Este viernes comenzaron las elecciones organizadas por Rusia en cuatro provincias que fueron anexionadas desde el comienzo de la guerra con Ucrania, y también en la península de Crimea que ya había sido ocupada en 2014. Además hubo elecciones en el resto del territorio ruso.
Las provincias que realizan por primera vez comicios desde su anexión son Donetsk y Lugansk en la región del Donbass, y Jerson y Zaporiyia donde está la central nuclear más grande de Europa. Se prevé que los votantes elijan las legislaturas regionales, que a su vez nombrarán a los gobernadores regionales. En las provincias de Donetsk y Lugansk, miles de candidatos compiten por escaños en decenas de consejos locales.
La jornada electoral
La votación comenzó la semana pasada cuando los funcionarios electorales fueron de puerta en puerta o instalaron colegios electorales improvisados en lugares públicos para atraer a los transeúntes, refirieron portales noticiosos locales. Pueden votar tanto quienes obtuvieron ciudadanía rusa como los que aun tienen pasaporte ucraniano.
Quienes se niegan a votar son detenidos durante tres o cuatro horas, afirmó en un comunicado el grupo de derechos humanos ucraniano Eastern Human Rights Group, que supervisa la elección en los territorios ocupados.
El principal contendiente en las elecciones que se extienden hasta el domingo es Rusia Unida, el partido leal al presidente Vladimir Putin que domina la política rusa, aunque otros partidos, como el Partido Comunista y el nacionalista Partido Liberal Democrático, también están en las boletas.
Las quejas de Ucrania y Occidente
El Ministerio de Exteriores de Ucrania denunció a través de un comunicado que las elecciones locales de Rusia en las zonas ocupadas “violan la soberanía y la integridad territorial” del país. Y subrayó que son inservibles y no tendrán consecuencias legales, pidiendo a la comunidad internacional que “condene las acciones inútiles y arbitrarias de Rusia” y que “no reconozca la legitimidad de ninguna ‘administración’ creada a raíz de estas elecciones ilegales, así como cualquier decisión adoptada por ellas.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) también críticó. “Estas supuestas elecciones en las zonas ocupadas de Ucrania carecen de fundamento jurídico”, expresó el subsecretario general del organismo, Miroslav Jenca, en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Ucrania. También agregó que Rusia tiene que respetar las leyes ucranianas.
El secretario de Estado de EE.UU. Antony Blinken afirmó que las elecciones son un “ejercicio de propaganda” y añadió que Washington nunca reconocerá los reclamos rusos sobre ningún territorio soberano de Ucrania. “Recordamos a cualquier persona que pueda apoyar las falsas elecciones de Rusia en Ucrania, incluso actuando como los llamados ‘observadores internacionales’, que pueden estar sujetos a sanciones”, señaló.
En respuesta, la Embajada rusa en Washington alegó que las palabras de Blinken suponen una injerencia en los asuntos internos de Rusia. “Las autoridades estadounidenses no abandonan la antigua costumbre de inmiscuirse en los asuntos internos de otros países”, explicó. “Se consideran autorizados a formular recomendaciones y advertencias sobre la realización de campañas electorales en el extranjero”, manifestó.