El 7 de diciembre de 2024 había sido la última vez que la familia de Máximo Napa Castro, un pescador de 61 años, supo de él. El hombre, de nacionalidad peruana, pasó 95 días a la deriva en altamar, y fue encontrado en estado crítico por una embarcación ecuatoriana que navegaba en la frontera con Ecuador.

La noticia fue confirmada por Inés Napa, una de las hijas del náufrago. Durante una entrevista televisiva con el programa RPP Noticias, contó que después de recibir los primeros auxilios su padre se estabilizó, y se está recuperando de las heridas y quemaduras que le causó la prolongada exposición al sol, y un cuadro de desnutrición y deshidratación.

“Mi padre es un guerrero”, dijo la joven a pura emoción. “El motor de su barco dejó de funcionar un mes después de que zarpó, y el 21 de diciembre fue su última comunicación por radio, que también se rompió, y ahí ya no pudo hacer nada, solo sentía cómo se lo llevaba la marea”, explicó, y detalló que la última señal lo ubicó a 40 millas de la Isla Santa Rosa, en Pisco.

Fueron tres meses de incertidumbre e impotencia para toda su familia, que radicó la denuncia de desaparición cuando dejó de recibir novedades suyas, y toda la comunidad pesquera peruana los ayudó a buscarlo, mientras ellos pedían a las autoridades marítimas un rastreo aéreo.

Máximo, más conocido como Gatón, por el nombre de su embarcación artesanal, Gatón II, había zarpado el 6 de diciembre desde Marcona, Ica. “El 16 de febrero fue su cumpleaños, y el tenía pensado llegar para ese día, pero mi papá no llegó y eso ya nos pareció muy extraño”, reveló Inés. También contó que su padre navega desde los 13 años, y solo una vez había sufrido un naufragio, cuando tenía 15.

Máximo Napa Castro tiene 61 años y llevaba tres meses desaparecido. (Foto: Facebook Eder Napa Castro)Máximo Napa Castro tiene 61 años y llevaba tres meses desaparecido. (Foto: Facebook Eder Napa Castro)

De película: lo rescató un piloto llamado Wilson

“Estoy muy agradecida a la embarcación ecuatoriana que lo rescató, porque le dieron suero, lo bañaron, le dieron comida, lo raparon, y está muy bien en este momento; llegará mañana en horas de la noche al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez en Lima”, indicó sobre cuándo será el ansiado reencuentro en persona.

“A mi papá ahora le decimos ‘el náufrago, no solo por lo que le pasó, sino porque el piloto que lo rescató se llama Wilson“, confesó la hija del pescador, como una clara referencia a la película homónima que protagonizó Tom Hanks.

Máximo Napa Castro antes de naufragar en su pequeño bote (Foto: Facebook Eder Napa Castro)Máximo Napa Castro antes de naufragar en su pequeño bote (Foto: Facebook Eder Napa Castro)

Pudieron entablar una emotiva videollamada con su papá, que entre llantos y sollozos les contó que tomaba agua de lluvia cada vez que podía, y usó las maderas del bote para crear fuego y cocinar una bolsa de arroz que tenía.

“Lo porcionaba y comía cada cinco días, hasta que se le terminó esa única comida y pasó 20 días sin comer y 15 sin agua potable; él nos dijo que todos los días decía: ‘Dios ya llévame, porque no aguanto más'”, contó conmovida.

“Nos dijo que había mucho oleaje y que en ningún momento vio ni un solo punto de tierra, así que ya estaba sin fuerzas, entregado a su peor destino”, reveló. Las difíciles condiciones climáticas comenzaron a fines de diciembre y se mantuvieron todo enero y febrero, y fueron un factor clave para que el motor de su embarcación artesanal dejara de funcionar.

“Nosotros como familia nunca hemos perdido la esperanza de encontrar a mi papá. Estamos muy contentos y sentimos que es un milagro de Dios”, expresó.

Los ecuatorianos que lo encontraron dicen que en el radar de su barco les marcaba un lugar donde había tres palomas dando vueltas en círculos, al capitán le pareció extraño y movilizaron un helicóptero que tenían a bordo, y ahí fue que el piloto Wilson lo rescató, sin poder creer lo que veía, a mi papá en su bote, todo barbudo y llorando sin parar”, relató.

“Mi papá es conocido en casi todos los puertos de Perú, porque es alguien muy alegre, que siempre hace chistes, el típico hombre que te alegra cualquier reunión, y por eso la familia no podía concebir la idea de que no volviera a su casa”, concluyó su hija, mientras palpitaba el esperadísimo abrazo que le dará cuando lo vea.



Fuente Clarin.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *