Cuando decidís iniciar un proceso terapéutico, te encontrás con una enorme variedad de profesionales que abordan la psicología de diferentes maneras. Desde el psicólogo que te escucha en silencio, hasta aquel que te ofrece soluciones mágicas, cada uno tiene un enfoque único en la práctica clínica (o en la falta de ella).
Hace poco hablábamos de seis tipos de pacientes en el consultorio psicológico, hoy nos toca a mis colegas y a mí. A continuación, seis tipos de psicólogos con los que te podés encontrar. ¿Te cruzaste con alguno?
El psicólogo mudo
Prefiere escuchar en lugar de hablar durante las sesiones. Puede quedarse callado el tiempo completo de la sesión, y si el paciente no habla, él tampoco, convirtiéndose en una hora muda.
Aunque puede ser reconfortante tener un espacio para hacer catarsis y expresarse libremente, la falta de interacción va a limitar el proceso terapéutico. La comunicación desde ambos lados es esencial para construir una relación terapéutica sólida y abordar los desafíos emocionales de manera afectiva y efectiva.
El psicólogo autorreferente
Tiende a compartir sus propias experiencias personales durante las sesiones. Muchas veces te da la sensación de que habló más que vos en el espacio de terapia.
Si bien compartir anécdotas puede ayudar a establecer empatía y conexión con el paciente, un exceso de referencias propias va a desviar la atención del paciente y dificultar el enfoque en sus propios problemas y necesidades.
El espacio de terapia es tuyo y es importante que puedas percibirlo como tal.
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El psicólogo Flavio Calvo (M.N. 66.869) explica cómo detectar la dependencia emocional.
El psicólogo brujo
Incorpora prácticas no científicas, como reiki, flores de Bach o registros akáshicos, en su enfoque terapéutico. Si bien algunas personas pueden encontrar beneficios en estas prácticas, es importante que el psicólogo base su intervención en principios científicos sólidos y técnicas probadas para garantizar resultados efectivos y éticos.
El psicólogo directivo
Tiende a ser más directivo, más “mandón” en su enfoque terapéutico, ofreciendo consejos y soluciones sin tener en cuenta las necesidades y preferencias del paciente.
Si bien la orientación puede ser útil en ciertas situaciones, es importante que el psicólogo adopte un enfoque colaborativo y respetuoso que promueva la autonomía y la toma de decisiones informadas por parte del paciente.
Un buen psicólogo no te dice “qué hacer”, porque él no va a vivir las consecuencias de tus decisiones. Es importante que puedas recibir las herramientas para tomarlas por vos mismo.
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El psicólogo Flavio Calvo (M.N. 66.869) explica por qué es importante encontrar el sentido de tu vida y los valores que diseñan tu destino.
El psicólogo sobreprotector
Suele involucrarse demasiado en la vida del paciente, generando dependencia y dificultando su crecimiento personal. Es importante que el psicólogo establezca límites claros y fomente la autonomía y el empoderamiento del paciente en lugar de sobreprotegerlo..
El psicólogo sano
El psicólogo sano es aquel que está actualizado en los avances científicos y trabaja desde un enfoque basado en la evidencia. Este profesional te brinda un espacio seguro y de confianza, donde podés explorar tus pensamientos, emociones y comportamientos. Te ayuda a reflexionar, desarrollarte y tomar tus propias decisiones, acompañándote en tu proceso de crecimiento y autoconocimiento.
Al elegir un psicólogo, es importante encontrar a alguien con quien uno se sientas cómodo y pueda establecer una relación terapéutica sólida.
Un proceso terapéutico puede ser una experiencia reveladora y transformadora. Al explorar estas diferentes dinámicas terapéuticas, podés tomar decisiones más informadas sobre qué psicólogo es el más adecuado para vos y tus necesidades individuales.
El objetivo final es el bienestar emocional, el crecimiento personal, y encontrar al psicólogo adecuado puede ser un paso crucial en ese viaje.
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