El pueblo argentino de Caspalá tiene una historia increíble que es un caso singular en el mapa de Argentina, ya que hasta el año 2008 estuvo aislado de todo debido a la falta de caminos para poder acceder a él, sin embargo, la Organización Mundial del Turismo lo posiciona como uno de los mejores.

Hace 17 años se inauguró la Ruta Provincial 73 que fue el primer acceso vehicular a Caspalá, en Jujuy, antes de eso para poder llegar se debían caminar por mucho tiempo o hacer recorridos a caballo por senderos muy exigentes.

Situado a 3000 metros sobre el nivel del mar, Caspalá conserva una identidad que se sostiene en la tradición. Las casas de piedra y adobe, los cultivos ancestrales y una gastronomía basada en frutos andinos mantienen vivas costumbres que el tiempo no alteró.

Este perfil lo vuelve un ejemplo de comunidad que prioriza su estilo de vida sobre el turismo masivo. Según la OMT, Caspalá ocupa el cuarto lugar en su ranking de Mejores Villas Turísticas del Mundo.

La interacción entre visitantes y vecinos ocurre de forma directa. La hospitalidad marca la experiencia de quienes llegan, muchas veces hospedados por familias del lugar. Las costumbres locales incluyen:

A pesar de su tamaño, este pueblo en el norte de Argentina ofrece atractivos que combinan historia, cultura y naturaleza. La iglesia Santa Rosa de Lima, levantada en 1840, sobresale por su color celeste pálido y sus campanas traídas desde Perú. A pie, se puede acceder a un sitio arqueológico conocido como “Pueblo Argentino“, o recorrer el sendero que lleva al Cerro de los 14 Colores.

Otro destino dentro del recorrido es la Cascada del Silencio, cuya caída entre montañas se convierte en una postal inolvidable. Todo en Caspalá invita a un contacto real con el entorno y sus habitantes, lejos del turismo tradicional.



Fuente Clarin.com

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