La biblioteca pública Rafael Obligado del Barrio Nazca de Villa Santa Rita tiene casi un siglo de historia y estuvo cerrada durante tres años desde el comienzo de la pandemia. Este año, los vecinos y vecinas del barrio se organizaron para reclamar la reapertura del lugar, ante el temor al abandono y hasta a una posible venta. En junio lograron su objetivo, pero la biblioteca quedó abierta a medias: buena parte del lugar está deteriorada por el abandono y la comunidad del Nazca exige que el Gobierno porteño lo arregle para su reapertura total. La semana pasada, además, presentaron un proyecto con más de veinte propuestas de talleres gratuitos para abrir la biblioteca a la comunidad.
Las primeras casas del Barrio Nazca comenzaron a venderse hacia fines de la década de 1920. En el norte de Santa Rita, pegadas a Villa del Parque, eran lo que entonces se conocía como “casas baratas” municipales. Son alrededor de seis hectáreas cruzadas por pasajes y pequeñas cuadras, esquinas cada veinte metros, manzanas recortadas en cuatro partes. En la planificación original se establecía que el barrio tenía que tener tres cosas: un parque, una escuela de oficios, una biblioteca pública. Hoy no hay parque ni escuela de oficios, pero sí sobrevive, todavía, su biblioteca.
“La biblioteca se cerró en marzo de 2020 por la situación sanitaria. Permaneció cerrada y abandonada en su mantenimiento hasta junio de este año. Su reapertura se debió al inicio de un reclamo vecinal en agosto de 2022. Este reclamo tomó impulso cuando se lo reiteró a través de la Defensoría del Pueblo en febrero 2023 y desde la Dirección General de Promoción del Libro, Bibliotecas y la Cultura del GCBA se comprometieron a iniciar su reapertura, incluyendo el arreglo del inmueble previamente”, cuenta ahora a Página/12 Roxana Amenábar, una de las vecinas del barrio que impulsa la reapertura integral de la Rafael Obligado.
La biblioteca de Pasaje Crainqueville al 2200, inaugurada en 1940, volvió a abrir sus puertas en junio de este año, después de que los vecinos y vecinas se organizaran, realizaran campañas de difusión, eventos en la puerta del lugar con música, lecturas de cuentos o bailes. Llegaron a recolectar cerca de mil firmas para apoyar el reclamo. En el barrio corría el rumor, incluso, de que el inmueble podía ser enajenado. “En junio reabrieron de un día para el otro. Mandaron una cuadrilla a pintar la parte de abajo. Y así como estaba, se abrió“, recuerda Amenabar.
La situación con la que se encontraron los vecinos y vecinas no fue del todo una sorpresa. Sostienen que ya desde antes de la pandemia el lugar estaba “abandonado”, y que al reabrir encontraron roturas en los techos y nuevas filtraciones de agua, entre otros problemas. Tan es así que el establecimiento, que forma parte de la red de bibliotecas públicas de la Ciudad, quedó abierta pero a medias, ya que buena parte quedó sujeta a reparaciones con una primera fecha de reapertura el pasado 4 de septiembre, fecha de su 83 aniversario. Eso no ocurrió.
“El primer piso de la casa, la sala de lectura y espacio de clases de apoyo, se encuentra aún
inhabilitado al público debido al daño del techo que ocasiona filtraciones”, detallaron los vecinos y vecinas en un comunicado sobre el estado del inmueble. Página 12 consultó a fuentes del Ministerio de Cultura porteño y respondieron que “se están llevando a cabo reparaciones en la cubierta del primer piso para poner en condiciones el espacio de lectura de planta alta con el cambio de cielorraso y pintura general en el sector“. Además, sostuvieron que ese sector podría estar abierta para los primeros días de octubre.
“Ante nuestra insistencia, con el argumento que de esta manera no alcanza y que debe ser un lugar que aloje varias propuestas y ser reparado integralmente, logramos tener una reunión con personas de la Dirección, que se comprometieron a profundizar los arreglos: reparación total del techo, colocación de split frío calor porque el lugar no tiene gas y colocación de luminaria en la vereda”, enumeró Amenabar sobre los trabajos necesarios, pero agregó que esas obras “avanzan lento”.
Además de reiterar el reclamo por la reapertura integral de la biblioteca, esta semana los vecinos y vecinas presentaron ante la Dirección un plan integral de 22 talleres y actividades gratuitas y de corta duración, vinculadas a la literatura, para que la institución esté verdaderamente abierta y conectada con la comunidad del Nazca. “Las actividades, que esperan poder iniciar en octubre y hasta la primera quincena de
diciembre, buscan ser el puntapié inicial para que la biblioteca ofrezca talleres en forma permanente
enriqueciendo la oferta cultural barrial, dado que en Villa Santa Rita no existen centros culturales
como los de otros barrios”, detallaron en el comunicado.
Amenabar precisó que, en las reuniones con la Dirección, el colectivo vecinal se comprometió a hacer un relevamiento con los vecinos y vecinas acerca de los intereses culturales que podrían encontrar lugar en la biblioteca. Sostuvo que tuvieron “respuestas inmediatas, variadas y numerosas“, y que de allí salieron las 22 propuestas de actividades. “Creemos que el lugar tiene que ser abierto, como biblioteca y como espacio cultural, refundado y reactualizado no sólo en su oferta literaria sino para darle un impulso que permita a los vecinos y vecinas tener un lugar que funcione como polo cultural“, agrega la vecina, aunque considera que “hasta que no esté el edificio habilitado totalmente, es probable que no se pueda avanzar con otras propuestas”.
Desde el Ministerio aseguraron que la propuesta de talleres y actividades “está siendo analizada” por el equipo de la red de bibliotecas. Además, el colectivo vecinal pide que la reapertura integral de la biblioteca incluya la reposición del apoyo escolar al nivel primario y secundario que funcionaba allí. En el lugar además se desarrollaban visitas escolares, por lo que los vecinos y vecinas piden también que se actualice la oferta literaria con la que cuenta la biblioteca.