“Perdón por la tos, espero que a ustedes no les moleste”, hizo reír a una audiencia dividida Sergio Massa desde el escenario que le armó el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) en el Alvear Palace Hotel. Massa eligió al círculo rojo para la previa de su cierre de campaña de cara al balotaje del próximo domingo 19 de noviembre. Allí apuntó contra la dolarización, defendió la obra pública y al comercio e hizo foco, sobre todo, en la propuesta de un gobierno de unidad nacional. 

Un día después que Javier Milei y también a sala llena, la presencia de Massa en el Cicyp generaba menos expectativa en un empresariado que tenía una idea de lo que iba a escuchar: “Ayer había otra adrenalina, todos estábamos expectantes a ver qué pasaba si sonaba un teléfono, si Milei iba a enojarse o qué. Pero Massa es profesional y en ese sentido no genera tanta intriga”, aseguraba a PáginaI12 uno de los 282 empresarios mientras comía un canapé de hongos que ofrecían en la recepción. 

Durante su exposición, el candidato a presidente de Unión por la Patria puso énfasis en su intención de crear un gobierno de unidad nacional y apuntó contra las propuestas de Javier Milei que significarían un “industricidio”. “Quiero ser desde el 10 de diciembre el presidente que entierre la grieta. Quiero ser además un presidente que inaugure una nueva etapa en la que el diálogo sea la marca y terminemos con esa idea del amigo-enemigo”, explicó Massa, que pudo cosechar varios aplausos más que Javier Milei el día anterior.

Uno de ellos fue cuando jerarquizó a la obra pública como generadora de empleo y dinamizadora de la economía argentina. “En los países mas desarrollados, el 92 por ciento promedio de inversión en infraestructura la llevan adelante los Estados, no el sector privado. Porque tiene que ver con la mirada de desarrollo que debe tener un país”, resaltó. Los empresarios de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), que el miércoles intentaban minimizar el plan motosierra de Milei para la obra pública, lo miraron con buenos ojos.

También tuvo una ovación más tímida cuando se desmarcó de Milei al hablar de las relaciones con el resto del mundo y le preguntó a los empresarios: “¿Cuántos del sector agro exportan a China? ¿Cuánto de pérdida aparece cuando hay triangulaciones por prejuicio ideológico para comerciar con el segundo socio de la Argentina?”. En la misma línea se dirigió a los empresarios del sector automotriz y autopartista, para luego sostener que cortar relaciones con Brasil significaría destruir alrededor de 140.000 empleos. “Lo digo porque cuando escuchamos hablar de apertura indiscriminada de la economía esa historia ya la conocemos y termina con fábricas cerradas y con gente en la calle, porque la apertura indiscriminada existe solamente en la teoría”, explicó.

También se encargó de repetir el daño que podría causar una dolarización: “No tener moneda, no tener politica de crédito, no tener autoridad monetaria es condenar a la industria argentina al fracasado y a un proceso de cierre definitivo”.

La presencia de Massa en la casa del conocido “grupo de los 6” (G6), que nuclea a los representantes de las cámaras empresarias más importantes del país, tuvo una dinámica distinta a la de Javier Milei. A diferencia del libertario y muy a tono con su estilo descontracturado, Massa se hizo un tiempo para comer la carne con verduras asadas en la mesa principal al lado del titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja. Del otro lado, lo acompañaba el anfitrión del evento y presidente del Cicyp, Marcos Pereda. 

Luego de responder las preguntas preestablecidas por el grupo del G6 (que ayer también contestó Javier Milei), Massa se fue nuevamente del libreto y preguntó si algún otro empresario del salón quería decirle algo. Finalmente, y contrastando con la huida del libertario sin probar bocado luego del discurso, ofreció una conferencia de prensa a los y las periodistas que se acercaron al Hotel. 

Un público dividido

Si bien pocos quieren oficilaizarlo, los empresarios se encuentran bastante divididos en sus votos: desde el sector financiero hay una inclinación por el modelo de Javier Milei, al que también relativizan por no confiar en su capacidad de gobernar. Desde la industria, apoyan a Sergio Massa. “Lo mio es puro pragmatismo. Yo no soy peronista, pero siempre que me fue bien fue con gobiernos que tuvieron en cuenta el desarrollo de la industria nacional”, se confesaba uno de los popes de la industria petrolera.

Este lugar es representativo de la sociedad“, explicaba el titular de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires Adelmo Gabbi en diálogo con PáginaI12, “yo pensaba tener algún indicio en función de la cantidad de inscriptos que se iban a anotar a cada charla, pero fueron casi la misma cantida de gente. De acuerdo a Gabbi, si el grupo de los 6 compartiera cuarto oscuro, habría un empate entre ambos candidatos o la balanza se inclinaría levemente hacia Sergio Massa.



Fuente-Página/12