Existe un rincón en el corazón de Caballito donde Buenos Aires parece transformarse por completo. Al caminar por sus calles tranquilas, rodeadas de árboles, casas bajas y jardines cuidados, la sensación es la de estar en Londres. Fachadas de ladrillo, ventanas con molduras, techos de tejas y un estilo anglosajón perfectamente conservado le dan al barrio una identidad que remite directamente a los suburbios londinenses.

Conocido como el Barrio Inglés, este sector residencial construido en los años 20 sorprende a vecinos y visitantes por su encanto europeo en plena ciudad. Pero no se trata solo de arquitectura: en Caballito se puede disfrutar de cafés con estética de película y de un pintoresco paseo en tranvía que cada fin de semana revive la historia del transporte porteño.

Qué ver en el Barrio Inglés de Caballito: casas de estilo inglés y calles únicas

Ubicado entre las calles Pedro Goyena, Valle, Emilio Mitre y Del Barco Centenera, el Barrio Inglés fue diseñado por los arquitectos Eduardo Lanús, Coni Molina y Pedro Vinent.

Desde su origen, las construcciones respetan una misma estética: simetría en las casas, materiales nobles y detalles Tudor y georgianos que lo vuelven único. Muchas viviendas fueron diseñadas en espejo, creando una armonía visual que sorprende en cada cuadra.

Aunque está en medio del ajetreo porteño, este rincón de Caballito mantiene una atmósfera calma y casi mágica. Sus calles adoquinadas, los jardines delanteros y la estética uniforme lo convirtieron en una joya arquitectónica que vale la pena recorrer con tiempo y cámara en mano.

Después de caminar y admirar la arquitectura inglesa del barrio, una buena idea es hacer una pausa en alguna de las cafeterías de especialidad que completan el paseo. En las inmediaciones, se destacan Le Blé y Nucha, dos espacios muy frecuentados por vecinos y turistas que buscan un buen café, pastelería artesanal y una ambientación acogedora.

El broche de oro para el recorrido por este barrio de Buenos Aires es, sin dudas, el tranvía antiguo que recorre la zona los fines de semana. Organizado por la Asociación Amigos del Tranvía, el paseo parte desde Emilio Mitre al 500 y permite subir a tranvías restaurados que evocan otras épocas.

El trayecto de 2 kilómetros no tiene paradas, pero permite revivir una forma de transporte que fue parte de la historia porteña. El tranvía funciona los sábados de 15 a 18 horas y domingos de 10 a 13 horas, con salidas cada 20 minutos. Entrada libre y gratuita.

Este rincón que parece sacado de Londres invita a redescubrir la ciudad desde otra mirada, entre historia, arquitectura y un toque de fantasía urbana.



Fuente Clarin.com

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