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Hasta el miércoles próximo el porteño Cine Gaumont acogerá en sus tardes la epopeya retratada en “HAM (Historia del Agua de Mendoza)”, un documental dirigido por Bernardo Blanco que por medio de más de 23.000 archivos muestra cómo a finales de 2019 una gigantesca movilización provincial retrotrajo la derogación de la Ley 7.722 que impide el uso de sustancias tóxicas en la minería.

A ocho meses de su lanzamiento, el filme superó las 40 proyecciones en tres países y por siete provincias reuniendo a más de 140.000 espectadores y desde el jueves llegó a la sala María Luisa Bemberg del complejo del Incaa, donde añade una función diaria a las 18.40.

“Es una historia que es absolutamente real y reciente sobre un pueblo levantándose en contra de los poderes concentrados tanto en la política como en lo económico y a nivel medios masivos de comunicación”Bernardo Blanco

“Para con esta película no creímos en el típico recorrido por festivales donde te exigen que se trate de un estreno mundial o cosas por el estilo, sino que a ‘HAM’ elegimos mostrarla y hacerla girar”, explica a Télam su director Blanco.

Sobre la experiencia de ese recorrido para su ópera prima, el cineasta, productor y docente sanrafaelino destaca: “Tuvimos la suerte de hacer funciones a las que asistió mucha gente que se conmueve con una historia que es absolutamente real y reciente sobre un pueblo levantándose en contra de los poderes concentrados tanto en la política como en lo económico y a nivel medios masivos de comunicación”.

En ese camino y después de las siete tardes en una de las tres salas del Espacio Incaa Km. 0, el filme de 97 minutos que produjo junto a Ciro Novelli y contó con la producción periodística de Marcela Naciff, la asistencia de dirección de Bruno Sesto y la música original de Tobías Deltín, será parte de la tercera edición del Festival Puentes de Agua a realizarse entre el 22 y el 24 de marzo en la ciudad sanjuanina de Jachal.

A partir del imponente collage de imágenes y audios, “HAM” recupera una pueblada que logró volver a encenderse para defender el agua en una provincia golpeada por la sequía y la escasez de dicho recurso.

El devenir de ese lazo entre quienes habitan Mendoza y el agua tiene como antecedente las movilizaciones de 2007 que generaron la Ley 7.722, que prohibió el uso de sustancias tóxicas en la minería.

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Sin embargo, en diciembre de 2019 el flamante gobernador Rodolfo Suárez envió un proyecto para modificar la Ley 7.722 que obtuvo el apoyo de la oposición, y el viernes 20 de diciembre de 2019 la nueva normativa (Ley 9.209) habilitaba la megaminería en el territorio de la provincia.

La inmediata y masiva respuesta ciudadana hizo que el domingo 22 saliera a pie una marcha desde San Carlos, un pueblo a 100 kilómetros de la capital con la intención de llegar hasta la sede del gobierno al día siguiente para pedirle al gobernador que vete la nueva ley 9209.

La magnitud de la movilización no menguó pese a la represión y al mensaje del gobernador Suárez en conferencia de prensa del jueves 26 que tuvo como respuesta la más grande manifestación popular en la provincia y, finalmente, el reestablecimiento de la Ley 7.722.

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– ¿Puede pensarse a “HAM” como a un documental urgente y armado casi en tiempo real?
– El documental tiene la particularidad de estar realizado únicamente con material de archivo; no tiene ni voz en off, ni entrevistas, por lo que en tres años y medio conseguimos más de 23.000 archivos entre cosas que grabé yo, que registraron colegas, que se emitieron por televisión y que las propias personas filmaron con sus teléfonos celulares, además de fotos profesionales y audios de WhatsApp, lo que da una idea de la magnitud de aquel acontecimiento cuando, por ejemplo, para hacer “Muchachos, la película de la gente” (documental sobre la Selección campeona del mundo en Qatar) se usaron unos 3.000 archivos.

– ¿Por qué consideraste importante documentar esa revuelta popular?
– En primer lugar porque los que nos dedicamos a hacer documentales no pudimos hacer otra cosa en este último tiempo en Mendoza ya que, además como es mi caso, soy militante socio-ambiental y por el buen vivir. Pero, además, “HAM” no ha dejado de resignificarse como lo hizo el año pasado en el contexto del conflicto en Jujuy por la reforma constitucional y ahora con el avance de la ultraderecha a nivel mundial. Por otro lado, me parece importante mostrar una lucha que triunfa para que funcione como una arenga, como un empujoncito que invite a no dejar de dar pelea.

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– ¿Cómo seguirá el andar de “HAM” tras esta serie de funciones en el Gaumont?
– Nos gusta mucho mostrar la película en cines o en situaciones que se parezcan a un cine contando con pantalla grande y buen sonido, ya sea en un bar, un refugio de montaña, una escuela o un centro cultural porque lo importante con “HAM” es generar la posibilidad de juntarse y debatir, no tanto sobre la película en sí, sino más bien sobre lo que está pasando en ese momento en ese lugar. Eso es muy valioso para nosotros y lo vamos a seguir disfrutando al menos por un tiempo más hasta que decidamos dejarla disponible en Internet para que todas las personas puedan verla.

– ¿Trabajás en nuevas películas? ¿De qué carácter?
– Hay un par de películas que están en proceso de realización en una etapa todavía muy germinal porque, además, con la situación actual del Incaa y de la cultura en general, está todo frenado. Pero la idea es seguir produciendo cine ambiental que sea también entretenido para todo el público y no algo aburrido que se lo ve en un pequeño grupito de militantes muy cercanos a uno. Es necesario recuperar nuestras historias para no dejarle la narración del presente a los monopolios de la comunicación que atienden a sus propios intereses.





Fuente Telam