El pasado jueves 27 de marzo, el Palacio de Buckingham informó que el rey Carlos III tuvo que ser hospitalizado luego de experimentar algunos “efectos secundarios temporales” vinculados al tratamiento contra el cáncer. Por esto, suspendió las actividades que tenía programadas para los dos últimos días de la semana pero sí se encargó de enviar un sentido mensaje.
Ya de regreso en Clarence House, su residencia de Londres, los profesionales que lo atienden le aconsejaron descansar y desactivar la agenda “como medida de precaución”.
Sin embargo, desde allí continuó su trabajo realizando llamadas, revisando documentos oficiales y ocupándose de lo que sucede en el mundo.
Entre otras cosas, este sábado 29 de marzo, el monarca se dirigió al pueblo de Myanmar, que el viernes sufrió un violento terremoto de magnitud 7,7 y que, hasta el momento, dejó más 1.600 muertos y 3.400 heridos.
En un conmovedor texto que publicó en las historias de Instagram de la cuenta oficial @theroyalfamily, sostuvo que: “Mi esposa y yo quedamos profundamente conmocionados y entristecidos al enterarnos del devastador terremoto en Myanmar, con su trágica pérdida de vidas y terribles daños a viviendas, edificios y medios de vida, sin mencionar la destrucción de pagodas sagradas, monasterios y otros lugares de culto”.
Y agregó: “Sé que el pueblo de Myanmar sigue soportando muchas dificultades y tragedias en su vida, y desde hace mucho tiempo admiro su extraordinaria resiliencia y espíritu”.
Finalmente, el rey Carlos III envió su “más sentido pésame a todos aquellos que sufrieron la profunda tragedia de perder a sus seres queridos , sus hogares y su preciado sustento”.
Hace poco más de un año, en febrero de 2024, el Palacio de Buckingham anunció que al rey Carlos III le habían diagnosticado cáncer después de haberse realizado una cirugía por un agrandamiento benigno de próstata. Sin embargo, nunca se dieron detalles de qué tipo de cáncer padece.
En ese momento, el monarca -que hoy tiene 76 años-, se retiró de sus funciones públicas durante unos tres meses, pero continuó cumpliendo con sus deberes de Estado, como revisar documentos gubernamentales y reunirse con el primer ministro.
Desde ese momento hasta hoy, la salud del rey fue un tema que oficialmente se trató con hermetismo, no se especificó ni el tipo de enfermedad ni el tratamiento que aún se encuentra realizando.
En este marco es que el jueves tuvo que suspender sus actividades y ser hospitalizado. En este sentido, los medios británicos señalaron que ingresó a una clínica de Londres por sus propios medios y sin compañía.
“El Rey experimentó efectos secundarios temporales que requirieron un breve período de observación en el hospital”, explicó el vocero del Palacio de Buckingham. Y detalló: “Por consiguiente, los compromisos de la tarde de Su Majestad se pospusieron”.
Pocas horas más tarde de conocerse esta información, en un segundo comunicado oficial, la Casa Real informó que Carlos III había recibido el alta y que regresaría a su vivienda.
Finalmente, desde Buckingham aclararon que este episodio no fue de gravedad que requirió solo algunas horas de observación de la salud del rey.