La murga uruguaya Agarrate Catalina y la participación de Juan Carlos Baglietto, quien reemplazó a León Gieco con una afección en garganta y oído, animaron este viernes en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner (CCK) el “Concierto por la paz: Homenaje a Adolfo Pérez Esquivel”.
El homenaje que puso broche a una jornada musical en el CCK referida a los derechos humanos con el concierto “Stabat Mater. Escenas del dolor reciente: Homenaje a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo” (ver recuadro) que además celebró los 40 años de democracia en el país.
En ese marco, el Ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, le entregó un reconocimiento al Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel al cumplirse 43 años de haber recibido esa distinción.
“Hace exactamente 43 años que se le otorgaba el Premio Nobel de la Paz a Adolfo Pérez Esquivel. Ocurrió en tiempos difíciles, en un tiempo atroz, durante la dictadura cívico-militar. Y en la noche más oscura, lo luminoso: las Madres de Plaza de Mayo, Teatro Abierto y apareciste vos con tu luz y ejemplo. El Ministerio de Cultura te distingue por tu vida, por tu ejemplo y por tu lucha por la paz en la Argentina y en el mundo”, dijo Bauer en el escenario, junto al titular de la Fundación Servicio, Paz y Justicia.
El Premio Nobel, a su turno, quiso agradecer la presencia de Agarrate Catalina y mencionó a “Eduardo Galeano, Mario Benedetti, Perico Pérez Aguirre, con quienes hemos recorrido América Latina y el mundo”. También destacó la presencia de Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo, del cantante Piero y del dirigente Juan Grabois, para luego dedicarse a un breve discurso sobre la paz.
“No es ausencia de conflicto -destacó Pérez Esquivel, quien en la actualidad también dedica su tiempo al Proyecto Aldea Niños para la Paz– sino que es algo que se construye. Yo vi muchos lugares en guerra pero en los momentos más duros siempre encontré la sonrisa de un hombre y de una mujer con la esperanza de que otro mundo es posible. Nosotros, los pueblos del mundo, queremos la paz”.
También recordó a Eva Perón e instó a proteger la educación y la salud pública, luchar contra el negacionismo y contra los que proponen la dolarizar la economía del país. “Necesitamos un peso fuerte. No voten a sus verdugos”, dijo, y despertó una ovación de todo el Auditorio Nacional.
La noche había comenzado con la aclaración sobre la ausencia de León Gieco, quien envió un mensaje que una locutora leyó para el público. “Lamentablemente, debido a una afección en la garganta y oído después del ensayo de ayer y de la que me recomendaron que me cuide, me hace imposible participar del homenaje que Pérez Esquivel se merece”, explicó el trovador santafesino.
Luego, subió al escenario Agarrate Catalina, cuyos 12 integrantes (10 varones y dos mujeres) hicieron cantar y moverse a todo el público en sus butacas. “Qué alegría y orgullo estar celebrando 40 años ininterrumpidos de democracia. Y este premio merecidísimo a Adolfo. Una increíble celebración de su vida y su compromiso”, manifestó Yamandú Cardozo, director de la murga que se fundó en Montevideo en 2001 y que tiene ya 13 discos editados.
Dentro del repertorio de una docena canciones, dedicaron “Soy” a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, canción que se compuso para una de las ediciones de “Teatro x la Identidad”. “Yo puedo decir que me llamo Yamandú porque sé quién soy”, dijo el cantante y compositor, y levantó a la sala.
A continuación, invitaron a Juan Carlos Baglietto, quien comentó que era “un lujo estar acá por los 40 años de democracia y celebrar la paz tan necesaria. Gracias Adolfo”. La murga y el cantante rosarino compartieron el escenario para interpretar “Manifiesto de la media verdad” y Baglietto, luego, ofreció una poderosa versión de “El témpano”, que otra vez puso en pie al público.
De vuelta con Agarrate Catalina en el escenario, la agrupación y Baglietto se fundieron a capella una impecable versión de “Cinco siglos igual”, de León Gieco. Para finalizar, la murga uruguaya fue coronando su actuación con “Montevideo”, “Civilización”, “La violencia” y “Aporofobia”, título que hace referencia a un neologismo para referirse al “rechazo, aversión, temor y desprecio hacia el pobre, hacia el desamparado que, al menos en apariencia, no puede devolver nada bueno a cambio”.
Con un principio de zamba, que luego se transforma en murga, Agarrate Catalina comenzó a despedirse del público. “Vamos a hacerlo como lo hacemos en la calle: arrancamos nosotros en el escenario y luego nos vamos todos para afuera”, invitó Cardozo para darle fin a un concierto que terminó a puro baile murguero en el hall del Auditorio Nacional.