“Bloquear la ‘Resolución sobre la Promoción de una Cooperación Fiscal Internacional Inclusiva y Eficaz de las Naciones Unidas‘ enviaría la peligrosa señal de que quienes más pregonan los beneficios de un orden internacional basado en normas, en realidad no creen en él”. Así lo advierten un nutrido grupo de economistas reconocidos globalmente, entre los cuales se encuentran Jayati Ghosh (ICRICT), José Antonio Ocampo (CEPAL, ONU y Universidad de Columbia), Thomas Piketty (Escuela de Economía de París), Magdalena Sepúlveda (Naciones Unidas), Joseph E. Stiglitz (Premio Nobel en Economía) y Gabriel Zucman (Universidad de Berkeley).
Lo que está en juego es la posibilidad de que en la ONU esta semana se apruebe una resolución que propende al fortalecimiento de la cooperación fiscal internacional mediante la evaluación de una serie de opciones de política, entre las que se encuentra el desarrollo de un marco o instrumento de cooperación fiscal internacional que se elabore y acuerde a través de un proceso intergubernamental.
“La cuestión que está en vilo es qué harán las economías ricas, como Estados Unidos y la Unión Europea. Si se oponen a una convención marco vinculante en la ONU, como ya han señalado que harán, estarían enviando el mensaje de que prefieren los actuales acuerdos, ineficaces e injustos, a la posibilidad de reformas que, al frenar las pérdidas de ingresos que sufren actualmente sus gobiernos, beneficiarían también a sus propios pueblos. Sería un error pensar que la creación de una convención de la ONU sobre cooperación fiscal implique un antagonismo con otras instituciones internacionales”, marca la carta pública que difundieron los economistas de renombre mundial.
La propuesta en cuestión fue elevada inicialmente por parte del Grupo Africano en Naciones Unidas y recibió un importante apoyo en el G77, en donde hace ya dos décadas que está en pie un reclamo para mejorar las normas globales de tributación.
“Abordar un sistema fiscal internacional obsoleto de la década de 1920, que está desangrando cientos de miles de millones de dólares anuales en ingresos públicos es uno de los frutos más bajos de la acción intergubernamental para los Estados miembros de la ONU. Se debe permitir a los países en desarrollo movilizar, en lugar de pedir prestado, su camino hacia el desarrollo”, señaló La Alianza Global por la Justicia Fiscal (GATJ). En este sentido, especialistas advierten sobre la necesidad de crear un impuesto mínimo a los multimillonarios equivalente al 2 por ciento de su riqueza. Afectaría a apenas 3 mil personas en todo el mundo y generaría casi 214 mil millones de dólares adicionales de ingresos públicos.