deshágase de las listas de visitas “para adultos”

Puede que le encante visitar todas las iglesias y colecciones de arte, pero no en este viaje. Elija una o dos cosas que más le guste hacer, piense si le vendría mejor un portabebés o un cochecito, y prepárese para acortar o suprimir la misión.

Empiece con expectativas limitadas y quizá lo sorprenda la capacidad de adaptación de su hijo.

7) Lleve el equipamiento adecuado

Sí, necesita un cochecito plegable, y sí, necesita una silla para el auto. Una cuna portátil le garantiza una superficie segura para dormir y también puede servirle de corralito en una habitación extraña.

También hay sillas para comer portátiles, que se enganchan al borde de la mesa.

8) Tenga en cuenta las vacunas, los planes de emergencia y la seguridad del agua y los alimentos

Mucho antes de salir, consulte al pediatra de su hijo. Asegúrese de que las vacunas estén al día y comente si son necesarias otras.

Para las zonas remotas, considere la posibilidad de consultar a un experto en medicina del viajero, y hable de las vacunas especiales y los medicamentos antipalúdicos.

Lleve la medicación que su hijo toma habitualmente, y pregunte a su pediatra cómo comunicarse si surgen problemas. También puede consultar con antelación a los anfitriones de los alquileres o a los conserjes sobre los médicos y hospitales locales, con especial referencia a la pediatría.

Si su hijo enferma durante el viaje, “lo primero es hacer lo que haría si estuviera en casa”, dice Barnett. Considere la posibilidad de llevar paracetamol líquido o ibuprofeno.

Un niño con vómitos o diarrea necesita líquidos inmediatamente para evitar la deshidratación, y cuanto más pequeño sea el bebé, más importante es buscar atención médica local.

En una zona sin agua potable, la lactancia materna es una forma de mantener a salvo al bebé; para un niño que beba cualquier otra cosa, sea riguroso con el uso de agua hervida o embotellada, y limítese a los alimentos cocinados y las frutas que se pueden pelar.

9) No pierda de vista el sol

Esté donde esté, dé prioridad a la seguridad frente al sol. Lleve protección solar y sombreros, y mantenga a los niños pequeños tapados cuando les dé el sol.

Si necesita tanto protección solar como repelente de insectos, aplique primero la protección solar

Perri Klass / The New York Times. Especial para Clarin



Fuente Clarin.com

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