“Quiero hablarles de las caras que están acá en la puerta”, les dijo Liliana Pellegrino, sobreviviente de la ESMA, a quienes la escuchaban la tarde de este martes lluvioso de septiembre. Se refería a las caras de aquelles que, como ella, fueron encerrades y torturades en ese centro clandestino que la Armada montó en el Casino de Oficiales de la Escuela de Mecánica durante la última dictadura cívico eclesiástica militar, pero que no salieron con vida. “Quiero que cuando pasen por esta puerta nunca dejen de mirarlas en serio. Cada uno, cada una, tenía el total convencimiento de que quería un país mejor. Lucharon por eso sin ningún tipo de interés: ni dinero ni puestos ni viajes. Lo que dábamos lo dábamos con todo sin esperar nada a cambio”, concluyó. Su mención fue a modo de homenaje, en el marco de la ceremonia que se llevó a cabo en lo que hoy es el Museo Sitio de Memoria ESMA para celebrar que el lugar integra el Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Pellegrino habló desde el Salón Dorado del Casino de Oficiales hoy Museo Sitio de Memoria, entre discursos de los ministros de Justicia y Cultura, del secretario de Derechos Humanos, de Estela de Carlotto y de Taty Almeida, Abuela y Madre de Plaza de Mayo; de Graciela Lois, de Familares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, y de la directora del Museo, María Marcela Mayki Gorosito. Juntes en el sitio de memoria por primera vez desde la asamblea 45 de la UNESCO en la que el organismo incorporó formalmente al Museo al grupo de bienes que son patrimonio de la humanidad, que tuvo lugar el martes pasado, descubrieron la placa que registra esa decisión.

De la foto también participó Victoria Donda, quien nació en cautiverio, en el tercer piso de este lugar, el lugar destinado al encierro de les detenides desaparecides, “Capucha” como le llamaban los genocidas del grupo de tareas 3.3.2. Entre el público estaba Guillermo Pérez Roisinblit, otro de los bebés nacidos en la ESMA. Ambes bebés apropiades, ambes criades por represores, ambes restituídes en la verdad décadas después, gracias a la búsqueda de las Abuelas de Plaza de Mayo y sus familiares. El momento cerró con los gritos de “presente ahora y siempre” de Taty Almeida, quien le agregó “no nos han vencido” al cierre.

Más tarde, cuando le tocó el micrófono, Taty recordó que cuando supo que el Museo Sitio de Memoria ESMA era Patrimonio Mundial gritó y lloró. “Que hermoso es llorar de alegría por este justo reconocimiento que es una demostración más de que acá hubo un genocidio y que fueron 30 mil”, sostuvo, pañuelo blanco en cabeza. La decisión de la UNESCO es también, en su opinión, “un mensaje para negacionistas y reivindicadores de la dictadura”. “A todos ellos les decimos con esto que vamos a seguir resistiendo”, subrayó, mano en alto, dedos en ve.

Para Estela de Carlotto, quien habló después, el “premio” de la UNESCO es “para los argentinos, se nos reconoce que nunca dejamos de luchar”. A su turno, Graciela Lois recordó a Laura Bonaparte, con quien en los últimos ‘90 presentó un amparo para evitar que Carlos Menem demoliera la ESMA, y comparó el reconocimiento de la UNESCO con aquella acción. “Frente a candidatas que son reivindicadoras del terrorismo de Estado tenemos un segundo amparo, ahora de la humanidad, que le va a impedir hacer cualquier cosa con este lugar, donde vive la memoria”, sostuvo en referencia a Victoria Villarruel, candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza, y su agresión verbal hacia el Museo, el Espacio de Memoria que funciona en la ESMA y el resto de esos sitios que recuerdan las violaciones a los derechos humanos de la última dictadura.

“El premio de la UNESCO es para los argentinos, se nos reconoce que nunca dejamos de luchar. Este lugar está cada vez más protegido”, dijo Estela de Carlotto. Foto: NA.

Un abrazo colectivo

“Este es el mejor abrazo que puede tener el Museo Sitio, tener acá a todes les trabajadores, el secretario de Derechos Humanos, los ministros, Taty, Buscarita y Estela, les sobrevivientes, el Consejo asesor de DDHH, en homenaje a todes les que pasaron por acá”, aseguró Gorosito a modo de presentación y de apertura del encuentro, el primero en el sitio de memoria desde que fue reconocido por la organización internacional de educación y cultura. El hecho “no fue solo resultado de la voluntad política, que resultó indispensable, sino también del acompañamiento y ayuda de la Secretaría y de un trabajo extendido y riguroso”. Las tareas, no obstante, “no terminaron”, aseguró. “Nos espera otro periodo donde vamos a pedir más ayuda, pues debemos cumplir con las recomendaciones de la UNESCO necesarias para hacer sostenible en el tiempo este lugar, más en tiempos de acechanzas y peligro. Este lugar está cada vez más protegido”, remarcó la funcionaria.

En primera fila la escucharon los titulares de la cartera de Justicia, Martín Soria; y de Cultura, Tristán Bauer, a uno y otro lado de Carlotto. “Este es un logro colectivo”, confirmó Soria, quien mencionó a Néstor Kirchner. “Fue él quien hizo una resignificación de este lugar” en relación al centro clandestino que hasta 2004 siguió habitado por la Armada. Kirchner, entonces presidente recién estrenado, decidió desafectar el lugar para convertirlo en Espacio de Memoria. “El proceso continuó con Cristina –Fernández, quien inauguró el Museo Sitio de Memoria en 2015— y se siguió trabajando, todo este camino nos llevó a la semana pasada”, sostuvo.

Su colega de Cultura le habló a las Abuelas Estela Y Buscarita Roa, también sentada en primera fila, y a Taty, la única Madre presente –Vera Jarach mendó sus saludos–, y recordó a “las Madres fundadoras –Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y Mary Ponce– que fueron secuestradas, torturadas aquí, y subidas al avión; juntas fueron arrojadas a las aguas y juntas esos ríos y mares las trajeron a la costa, sus cuerpos fueron testimonio para el Nunca Más. “Es muy importante el testimonio que este lugar da para la humanidad. Estos muros guardan los ecos de las voces de genocidas y de quienes resistieron. La memoria no hay que taparla. Vamos a construir el futuro con esa memoria”, concluyó Bauer.

La batalla de la democracia

Las palabras del secretario nacional Horacio Pietragalla Corti también fueron de agradecimiento a quienes “hicieron” que el reconocimiento internacional “haya llegado hasta acá”. En primer lugar, “a quienes no están, a quienes extrañamos, a quienes no nos permitieron abrazar y besar, decirles que estamos orgullosos y agradecerles por dejarnos su ejemplo de lucha contra el enemigo de siempre, ese que acecha con sus proyectos políticos para pocos y de hambre para muchos”, dijo él, otro nieto restituido vinculado con las políticas públicas de memoria, verdad y justicia. Desde un costado escuchaba Guillermo Amarilla Molfino, otro hijo de detenides desaparecides apropiado durante la dictadura quien conoció su verdadera identidad de adulto, quien integró el equipo de trabajo de la candidatura del Museo a la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO y en la actualidad es guía del espacio.

Agradeció también a las Madres y Abuelas, por dejar “una democracia con mucha resistencia”, a Lita Boitano, fundadora de Familiares de Desaparecidos Detenidos por Razones Políticas, a les militantes de H.I.J.O.S. por los escraches, a les sobrevivientes “por su fortaleza para enfrentar en un banquillo a quienes los violaron y torturaron y demostrar que la mejor venganza es la justicia, la memoria, la verdad”. Mencionó a Víctor Basterra, en particular, quien además de declarar sobre los crímenes vividos desde el primer día rescató de la ESMA decenas de fotografías de represores que sirvieron para armar la estructura criminal del lugar.

Para Pietragalla Corti, el reconocimiento de la UNESCO no es “solo al horror que guardan estas paredes. Este es un reconocimiento de la comunidad internacional a los golpes de Estado que sufrió Latinoamérica, a ese plan macabro que perpetró Estados Unidos sobre toda la región, que es lo que dice el recorrido del Museo”. En ese sentido, avanzó: “Se está reconociendo que aquí se cometió un genocidio contra un sector que se oponía a un plan económico, y ésa es la batalla de siempre en nuestra democracia, la disputa económica”. “Para quienes hoy se levantan con anhelo del pasado, con nostalgia de que en este país haya un retroceso, sabemos que eso no va a suceder”, concluyó. 



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