“Soy un laburante, un luchador y por sobre todas las cosas, un gran soñador”, dice Luis Ventura, periodista, conductor y manager de jugadores. Baja de su Corolla Cross negro, esquiva el barro y las gallinas sin ensuciar el conjunto deportivo azul y cruza el césped hasta su oficina, debajo de una de las gradas del estadio Saturnino Moure. A las 11 recibirá al camión de yogures para el plantel de jugadores; a las 12 tiene una entrevista para el canal América.

Se lo suele ver en televisión, rodeado de luces, escándalos y figuras del espectáculo, pero Ventura sigue eligiendo su escenario favorito: el Club Atlético Victoriano Arenas (CAVA), en Valentín Alsina, Lanús, un “club de barrio que se caracteriza por ser un foco educativo”.

Recuerda haber estado vinculado al fútbol desde la cuna y a su infancia jugando a la pelota en Parque Lezama. Detrás del periodista que preside APTRA, el hombre de los Martín Fierro y los titulares explosivos, hay alguien que no deja de amar al fútbol ni un solo día.

La pasión lo empujó a las inferiores del “Granate”. Fichó en 1968 y para 1977 ya había debutado en primera. Fueron pocos partidos, pero la experiencia dejó huella: entrenamientos con planteles mayores, interés de clubes grandes como River, San Lorenzo y Temperley y hasta una preselección para la selección nacional convocada por el Flaco Menotti.

“Mi viejo no quería que estudiara Filosofía y Letras por la dictadura, así que me metí en Ingeniería”, cuenta. Dividido entre el fútbol, el periodismo y la facultad —en la que llegó a aprobar 22 materias—, en 1978, el año en que Argentina ganó el Mundial, Ventura empezó a jugar en Victoriano Arenas mientras cubría el mundial como periodista para la revista Goles y Crónica.

“A mí el fútbol siempre me gustó. Con o sin entrenamiento, yo jugaba en los potreros, jugaba por plata”, afirma. El amor por Victoriano no se fue nunca. La primera vez que se probó en el club, tuvo que cambiarse debajo de un ombú, en la vereda, porque no había vestuarios. Desde entonces lleva al club de barrio con orgullo: “Me gustó la idiosincrasia, el folclore que me daba este club. Como siempre me trataron bien, no me fui nunca más”.

Ventura sigue ligado al club, aunque el tiempo ya no le alcanza como antes. “Estoy creciendo en todas las actividades”, dice entre la presidencia de APTRA, sus trabajos en televisión y su agenda mediática. Sin embargo, hay un lugar al que nunca falta: el banco de suplentes los días de partido. “Si no es dentro de la cancha, es en el banco”.

Su rol actual en Victoriano va más allá de ser manager o director deportivo. Durante su gestión, asegura que el club ganó visibilidad: “Con mi llegada, nos vieron desde otro lugar”. Las marcas se acercan, las intendencias apoyan y la función social se multiplica. “Victoriano está en una zona periférica y puede ser un buen foco educativo y social”.

Dirigir en las categorías más bajas del ascenso es mucho más que entrenar: es convivir con un vestuario de futbolistas que, en su mayoría, tienen otro trabajo además de jugar. “Hay electricistas, peluqueros, preparadores físicos, albañiles, tipos que a la noche hacen turnos cuidando una fábrica. De todo”.

Sobre la relación entre el fútbol y el espectáculo, revela: “Son lo mismo. Cambias vestuarios por camarines, vedetongas por vedetongos. En ambos mundos hay artistas, soldados, egos y pasión. El fútbol también es un arte. Si no lo sabes transitar, te quedas afuera”.

Como técnico, Ventura tiene una filosofía clara: iniciativa, creatividad y actitud. No acepta “jugadores sobones”. Quiere equipos que salgan a ganar, aunque no siempre lo logren. “Yo necesito gente que interprete mi mensaje”, explica. Y busca que sus jugadores tengan libertad, incluso en categorías donde eso suele escasear.

El club es parte de su identidad. Tanto que ya dejó dicho que quiere que sus cenizas se dispersen en la cancha, en la isla. “Este club me representa. Me gustaría dedicarme 100% al fútbol. Si me preguntan si me queda algún sueño, lo digo sin vueltas: jugar la final de la Copa Libertadores”.



Fuente Clarin.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *