THE FUTURE TENSE 7 puntos
Irlanda, 2022
Dirección y guion: Joe Lawlor y Christine Molloy.
Duración: 89 minutos.
Disponible en MUBI.
La dupla de realizadores Joe Lawlor y Christine Molloy, a su vez un matrimonio en la vida real, viene desarrollando su particular filmografía desde los márgenes de la producción cinematográfica irlandesa, con largometrajes de ficción como Helen (2008), Mister John (2013) y Rose Plays Julie (2019) y el documental Further Beyond (2016), todos de amplia circulación en festivales de cine pero escasa distribución comercial por fuera del Reino Unido. En primerísima primera persona, su más reciente película, The Future Tense, se embarca en un “género” muy en boga en estos tiempos, el documental autobiográfico, al tiempo que se abre a cuestiones más amplias en términos temáticos e históricos. Los propios Lawlor y Molloy describen velozmente el dispositivo formal del film: a falta de actores por culpa de la pandemia (y también del reducido presupuesto) serán ellos mismos quienes lean en cámara, frente a un micrófono, los textos que le dan forma a la narración. Relato que entrelaza recuerdos personales, descripciones de instancias dramáticas en la historia de su país y una reflexión sobre las causas y consecuencias de la inmigración irlandesa, entre otras muchas cuestiones.
Ciudadanos de Londres desde que decidieron dejar atrás Dublín, la pareja, padre y madre de una hija adolescente, debate si es el momento de regresar a Irlanda, dada la creciente ola de xenofobia y opresión social en Gran Bretaña. Las imágenes de un avión sobrevolando el mar que separa ambas islas son recurrentes, y entre confesiones del miedo a las turbulencias o el aterrizaje se imponen los pensamientos sobre la históricamente tirante relación entre el gobierno británico y la tierra de James Joyce. El recuerdo de la Gran Hambruna Irlandesa de mediados del siglo XIX (¿el comienzo de la interminable tendencia al exilio?, se pregunta Lawlor) y del Domingo Sangriento de 1972 vuelven una y otra vez al frente, mientras el codirector describe el impacto de ver por primera vez la película Una mujer bajo influencia durante la infancia. Es que la madre de Lawlor pasaba largas temporadas internada en un hospital psiquiátrico, y el regreso al hogar solía ser tan ansiado como inquietante. ¿Acaso la depresión y el miedo a la locura atraviesan las barreras generacionales?
El “tiempo futuro” del título es pura lucubración, cruza de deseos y miedos, ansiedades y esperanzas. La voz de los cineastas –que casi nunca es en off, ya que están presentes en imagen– se escucha haciendo preguntas a los entrevistados, en un formato de pregunta-respuesta que hace evidente el artificio del documental de cabezas parlantes tradicional. Así, se discute la esquizofrénica relación de los irlandeses con el idioma gaélico –se lo dice defender con uñas y dientes al tiempo que se lo desprecia–, se describe el itinerario de Rose Dugdale, la joven aristócrata que devino en guerrillera del IRA, y se imagina una posible conversación entre dos reinas muy diferentes, la monarca Isabel I y la reina pirata Grace O’Malley, a partir de una serie de planos y contraplanos de dos maniquíes de cera expuestos en un museo. De nuevo, dos personas, dos idiomas, dos países. La dualidad es el leitmotiv recurrente de The Future Tense.
Lawlor y Molloy se preguntan si no están llegando al final de una simulación –el hecho de “hacerse pasar” por ciudadanos ingleses, una vida de incógnito autoimpuesta– y discuten consigo mismos si la hija, cuya pronunciación londinense traiciona la ascendencia irlandesa, estará dispuesta a hacer el recorrido opuesto al de sus padres. Molloy, cuyo acento es tan marcado que las tes finales suenan a eses, presenta una serie de videos que marcan el crecimiento de la niña durante los primeros años de vida, “esa persona que ya dejó de ser, reemplazada por otra”, según sus propias palabras, frase que cualquier padre o madre puede comprender en toda su dimensión. The Future Tense es un potente y por momentos poético ensayo documental que enlaza lo íntimo con lo social, lo personal con lo colectivo y lo particular con lo universal.