Escondido en lo pintoresco El Museo de la Casa Parroquial de los Brontë, situado en el pueblo de Haworth, en Yorkshire del Oeste, ofrece una fascinante visión de la vida de la familia Brontë. Fundado como museo en 1928, es un lugar de peregrinación para los fanáticos del genio de Charlotte, Emily y Anne Brontë, quienes escribieron algunas de las novelas más famosas de la literatura inglesa entre sus paredes.
Para contextualizar, la familia Brontë se mudó a esta casa parroquial georgiana en 1820. El tiempo que las hermanas pasaron aquí vio la creación de obras como Jane Eyre, Cumbres borrascosasy Agnes GreyEl edificio en sí, una estructura catalogada de Grado I, se ha conservado meticulosamente, lo que permite a los visitantes experimentar los espacios donde nacieron estas obras maestras literarias.
Las exposiciones ofrecen una conmovedora yuxtaposición: una imagen idealizada de las hermanas Brontë que contrasta marcadamente con sus turbulentas vidas. Al recorrer estancias como el comedor, donde las hermanas escribieron sus novelas, y la cocina, donde Emily encontró consuelo en las tareas domésticas, uno no puede evitar sentir una mezcla de admiración y melancolía. El Museo Parsonage captura tanto la brillantez como la tristeza del legado de las Brontë.
El museo cuenta con la colección más grande del mundo de objetos de las Brontë, incluidos manuscritos, objetos personales y obras de arte. Cabe destacar que hay más objetos relacionados con Charlotte, ya que cuando murió en 1855, era una escritora famosa; sus pertenencias fueron buscadas con avidez y guardadas con cuidado. Sin embargo, las otras Brontë murieron antes de alcanzar la fama, por lo que es menos probable que sus pertenencias hayan sobrevivido. También se cree que Charlotte destruyó algunos objetos para preservar la reputación de sus hermanas.
El estudio de Patrick Brontë es quizás la habitación más austera de la casa, con sus paredes sencillas y pinturas religiosas que reflejan el comportamiento estricto y erudito del patriarca. En marcado contraste, la representación que un artista hizo de la habitación de Branwell es una representación caótica de su vida problemática, con notas escritas a mano esparcidas por el escritorio y el piso, un recordatorio impactante de su caída en la adicción y la enfermedad mental.
A pesar de la atmósfera sombría que evoca la fachada de ladrillos tiznados de hollín del edificio, el amable personal del museo alivia rápidamente ese estado de ánimo, dando una cálida bienvenida a los visitantes en la puerta. La Sociedad Brontë, fundada en 1893, desempeña un papel crucial en el mantenimiento del museo y la promoción del legado literario de las hermanas. Como una de las sociedades literarias más antiguas del mundo, depende de la financiación pública y del apoyo de sus miembros para preservar este tesoro cultural. Sus esfuerzos garantizan que las generaciones futuras puedan seguir explorando y apreciando las contribuciones de las Brontë a la literatura.