En términos de vínculos sexoafectivos, el pocketing se refiere al ocultamiento social que alguien realiza sobre su pareja. Así, uno de los miembros esconde deliberadamente al otro, tanto de sus amigos, su familia, o en redes sociales. El pocketing -que viene de la palabra en inglés “pocket” (bolsillo)- es una tendencia cada vez más común.

La psicóloga Lara Ferreiro explicó a Clarín que ésta es una técnica de abuso emocional donde uno guarda, esconde o evita presentar al otro. Según ella, se trata de un ocultamiento social y emocional, ya que se da en momentos en que se supone que la relación es formal y consolidada.

Entre las actitudes más notorias de quienes realizan esta práctica, destacó: “Evita etiquetar a la pareja en redes sociales, no asisten juntos a eventos sociales, tampoco va a los eventos de de la víctima y no te presenta a nadie ni se involucra en tu círculo”.

La autora del libro ¡Ni un capullo más!: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta (Grijalbo) afirmó que el pocketing “es una forma de invisibilización que puede deteriorar la autoestima del otro. A nivel psicológico, el pocketing puede considerarse una forma perversa de vinculación evasiva o desorganizada, porque no hay un compromiso real”.

La especialista definió a esto como una suerte de “doble vida”: “Tiene una relación, pero no está dispuesto a presentarte públicamente por vergüenza, por inmadurez emocional o por miedo”. A veces, agregó, este ocultamiento se disfraza como necesidad de privacidad, cuando en realidad lo que abunda es la manipulación y la falta de compromiso.

Entre las posibles causas de este comportamiento se encuentran las relaciones paralelas, la presión familiar, la inseguridad personal y la ausencia de responsabilidad afectiva.

Para Ferreiro, si entre los tres y los seis meses de una relación formal uno de los dos no conoce a nadie del círculo afectivo de la otra persona, ya se encienden las alarmas. Reconocer las señales y poner límites, dijo, es fundamental.

Cuando la persona ocultada no aparece jamás en las redes sociales de la otra, también es un indicador a tener en cuenta. La psicóloga explicó que, en general, quienes realizan el pocketing se justifican diciendo que son muy celosos de su intimidad, cuando aquello esto es sólo una excusa.

“Bajo esa discreción, en realidad, te invisibilizan, te desvalorizan. No confundir privacidad con ocultamiento: una persona puede ser reservada, pero cuando hay afecto real integrás de forma progresiva. El pocketing no es privacidad, es invisibilización emocional y erosión a tu autoestima y confianza”, aseguró.

Si al salir, los lugares elegidos tienen apariencia de paseo clandestino, es otro punto al cual estar atentos, expresó.

Entre las posibles consecuencias, la especialista (en Instagram, @psicologa_laraferreiro) enumeró: daño a la autoestima, ansiedad, desconfianza hacia futuras relaciones, aislamiento social, estrés, insomnio y, finalmente, mucho agotamiento psicológico.

Como conclusión, Ferreiro destacó: “El primer paso es reconocer que el pocketing no es normal, hablar con tu pareja desde la asertividad emocional y poner límites. Tener una comunicación honesta y sin reproches, un diálogo transformador. Y luego, si no hay cambios reales, habrá que tomar decisiones”.



Fuente Clarin.com

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