– ¿Cómo ve el escenario financiero global para los próximos meses?
– Las negociaciones por las tarifas de Estados Unidos siguen vigentes. Hubo ciertos acuerdos con China, pero todavía negocian con la Unión Europea. Hay una incertidumbre mayor. Para Estados Unidos esperamos que la inflación suba un poquito y una baja cautelosa de la tasa en diciembre. Por otra parte, el debilitamiento del dólar en el pasado fue bueno para las economías emergentes. A pesar de eso, esperamos una desaceleración global en la segunda mitad del año con un 40% de probabilidad de recesión. Entonces tenemos un dólar más débil, pero también un crecimiento más débil. Por eso, no hubo mucho flujo de capital hacia los emergentes. Pero si se consolida el dólar a la baja y se recupera la actividad global, puede ser mejor para nuestra región en 2026.
– El JP Morgan recomendó el viernes “tomarse un respiro” y vender bonos en pesos. ¿Por qué?
– El informe es sobre títulos de corto plazo en pesos. Pero nuestros equipos cubren la mayoría de los activos argentinos. Si bien somos constructivos en Argentina para los próximos trimestres, se tomaron ganancias sobre una recomendación que se hizo hace unas semanas atrás. Sin embargo, recomendamos mantener sobreinvertidos en Argentina en bonos en dólares y acciones. En este caso, mis colegas prefirieron tomar ganancias esperando un escenario futuro más atractivo. Estas recomendaciones se hacen pensando en un portafolio global. Argentina compite con Brasil, Colombia, Sudáfrica y Turquía…no significa que perdimos la confianza.
– ¿Cuáles son los riesgos a corto plazo?
– El riesgo político es transversal a todas los activos. Esperamos que el oficialismo tenga una buena elección en octubre y consolide las reformas y el superávit fiscal. El déficit de cuenta corriente del primer trimestre del año nos sorprendió. Por eso, revisamos nuestra proyección del rojo externo y lo subimos al 1,8% del PBI desde el 1,4% previo, bastante por encima del programa con el Fondo Monetario. Argentina gasta más en turismo y en servicios que hace dos años. El consumo en el primer trimestre llegó a su nivel máximo y en abril se recuperó 13% en términos reales desde los mínimos de abril del año pasado. Entonces es lógico una mayor demanda por turismo. Ahora, es menor a Uruguay y Chile en relación al PBI. El turismo va a seguir creciendo, pero no es alarmante.
– ¿Y el dólar es un riesgo?
– Julio tiende a ser un mes un poco volátil en lo cambiario. Lo vimos en julio del año pasado, cuando se estableció un cambio monetario con presencia del Banco Central en el mercado paralelo. E incluso, en julio del 2016, cuando estaba Federico Sturzenegger en el Central en su primer año, tuvo que intervenir. Es un mes más complicado porque disminuye el flujo de dólares del sector agrícola. Argentina no está barata como en trimestres anteriores porque la economía está creciendo un 7% y eso presiona sobre la cuenta corriente, pero no creo que peligre el crecimiento porque ya no hay déficit fiscal, el gobierno busca abrir la economía y están subiendo las tarifas. Eso impacta sobre el tipo de cambio real.
– ¿Es sostenible endeudarse para comprar reservas?
– No es sostenible. El Bonte es un bono del tesoro en moneda local, donde el Banco Central hace de intermediario, por eso se registra con un aumento de reservas. Van a incrementarse las reservas con la emisión de deuda en moneda local con inversores no residentes. Esto le va a dar espacio a los agentes locales y los bancos que se llenaron de deuda en moneda local, a veces sin tener la voluntad de hacerlo para que puedan seguir incrementando el crédito en pesos. Vamos a tener acceso al mercado en dólares antes de final de este año. Y eso va a permitir que el Tesoro siga emitiendo deuda local. Ahora, respecto a lo que necesitamos y figura en el programa, no se vino ejecutando hasta ahora. Seguramente, el Banco Central va a comprar comprar reservas orgánicas antes de fin de año.
– La baja la inflación a costa de reservas y un posible enfriamiento de la actividad, ¿puede tensionar el dólar antes de octubre?
– Si el Banco Central interviene para evitar que el tipo de cambio nominal suba un 5% u 8%, eso puede ser malo para el mercado y tensionar. Pero no creo que sea el caso. No descarto que pueda haber un escenario en que de repente el peso argentino se deprecia 5% contra el dólar, puede pasar en una economía pequeña y abierta, le pasa a Brasil, Chile y Colombia, ¿por qué no le va a pasar a Argentina? Si mantienen el programa, se va a abrir espacio para comprar reservas. Si mañana te baja el precio del petróleo y la soja un 30%, lo lógico es que el dólar suba. Esto no es algo dañino para la economía. Nos tenemos que adecuar a un régimen en donde por dos meses veamos que el dólar sube un 5%, un 6%, y dos o tres meses después vuelva a bajar. Yo me preocuparía si viera lo opuesto, si hay intervención para contener el tipo de cambio.
– En mayo, se registró la mayor intervención sobre el dólar futuro en la era Milei
– Sí, es una forma de influir, no pega en las reservas, pero es una intervención del Banco Central en el mercado. Todavía estamos en un proceso de estabilización. Veníamos justo de liberar los controles de de capital para individuos y del aumento de la demanda de dólares de los hogares en abril y mayo. Tenemos también el acceso de inversores internacionales a la deuda en pesos. No es algo que quiero ver en forma permanente, no me seduce. Creo que que en junio no hubo un cambio importante en la posición del Banco Central porque hubo ventas muy fuertes de dólares del agro.
– Después de las elecciones, ¿esperan una suba del dólar, un plan de transición o un recambio del equipo económico?
– Siempre hay espacio para correcciones, no creo que haya un ajuste discreto del tipo de cambio. Pero vamos a seguir viendo una evolución macro financiera, el Congreso tiene que aprobar reformas claves, va a aumentar la inversión extranjera directa. Si al gobierno le va bien como esperamos, no solo van a haber mayores flujos del RIGI, sino también de inversión extranjera directa. Y se seguirá corrigiendo en el margen el programa, pero el año que viene ya no van a existir más los controles de capital para la girar dividendos de las empresas. Lo más importante sigue siendo el ancla fiscal. Van a seguir existiendo ajustes. El equipo económico hizo una laboral titánica, no creo que haya cambios. El mercado está muy conforme con lo que hicieron.