El miércoles pasado, Maia Ghersi fue al Aeropuerto Internacional de Ushuaia, donde reside, para acompañar a la hija de una amiga a tomar un avión a Buenos Aires. Acudió con su hijo que, como es usual en bebés menores de seis meses, se alimenta sólo de leche materna. Como no había asientos para darle el pecho fue boyando de un lugar a otro de la terminal aérea, concesionada por la empresa London Supply. Ya con el bebé llorando de hambre terminó en el café del aeropuerto, donde tampoco lo pudo alimentar porque un empleado la invitó a retirarse.
Al momento de hacer la denuncia en las oficinas del aeropuerto no fueron mucho más amables con ella: no le ofrecieron una silla para completar el formulario que requería para su descargo y tuvo que apoyar a su hijo en el mostrador “como un paquete”.
“No había donde sentarse. Había solo cuatro sillas y cuando nos acercamos estaban ocupadas. Yo estaba con mi bebé de cinco meses que solo se alimenta con leche materna”, contó Ghersi. Por ese motivo decidió subir a un piso superior, donde está el ingreso al preembarque. Ahí tampoco había sillas por lo que finalmente terminó sentándose en el suelo para darle el pecho a su hijo.
“Ya había pasado una hora desde la llegada al aeropuerto y mi hijo tenía que comer, no tenía otra opción. En ese momento se acercó un policía y me dijo que no podía permanecer ahí, por razones de seguridad”, relató. En respuesta Ghersi sólo atinó a pedir “disculpas” y retirarse. En la planta inferior le pidió una silla al personal de una de las empresas aéreas, pero le dijeron que no tenían.
“Busqué otra alternativa para darle la teta al bebé y lo único que se me ocurrió fue sentarme en la confitería. Me había olvidado la billetera en el auto pero pensé que no iba a ser un problema estar unos minutos. Vino el mozo, primero me preguntó si necesitaba algo y cuando le expliqué, me contestó que eran mejor otras opciones”, continuó Ghersi acerca de su periplo.
Un bebé es un paquete
Ghersi logró despedir a la hija de su amiga y acudió a las oficinas de London Supply para dejar asentada una queja, pero en lugar de hacerla pasar y permitir que se sentara con su bebé, le acercaron un formulario a través de una ventanilla y tuvo que llenarlo con su hijo apoyado sobre el mostrador. “Es increíble, recién reacciono ahora de todo lo sucedido, pero sí, tuve que apoyar a mi bebé como un paquete”, concluyó.
Por su parte, Rubén Manmana, el encargado de London Supply, en el Aeropuerto de Ushuaia, confirmó que recibieron la queja de la mujer y que se está realizando “el procedimiento habitual para este tipo de casos”. “Hemos pedido un descargo al concesionario de la confitería y las actuaciones serán reportadas al Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna). Lo ocurrido no puede volver a suceder”, dijo Manmana.
El episodio de maltrato vivido por Ghersi este martes recuerda por ejemplo a otro muy similar. En julio de 2016 dos mujeres de la Policía de San Isidro intentaron detener a una mujer que amamantaba a su bebé en una plaza, con el argumento de que “estaba prohibido dar el pecho en la calle”. La mujer se negó y finalmente se retiró. Después deambuló horas sin lograr que nadie le tomara la denuncia. La escena se viralizó en redes y generó una convocatoria a un “pique-tetazo” que fue masivo y con réplicas en distintas plazas del país.
La Ley de Promoción de la Lactancia
No sólo no existe una ley que prohíba amantar en espacios públicos, sino que es al revés. La ley nacional 26.873, de 2013, tiene el objetivo de promover la importancia de la lactancia materna. Según ella, el Estado debe generar políticas y recomendaciones a sectores privados con respecto a las condiciones adecuadas para la lactancia materna. Se alienta también la creación de lactarios en lugares de trabajo.
Tierra del Fuego adhirió a esa norma a través de la ley provincial 1202, que otorga un plazo para la implementar lactarios en organismos estatales, supermercados y centros comerciales. Sin embargo, hasta el momento el aeropuerto de la capital fueguina sigue sin cumplir con este requerimiento.
La ausencia de lugares adecuados para amamantar es uno de los principales motivos por el cual las mujeres abandonan la lactancia. Por sus ventajas nutritivas e inmunológicas, “la alimentación a pecho es una garantía de salud infantil”, recomiendan desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). Y según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de un millón de vidas infantiles al año podrían salvarse en el mundo si todas las madres alimentaran exclusivamente con leche materna a sus hijos durante por lo menos los primeros 4 meses.
El no lugar de la crianza
Julieta Saulo, coordinadora del equipo de doulas y puericultoras “Alianza Perinatal”, analiza este episodio ligándolo a la concepción general que existe sobre la gestión del cuidado y a la maternidad. El lugar del cuidado, dice Saulo, al igual que aeropuerto donde todo ocurrió, es un no-lugar: “vivimos en un mundo que se construye a expensas pero a espaldas de las madres”.
Julieta Saulo también recuerda otra historia en sintonía: “hace unos años que se armó un gran revuelo porque la legisladora Victoria Donda amamantó en plena sesión a su beba. Si en vez de darle la teta le hubiera dado la mamadera, no hubiera habido noticia. Que hoy en día una mujer se tenga que ir de un aeropuerto o tenga que apoyar a su criatura en un mostrador cristaliza justamente esto, el no lugar para las maternidades y las infancias”.