Una sobreviviente del porteño centro clandestino de detención “Club Atlético” aportó este martes un reconocimiento clave en una causa por la desaparición del militante uruguayo Jorge Felisberto Gonçalves Busconi, cuyo paradero en manos de la última dictadura militar no había podido ser reconstruido hasta hoy por la justicia federal.
Zulema Isabel Sosa de Alfaya, sobreviviente y testigo ante el juzgado federal de Daniel Rafecas, aseguró haber visto con vida a Gonçalves Busconi en ese centro clandestino de detención en 1977, en el marco de un expediente que vuelve a visibilizar la colaboración entre las dictaduras de la región a través del Plan Cóndor.
“La importancia de esto es que hay un reconocimiento fehaciente y legal de que mi papá estuvo en el Atlético para que la causa avance. Si todo va bien, a los represores de este circuito, especialmente los del Atlético, se les va a sumar una condena más por este caso”, expresó a la salida de los tribunales Carla Gonçalves, única hija de Jorge y trabajadora del archivo fotográfico de esta agencia.
Durante la declaración, Sosa de Alfaya pudo dar cuenta por primera vez ante la justicia que Gonçalves fue el único hombre que vio durante su cautiverio.
“Él me hacía gestos de tranquilidad y me daba ánimo, eso me conmovió. Fue la única persona que vi, el único que me dio ánimo en medio de ese horror. Me decía que yo me iba a ir, nunca lo voy a olvidar”, dijo Sosa de Alfaya a esta agencia, luego de haber brindado su testimonio.
“Él me hacía gestos de tranquilidad y me daba ánimo, eso me conmovió. Fue la única persona que vi, el único que me dio ánimo en medio de ese horror. Me decía que yo me iba a ir, nunca lo voy a olvidar”Zulema Isabel Sosa de Alfaya
La testigo y su esposo, Roque Alfaya fueron secuestrados de su vivienda el 7 de octubre de 1977 y ambos estuvieron nueve días secuestrados en el Atlético.
“Yo lloraba porque habían quedado mis cuatro hijos chiquitos en casa. Jorge me tranquilizaba, me decía que él también tenía una nena y que me iban a liberar ¿Cómo podría olvidarme de su cara? Estoy cien por ciento segura que era el papá de Carla”, rememoró la sobreviviente.
Sosa de Alfaya dijo a Télam que “es muy triste recordar lo que pasó” y planteó: “Fueron nueve días de terror, horror, no puedo creer cómo todavía hay gente que niegue (los crímenes de la dictadura); me alegra mucho haber venido y ayudar a la familia de Jorge a encontrar justicia.
Para Carla Gonçalves esta jornada fue “muy fuerte desde lo emocional” y explicó: “Es una situación dolorosa que nos atraviesa, tanto a ella por recordar como a mi por escuchar, por ejemplo, cuando dijo que agradecía haber tenido a mi papá enfrente porque es de ese aliento que le dio de lo que pudo aferrarse para sobrevivir ese tiempo que estuvo”.
“Zulema pudo decir 46 años después ante la justicia que mi papá estuvo ahí”, dijo Gonçalves, quien estuvo acompañada por su madre, su hija mayor y su abogado Pablo Llonto.
Gonçalves Busconi era oriundo de la ciudad uruguaya de Artigas. Con su esposa María Lenize Prato, se exilió en la Argentina -al igual que otros tantos compatriotas que huían de la dictadura de Juan María Bordaberry- y en 1975 participó de la fundación del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP).
El 14 de abril de 1977 cuando salía de trabajar con una compañera fue secuestrado en el cruce de la avenida Belgrano y San José, en el centro porteño, y nunca más se supo su destino.
Carla Gonçalves acompaña hace años a víctimas y familiares de detenidos desaparecidos durante la última dictadura cívico militar. Siguió de cerca los distintos tramos de la megacausa por los crímenes cometidos en el circuito represivo de los centros clandestinos de detención conocidos como “Atlético”, “Banco” y “Olimpo” (ABO).
Así fue que dio con la única sobreviviente del Atlético -hasta el momento- que vio con vida a su padre en ese lugar y que hoy pudo dar cuenta de ello ante la justicia.