A medida que pasan los años, la alimentación juega un rol fundamental en la salud ósea y muscular, especialmente en las mujeres que atraviesan la etapa posmenopáusica. En este contexto, un fruto deshidratado se destaca por su potente aporte nutricional: la ciruela pasa.

Si bien es conocida por su capacidad para mejorar la digestión, esta fruta también ofrece compuestos que estimulan la síntesis de proteínas en el organismo, favoreciendo el mantenimiento de la masa muscular y la densidad ósea. Su consumo frecuente podría, además, ayudar a regular los niveles de colesterol y reducir la inflamación.

Un estudio publicado en el Journal of Medicinal Food reveló que la inclusión de ciruelas pasas en la dieta contribuye a aumentar los niveles de IGF-1, una proteína clave para el crecimiento muscular y la fortaleza ósea. Este beneficio es especialmente importante después de los 45 años, cuando la densidad de los huesos comienza a disminuir y la pérdida de masa muscular se acelera.

Además, su riqueza en minerales como magnesio, cobre y vitamina K refuerza su papel en la prevención de fracturas y el fortalecimiento de los huesos.

Para aprovechar al máximo sus propiedades sin excederse en el consumo de azúcares naturales, los expertos recomiendan una ingesta moderada. Se estima que entre cinco y seis ciruelas pasas al día (aproximadamente 50 gramos) son suficientes para obtener sus beneficios sin afectar el equilibrio calórico de la dieta.

Como siempre, antes de realizar cambios en la alimentación, es recomendable consultar con un profesional de la salud para asegurar un plan nutricional adaptado a cada necesidad.



Fuente Clarin.com

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