En Aguas Blancas, la localidad salteña sobre el margen del río Bermejo que en estos días es eje de una polémica por la decisión oficial de levantar un alambrado en la frontera con Bolivia, los bagayeros van y vienen de un país al otro sin pasar por Migraciones.

Para Baltasar Lara Gros, intendente de Orán, el alambrado de la polémica “canalizaría a las personas para que todas vayan por una vía formal de Migraciones y de Aduana y no como existe hoy, que por cuestiones geográficas pueden pasar, pueden evadirlo de manera muy fácil y requiere la presencia de las fuerzas federales las 24 horas a lo largo de toda una vera del río. Si bien existe ahora con el refuerzo del plan Güemes, esta obra va a facilitar mucho más ese control”.

En diálogo con Clarín, admitió que “hay personas que no están de acuerdo con esto por la cuestión de que se ve amenazada su fuente laboral. En algunos casos, algunas personas que comercian trayendo mercadería del otro lado de la frontera, del otro país, que es mucho más barata y para revender aquí en Argentina. Pero la gran mayoría de las personas están de acuerdo con el plan Güemes que tiene como objetivo final una lucha seria contra el narcotráfico”.

El intendente del vecino municipio de Orán (al que Aguas Blancas perteneció hasta 2015) aseguró que Argentina reforzó el control fronterizo en Migraciones, pero cargó contra el gobierno boliviano por no cumplir su parte.

“Sigue con un operador en el área de Migraciones generando un cuello de botella muy fuerte cuando se quiere canalizar a todas las personas por la vía formal. Esa es una de las principales causas por la que decimos que hay una falta de cooperación y colaboración por parte de Bolivia en esta firme decisión de tener una frontera más controlada y más segura”, afirmó.

Según Lara Gros, Migraciones del lado argentino se hace en pocos minutos, pero del lado boliviano se arman largas filas y “eso lleva a que mucha gente empiece a buscar alternativas y eludir los controles para pasar más rápido”.

Respecto del vallado, el intendente apuntó que es un primer tramo “netamente en suelo argentino” y admitió que “después de un tiempo se va a tener que ampliar porque no alcanza solo con 200 metros” ya que “la frontera con Bolivia es muy extensa, pero este es uno de los puntos donde hay mayor tráfico de gente y de mercadería”.

“Esas personas hoy, por cuestiones geográficas no van por el canal formal, lo eluden y van por un canal informal. Para el control se requiere mucho personal de fuerzas federales: esta barrera física haría que sea imposible de eludirlo y todas las personas tengan que ir de manera obligatoria por el canal formal“, concluyó.

La polémica por el alambrado en Aguas Blancas

La tensión subió esta semana luego de que el Gobierno de Salta lanzara una licitación para levantar un alambrado de 200 metros de extensión en la frontera con Bolivia, con el objetivo de frenar el paso ilegal de personas y el contrabando. La iniciativa es parte del Plan Güemes que impulsan el gobernador Gustavo Sáenz y el Ministerio de Seguridad de la Nación.

La explicación de Seguridad, de donde surgió el pedido del refuerzo fronterizo, fue que mientras del lado boliviano se construyeron controles estrictos, del lado argentino no hay una delimitación clara.

El alambrado de 200 metros irá desde la terminal de micros hasta los puestos de control del Puerto de Chalanas, en la localidad de Aguas Blancas, fronteriza con Bolivia.

El plan “es generar un cerrojo en forma de L, donde gendarmes y militares de la Prefectura Naval eviten que las personas circulen hacia el sur de la terminal, obligándolas a recorrer el perímetro del alambrado hacia las oficinas de Migraciones”, explicó el interventor de Aguas Blancas, Adrián Zigarán.

El gobierno de Bolivia no hizo esperar su rechazo. En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia expresó “su preocupación ante el anuncio del Gobierno de Argentina de instalar una cerca de 200 metros en la frontera” y reclamó que “los temas fronterizos deben ser tratados por medio de mecanismos de diálogo bilaterales establecidos entre los Estados para encontrar soluciones coordinadas a temas en común”.

“Cualquier medida unilateral puede afectar la buena vecindad y la convivencia pacífica entre pueblos hermanos”, manifestó la Cancillería boliviana.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, respondió a estas críticas y aseguró que “no es un tema fronterizo”. “Estamos cambiando una pared que ya existía por un alambre más alto, para que no puedan cruzar directamente a la terminal de ómnibus”, enfatizó.

Y adelantó que también se van a incrementar los controles en los cruces con Brasil para fortalecer de a poco todos los pasos fronterizos que existen en el extenso territorio argentino.

“Además de Bolivia, tenemos pensado extendernos hacia otros puntos limítrofes. Ahora vamos a ir a la frontera en Misiones con Brasil, donde se pasa caminando en muchísimos lugares, y donde hemos tenido sicariatos y problemas”, anticipó este martes en declaraciones radiales.

El alambrado en Aguas Blancas fue también respaldado por Javier Milei, quien en X retuiteó un posteo de Sánz de un encuentro con la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. “Excelente el gobernador Gustavo Sáenz y las ministras Bullrich y Pettovello trabajando en resolver problemas concretos de los salteños tanto en materia de seguridad como de asistencia”, escribió el Presidente.



Fuente Clarin.com

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