Acompañado por una banda multinacional, conformada por músicos de la escena del jazz contemporáneo de Nueva York y una base rítmica integrada por artistas locales, Mike Stern, uno de los guitarristas más encumbrados del género, volverá a pisar suelo argentino en marzo para una serie de conciertos en Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Cipoletti, Mendoza y Mar del Plata.
El músico que a lo largo de su extensa trayectoria fue parte de Blood, Sweet and Tears y compartió escenario con leyendas como Miles Davis, Jaco Pastorius, Jim Hall y Arturo Sandoval entre tantos, estará secundado en esta oportunidad por su esposa Leni Stern, en guitarra, canto y ngoni; Bob Franceschini, en saxo; y Javier Malosetti y Juan Chiavassa, en bajo y batería, respectivamente.
“Tocaremos principalmente mis canciones de diferentes discos que he hecho y un par de canciones de mi esposa. Todos los músicos son fantásticos. Todavía no he podido tocar con el bajista (Malosetti) pero sé que es un músico maravilloso. Juan Chiavassa, el baterista, ya está ensayando con él en Argentina. Y ensayaré un poco más cuando llegue allí. El resto de la banda conoce mi música. Y por supuesto pondrán sus propios estilos en mi música”, anticipó Stern en comunicación con Télam poco antes de su arribo a nuestro país.
Mike Stern – “Autumn Leaves”
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El guitarrista se presentará el 1 y el 6 de marzo en Café Berlín (Avenida San Martín 6656), del barrio porteño de Villa Devoto; el 2 hará lo propio en el Galpón de la Música, en Rosario; al día siguiente será el turno de Studio Theatre, en Córdoba; el 7 se trasladará al Complejo Cultural Cipoletti; el 9 al Cine Teatro Plaza de Mendoza y el 11 cerrará su visita con un concierto en Dickens, de Mar del Plata. En el medio, el 5 y el 8 actuará en la Sala Zitarrosa de Montevideo y en el Teatro Oriente, de Santiago de Chile, respectivamente.
La visita de Stern se producirá en momentos en que está a punto de editar un nuevo disco, acompañado por músicos de la talla de Dennis Chambers, Richard Bona y Christian McBride, entre otros, con el que consolida su regreso luego de un duro accidente sufrido en 2016, en el que se fracturó ambos brazos y sufrió serias lesiones en los nervios de su mano derecha que pusieron en duda su carrera.
“Todavía me encanta tocar música y escribir canciones. Por supuesto, a veces es un trabajo muy duro y un desafío, ya que tengo esta lesión en la mano derecha. Pero creo que me estoy adaptando bien a eso porque todos dicen que no pueden oír ningún problema. Por supuesto que siento la diferencia. ¡Pero descubrí una manera de seguir adelante! Y eso es lo que todos tenemos que hacer en la vida pase lo que pase”, subrayó al respecto.
Precisamente, su eterno amor por la música y sus inquietudes para seguir creando, a pesar de los inconvenientes físicos y el cambio social en las formas de consumo musical, se reflejan cabalmente cuando afirma: “Siempre estoy tratando de aprender cosas nuevas porque la música es infinita; es un universo tan enorme que después de todos estos años siento que no sé nada”.
“La música es muy fuerte así que, a veces, puede llevarte y darte claridad e inspiración, incluso si no estás tocando en las mejores circunstancias, si estás muy borracho o drogado”Mike Stern
En diálogo con esta agencia, Stern expresó su felicidad por regresar a la Argentina, reflexionó en torno a la forma que adopta su música a los nuevos contextos y repasó su trayectoria.
-Has tenido la oportunidad de actuar muchas veces en nuestro país. ¿Qué cosas les resulta más interesante de tocar para el público argentino? ¿Preparás algo especial?
-Amo tocar en la Argentina y estoy muy feliz de volver. Es un país hermoso y musicalmente increíble. No hay un repertorio especial planeado aunque es posible que haya alguna sorpresa. Pero básicamente tocaremos mis canciones y las canciones de mi esposa.
-Tu esposa toca el ngoni -mezcla de arpa y laúd, muy popular en África-. ¿Cómo se incorpora ese sonido a tu música?
-Funciona de maravillas. No nos gusta etiquetar la música como fusión o jazz. Entendemos por qué la gente lo hace y, a veces, incluso yo mismo lo hago, pero sobre todo pienso en la música como música, no me gusta ponerlo en una caja con demasiada definición. Cuando la gente escucha la música, puede escuchar diferentes estilos incorporados en el lenguaje del jazz, pero es solo música.
-¿Cómo asumís el desafío de crear una música que requiere una atenta escucha cuando la sociedad en general ya no dedica tiempo a la escucha musical o impone la inmediatez como regla?
-Todos en mi banda realmente tocan con el corazón. Aprendemos los temas y los tocamos con la emoción que la música pide. Ojalá el público pueda sentir eso, seguir la actuación y mantenerse involucrado. Suele pasar y creo que principalmente es porque todos tocan con mucha energía positiva y con el corazón. Esa es siempre mi prioridad.
– ¿Considerás que el jazz es un género especialmente afectado por los usos y costumbres actuales en que circula la música?
-Las cosas cambian y hay que aceptarlas. Extraño las tiendas de discos pero así son las cosas y hay que adaptarse. De todos modos, siempre que haya una manera de escuchar música, ya sea en un concierto en vivo, en discos o en plataformas, siempre es posible escuchar música, aunque sea diferente a la manera en que crecí.
-¿Cómo sentís que influyeron todos los grandes artistas con los que tocaste a la hora a la definir tu propio estilo?
-He sido muy afortunado de tocar con algunos músicos increíbles y aprendí de todos ellos. Todavía aprendo de todos ellos, incluso de los que ya no están vivos.
-Tuviste una larga relación musical con Jaco Pastorius, desde tu ingreso a Blood, Sweet and Tears hasta su muerte.
-Jaco y yo éramos muy amigos y solíamos tocar mucho juntos. A veces solo juntos en mi departamento. Yo lo extraño mucho. ¡Obviamente era un músico increíble!
– Muchas veces contaste de tu problema con las drogas en los primeros años de los `80, cuando tocabas con Miles Davis. ¿Qué balance hacés de ese período? ¿Fueron años fructíferos debido a tu labor con Miles o sentís que no pudiste aprovechar del todo la oportunidad por los problemas personales que atravesabas?
-Tuve todo tipo de problemas con las drogas cuando tocaba con Miles y Jaco, pero la música parece superar esos problemas y aún así pude tocar y aprendí mucho tocando con ellos. La música es muy fuerte así que, a veces, puede llevarte y darte claridad e inspiración, incluso si no estás tocando en las mejores circunstancias, si estás muy borracho o drogado. Por supuesto que ha sido aún mejor estar sobrio, pero aún así pude aprender mucho de Miles Davis y Jaco Pastorius sin importar la situación.
-¿Cómo proyectás tu carrera musical? ¿Buscás innovación permanente o sentís que desarrollaste un estilo propio y preferís moverte siempre en ese territorio?
-Siempre me gusta cambiar un poco las cosas de una grabación a otra, pero no drásticamente. No quiero ser diferente sólo por ser diferente.
Intento escribir toda la música en la mayoría de mis discos. Acabo de hacer uno nuevo que probablemente saldrá por Mac Avenue Records en septiembre. La música es toda mía y supongo que se podría decir que es mi estilo de composición, pero trato de encontrar nuevas formas de escribir y tocar en cada grabación. Así que creo que hay una continuidad en mis grabaciones, pero todas tienen diferencias. Siempre estoy tratando de aprender cosas nuevas, y lo haré para siempre, porque la música es infinita; es un universo tan enorme que después de todos estos años siento que no sé nada”.