Tanto el limón como el bicarbonato están de moda. Es probable que hayas escuchado influencers en redes sociales o incluso algún conocido te haya comentado que vive fantástico, que se siente mejor, que perdió peso y hasta curó su cáncer utilizando bicarbonato o limón. Es decir, usando dietas alcalinas o ácidas.

Proliferan cada vez más las tribus alimentarias que buscan mejorar su dieta de esta manera. ¿Qué hay de cierto en que hay que usar limón o bicarbonato para acidificar o alcalinizar tu cuerpo? ¿Y en que el agua con limón en ayunas ayuda a adelgazar? Hoy quiero contarte qué dice la evidencia científica detrás de todo eso.

Dietas ácidas o alcalinas: sí o no

La primera pregunta que debemos hacernos es si es necesario acidificar o alcalinizar nuestras dietas. La respuesta es no.

Pero empecemos por lo fundamental: las definiciones. Hay un concepto clave en todo esto y el es pH. El potencial de hidrógeno (de ahí sale pH) es un índice utilizado en química, que expresa el grado de acidez o alcalinidad de un líquido, que varía entre lo ácido y lo alcalino. Cuanto más alto, más alcalino y cuanto más bajo, lo contrario, es decir ácido.

El pH de la sangre humana es de alrededor de 7 o 7.3. Por debajo de 7 es ácido y, por encima, alcalino.

Como verán, el rango es muy estrecho y sin embargo el cuerpo dispone de tres mecanismos maravillosos para la acidez y la alcalinidad. ¿Y cómo la regula el cuerpo?

En primer lugar, con sustancias amortiguadoras químicas que el cuerpo naturalmente produce y actúan al instante; después, con cambios en la respiración que tardan minutos u horas en equilibrar el PH; y por último, con cambios en el riñón que demoran horas o días, que pueden provocar acidez o alcalinidad.

¿Por qué importa la acidez o la alcalinidad? Porque muchas variables del cuerpo funcionan de acuerdo al pH: enzimas digestivas, transporte intracelular de membrana y hasta los virus utilizan por ejemplo la acidez para cambiar su forma e infectarte más.

Así que ya sabés: el pH importa, está íntimamente regulado, y de eso, en general, se encarga el cuerpo sin ayuda.

No obstante, si querés que tu alimentación sea más alcalina, no es necesario caer en recursos extremos. Una forma saludable de lograrlo es comer fruta y verdura. Y recordá que deberíamos ser vegetarianos “a tiempo parcial”.

¿Y el agua con limón a la mañana?

¿Por qué se puso de moda el agua con limón a la mañana? Porque empezó a circular que ayudaba a adelgazar y a acidificar la dieta.

Seguimos derribando mitos: no, no hay ningún componente del agua con limón que por sí solo te haga perder peso.

Pero (siempre hay un pero), el agua con limón sí puede ayudarte con el control del peso porque dos vasos de agua con o sin limón previo a las comidas aumentan la saciedad, es decir tu capacidad de regular la porción, pero no a la mañana en ayunas, sino antes de las comidas.

Te explico el mecanismo: el líquido arma como una especie de globo en el estómago. Y por otro lado, el ácido del limón, hace que el se vacíe mucho más lento.

Así que ya sabés: en ayunas no, pero antes de las comidas el agua con limón puede ser una aliada.

"Tanto el limón como el bicarbonato están de moda", dice Katz. Foto Archivo.“Tanto el limón como el bicarbonato están de moda”, dice Katz. Foto Archivo.

Beneficios del limón

El limón aporta vitamina C (o ácido ascórbico) y ácido cítrico. ¿Son buenos? Sí, antioxidantes del cerebro, del corazón, de los vasos sanguíneos. Él ácido cítrico ayuda a prevenir los cálculos renales y seguro sabés que la vitamina C es buenísima para mejorar tu inmunidad.

Pero ojo, pueden favorecer acidez, reflujo y por supuesto, aumentar el riesgo de úlceras si consumís en exceso. Y si tu dieta es muy ácida también puede hacerte perder hueso.

No quiero cerrar sin abordar un último tema: ¿sirve el limón o las dietas ácidas para el cáncer? En torno a ese tema hay una controversia absoluta.

Una lado de la biblioteca dice que como la célula tumoral usa mucha energía, mucha glucosa, cuando hacés una dieta sin azúcares y sin hidratos, esa célula está en estrés y no crece.

El otro lado sostiene que si hacés una dieta ácida empeorás no solamente la respuesta a los fármacos para el cáncer, como la quimioterapia, sino que el cáncer se acelera.

Así que todavía no hay acuerdo para que tengas que hacer una dieta alcalina o ácida si estás atravesando una enfermedad oncológica.

Y por supuesto, como digo siempre, si tenés alguna duda de esto, el mejor asesor es tu médico de confianza. Recordá que siempre él te va a poder responder con evidencia si eso que escuchaste en redes sociales es mito o realidad.

Mónica Katz presenta junto a Valeria Groisman su nuevo libro ¡Eso no se come! el lunes 5 de agosto a las 18 en DAIN Usina Cultural (Nicaragua 4899, CABA). Entrada abierta y gratuita.

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