Mdicos rurales en Santiago del Estero Foto archivo Emilio Rapetti
Médicos rurales en Santiago del Estero / Foto: archivo Emilio Rapetti.

Rosana Roldán, médica rural recientemente premiada por su trabajo en el contexto de ruralidad en el norte de la provincia de Santiago del Estero, expresó este jueves que “en los parajes y pueblitos santiagueños no hay medicina privada, la única que tienen es la salud pública”, y por eso “tiene que seguir” de ese modo.

“El premio es en el contexto de la medicina rural. Es lindo y grato recibir este reconocimiento, me emociona representar a nuestra provincia ya que fui la cara de muchos otros médicos rurales colegas”, dijo a Télam, y no dudó en agregar que es “un orgullo”.

A Roldán, como coordinadora de la Zona sanitaria Norte de Santiago del Estero, se le otorgó desde el gobierno provincial un vehículo para llegar a parajes alejados de la ciudad de Nueva Esperanza, para los cuales se demora más de dos horas en llegar a parajes como Ahí Veremos, Algarrobal Viejo, Las Delicias y La Soledad, entre otros.

Hasta allí lleva su conocimiento médico y su empatía para asistir, atender y dialogar con el paciente.

Hoy estamos mucho mejor que en otras épocas porque las políticas públicas sanitarias han crecido mucho y tenemos un acompañamiento permanente en temas de salud. Hemos avanzado mucho”, consideró la profesional.

Luego reconoció que a veces los caminos en el interior profundo son complicados, pero “tenemos la accesibilidad ya que con el móvil otorgado podemos llegar a los distintos parajes en departamentos como Copo, Jiménez, Pellegrini y otros”.

En los parajes todo es público, es la única llegada que tienen la mayoría en materia de salud. No hay medicina privada, así que si tienen algún problema, es el sector público el que brinda respuesta”.

Roldán admitió que hay falta de recursos humanos: “cuando uno se enferma no hay día, ni horario”, entonces hay que salir “y llegar como se pueda y por la extensión del territorio “nos faltan recursos humanos Hay médicos, pero no a todos les gusta la ruralidad”, admitió.

En ese aspecto sostuvo que “le tiene que gustar la parte rural, el interior, no a todos les gusta, por lo que conseguir profesionales que quieran venir es todo un desafío para nosotros porque somos pocos para gran extensión. No solo aquí, en Santiago del Estero, se da esta situación, sino en todas las provincias de nuestro país”.

También explicó que en Santiago del Estero se organizó una diplomatura sobre medicina rural a través de un convenio entre el gobierno provincial, el Ministerio de Salud y la Universidad ISalud de Buenos Aires.

En Santiago del Estero se organizó una diplomatura sobre medicina rural con convenio entre el gobierno provincial, el Ministerio de Salud y la Universidad ISalud de Buenos Aires

“Hoy por hoy en nuestra provincia, gracias a Dios, tenemos nuestra Facultad de Ciencias Médicas donde se están formando nuestros alumnos y ya pasaron cuatro grupos de rotantes de los cuales tres ya son médicos y están haciendo su especialidad”, detalló esta médica, que -además- de directora del hospital Nueva Esperanza y profesora de sexto año de Medicina Rural, en la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE).

“La verdad que es un orgullo”, dijo, y añadió que los estudiantes que llegan al interior “conocen la realidad de lo que es un médico rural, saben que tienen que desenvolverse como sea y dar una respuesta al paciente”.

“Esto, como le digo a los pasantes, se lo hace con placer más allá del trabajo y el rédito económico porque cuando uno lo hace con el corazón es más gratificante”, sostuvo.

“No hay día, no hay calor, no hay frío, te podés cansar porque los años te pesan un poco, tengo 50 años, pero más allá de eso sigo siendo la misma y cada vez me gusta más. Estoy orgullosa de estar donde estoy”, puntualizó.

“Es una de las primeras provincias en el país que lo hace”, detalló y explicó que los médicos rurales “no tenemos una identidad propia, entonces la Dirección del Interior se puso en campaña y se hizo la diplomatura en el contexto de la ruralidad”, a lo que catalogó como “un logro muy acertado. Son más de 60 colegas del interior que hemos hecho la diplomatura en el contexto de ruralidad y, sin dudas, eso nos dio la posibilidad de tener nuestra propia identidad” profesional.

“Más allá de la profesión, te tiene que gustar escuchar el silencio del monte y salir a andar por los caminos bien adentro porque más allá de que uno va a atender, llegar a esos destinos ya es todo un desafío. Por los caminos y por la soledad”

Consultada sobre las condiciones que debe tener un médico rural, Roldán explicó que “más allá de la profesión, en lo humano te tiene que gustar escuchar el silencio del monte y salir a andar por los caminos bien adentro porque más allá de que uno va a atender, llegar a esos destinos ya es todo un desafío. Por los caminos y por la soledad”.

Ella hace 22 años que ejerce la medicina rural. De estudiante realizó su pasantía en el sur de la provincia de Tucumán y le encontró “el gusto porque ser médico rural es ser todólogo, haces todo”, dijo.

“La verdad que me encantó ir monte adentro, sólo ponerte un estetoscopio y a empezar. Así es que uno aprende a hacer los diagnósticos con un estetoscopio”, detalló con una sensibilidad infranqueable.

Y agregó que ese es el preciso momento en el que comenzó a amar su profesión y a valorar la importancia de la salud pública.

“El médico no está viendo si tiene o no tiene obra social, aquí en nuestra provincia estamos trabajando y atendemos a todos sin diferencias”, manifestó.

Por eso recalcó que es fundamental que “la salud sea pública y gratuita; para el que menos tiene, siga”, concluyó.

Salvaron a dos niños menonitas a los que les había caído ácido en la cara

El hospital Zonal de la ciudad de Nueva Esperanza, ubicada a más de 215 km de la capital de Santiago del Estero, es el nosocomio cabecera de toda la zona norte al que acuden los pobladores de diferentes localidades del norte de la provincia y si bien no es un hospital que realiza cirugías complejas, “las respuestas siempre están”, dijo su directora, Rosana Roldán.

El caso que rememoró la directora es el de un niño y una niña de la localidad Ahí Veremos, una colonia Menonita, a los que le cayó ácido corrosivo en sus rostros.

“Se activó un trabajo en equipo. Los niños fueron trasladados en el helicóptero de la Provincia para llevarlos al Centro provincial de Salud Infantil (Cepsi) (en la capital santiagueña).

A la pequeña, a los pocos días, se le dio el alta, pero el niño quedó internado grave.

“Después de todo el momento de angustia, hace dos semanas recibí una llamada del padre del pequeño dando las gracias al hospital y al personal, porque ya estaban de vuelta en su casa con su hijo sano y salvo”, contó emocionada Roldán.

“Mi hijo salvó su vida gracias a ustedes y solo quiero agradecerles por todo lo que hicieron”, manifestó el padre del pequeño a Roldán.

En el zonal de Nueva Esperanza son más de 24 médicos y médicas, más el personal de enfermería, administrativos, agentes sanitarios, choferes, limpieza, entre otros que forman un “lindo equipo de trabajo, gente joven, y se trabaja en forma articulada sino esto funciona, es la única manera y así tener una respuesta para los pacientes”, remarcó Roldán.

“El Zonal de Nueva Esperanza es el que recibe a todos los pacientes que están en la zona del Mojón y San José del Boquerón, entre otras localidades, en donde realizamos cirugías menores y partos. Y las cirugías de mayor complejidad las realizamos con el hospital de Termas, Independencia o Loreto”, detalló.





Fuente Telam