Desfiles de carrozas, bailes y contorneos, calles repletas de espuma y papel picado, espectáculos musicales, actividades culturales, plumas multicolores, cabezudos, disfraces y ceremonias originarias serán las postales que imprimirán algarabía a un número importante de municipios bonaerenses durante los días venideros y cuyo cenit será el “fin de semana XXL” que irá del 10 al 13 de febrero.
Con el apoyo de la Subsecretaría de Turismo, las celebraciones que comenzaron o están por comenzar a lo largo y ancho de Buenos Aires prometen, en muchos casos, estar a la altura de la estelaridad que suelen tener los carnavales de las provincias mesopotámicas.
Pero, más allá de esos brillos, los carnavales bonaerenses suman a los festejos -los tradicionales, los nuevos- las improntas propias de una provincia vasta, con una historia rica y desafíos y anhelos sociales que mutan de un lugar a otro y alimentan las temáticas que cada comparsa y murga incorporan a sus músicas y danzas.
Días pasados, el Gobierno bonaerense extendió hasta fin de año el Programa de Gestión Cultural “Carnaval es Cultura”, creado en 2022 y destinado a promover a las organizaciones carnavaleras, murgas, comparsas y cuerdas, que serán actores centrales de los inminentes festejos que se apoderarán cuando el Rey Momo “tome el poder” por cuatro días en la Provincia.
El portal oficial Recreo, cuyos administradores consignan que tiene actualización permanente, informa la agenda que se viene en materia de carnavales.
En Las Flores, municipio ubicado en el centro este bonaerense, las infancias prometen copar entre el 17 y el 25 de febrero, como lo vienen haciendo desde hace 52 años, las calles de Corsolandia.
“Volviendo a nuestros orígenes” es el lema de 2024 elegido por los florenses porque el festejo de este verano regresará a la Avenida General Paz, entre la Avenida Avellaneda y Leandro N. Alem, intersección de la ciudad cabecera del municipio que lo vio nacer con sus primeros brillos.
Durante dos fines de semana, niñas y niños de hasta 12 años participarán del carnaval con carrozas y disfraces, propuestas cuya creatividad, originalidad y demanda de producción serán premiadas por un jurado.
“Antes de que finalice el ciclo lectivo se avisa la fecha de Corsolandia para que se pueda reutilizar el vestuario de los actos escolares”, relata Mabel García, presidenta de la comisión organizadora del carnaval de Las Flores, para quien este festejo forma parte de su identidad por dos razones: sus hijos llenaron durante varios años de bríos a Corsolandia y en su condición de docente supo acompañar a otros chiquilines en la confección de trajes y carrozas.
A unos 200 kilómetros de allí, en Florencio Varela, será celebrado por undécimo año consecutivo el carnaval norteño en el Museo Histórico Provincial Guillermo E. Hudson el 17 y 18 de febrero de 10 a 18, donde habrá música en vivo, comida típicas del noroeste argentino, productos y artesanías regionales.
En diálogo con Télam, Roberto Tassano, coordinador de actividades culturales de ese museo, señala que la “fiesta” es un tributo a la población originaria del Norte argentino y Bolivia que reside en el municipio.
“El sábado a media mañana en la apacheta se producirá el desentierro del diablo o Pujllay, se quitarán las piedras y se abrirá el pozo. El ritual representa la liberación de la alegría y de la diversión. Al atardecer del día siguiente, se hará el entierro, a través de la quema del muñeco que simboliza al Pujllay”, detalla Tassano. La apacheta es un montículo semicónico de piedras que levantan quienes habitan el noroeste argentino y los altiplanos boliviano y peruano en homenaje a la Pachamama.
Tassano indica que el propósito de la celebración es “acercar la comunidad al museo”, donde en poco más de una quincena “se hará una recreación muy fidedigna del ritual de Pujllay, que es un diablo de la alegría, no de la maldad y la agresión”.
Quienes concurran -las ediciones anteriores congregaron 7.000 personas por día- podrán llevar reposeras, alimentos y bebidas para disfrutar de parte de las cuatro hectáreas parquizadas, de las cuales dos son de bosque no nativo y el resto, similar a la llanura pampeana que enmarcan el rancho natal del escritor y naturalista Guillermo E. Hudson.
Por otra parte, en el Parque Recreativo, Deportivo y Cultural Thevenet, la intendencia de Florencio Varela organizará el lunes 12 desde las 18 y hasta la medianoche los llamados Carnavales Varelenses, que tendrán entrada libre y gratuita.
“Son festejos muy simbólicos para nuestro partido, con mucha historia. Cada uno de los grupos trabajan con esfuerzo a fin de brindar un show vistoso y sostener esta costumbre en el tiempo”, detalla a Télam el intendente Andrés Watson.
En tanto, en Dolores, este viernes y sábado desde las 20 el llamado Carnaval del Sol desplegará pasistas, carrozas, bandas y batucada con las comparsas Sheg Yenú, Sayén y Kuyén, en el corsódromo Antu Kawin, un festejo inspirado en los de Entre Ríos y Corrientes.
Entrevistada por esta agencia, Inés Barragán, directora municipal de Turismo de Dolores, indica que “las tres (comparsas) están integradas por vecinos que trabajan durante todo el año en la confección de trajes y en la creación de la música” que llevarán al Corsódromo local, cuya extensión llega a 10 cuadras.
La programación prevista para las siete noches venideras es: este viernes y sábado, el Carnaval del Sol, que tiene un arancel institucional; el domingo, el carnaval tradicional, con entrada libre y gratuita; viernes 9, sábado 10 y domingo 11, Carnaval del Sol (el primer día entrada gratuita y los otros dos, arancelada); y el lunes 12, carnaval tradicional, que sumará el “baile de la espuma”.
“Nuestros carnavales convocaron el año pasado a unas 22.000 personas, de las cuales un tercio fueron visitantes. Tan tradicional son nuestros festejos, que después de julio solemos escuchar en la ciudad los tambores de los ensayos”, dice Barragán.
En el municipio de Guaminí, ubicada en el centro oeste bonaerense, la undécima edición de los llamados Carnavales del Arte y la Alegría se extenderán durante seis noches en los tres primeros fines de semana en el Corsódromo local, cuya extensión es de 600 metros.
Se trata de un carnaval de variedades, en el cual participan unas diez categorías de motivos (carrozas, comparsas, carruseles, carros dicharacheros, bandas rítmicas, murgas, carros de ingenio, disfraces sueltos, cabezudos gigantes, cabezudos enanos y disfraces infantiles) y cuyo rasgo central es la interacción entre el público y los motivos, principalmente los más jóvenes que juegan con harina y agua.
“Nuestros carnavales tienen una reconocida trayectoria en la región. Hay registros que remontan su existencia a un centenar de años atrás. En la década del 80` y del 90` alcanzaron un gran auge, que atraía a visitantes de un radio de unos 200 kilómetros”, señala Claudio Comiso, director de Turismo de Guaminí.
El promedio de asistentes por noche asciende a unas 10.000 personas, con picos de hasta 20.000 cuando son sorteados autos 0 KM. Además del público local, llegan visitantes procedentes principalmente de Carhué, Huanguelén, Coronel Suárez, Daireaux, Rivera, Salliqueló, Casbas, Pigué, Treinta de Agosto, Tres Lomas, Trenque Lauquen, Laguna Alsina, Tornquist, Puán, Espartillar, Bolívar, Salazar, Bahía Blanca, Punta Alta, Santa Rosa y General Pico.