La inflación cerraría el año en el 170 por ciento “punta a punta”, de acuerdo a la última estimación publicada por la consultora Sarandí, que dirige el economista Sergio Chouza. “Sin anclas nominales y con una macro
detonada, las condiciones objetivas dan
racionalidad al miedo a una aceleración. Resta un mes de disputa electoral y en
este proceso solo se puede emparchar. Pero el horizonte también presenta
trabas y riesgos de cara al próximo año. Un plan de estabilización mal aplicado
puede profundizar el espiral nominal y
maximizar los riesgos de hiperinflación”, dice el informe.
Para dicha consultora, “la economía argentina está detonada por la
severa escasez de divisas agudizada por la
sequía, un déficit fiscal difícil de financiar y las
restricciones del endeudamiento externo. La
grave situación contrasta con el potencial de
mediano plazo, toda vez que se supere el
atolladero macro. El bálsamo al cual aferrarse
para 2024 es la eventual mejora esperada de la
cosecha de granos. También harán su parte la
reversión del rojo comercial en energía e
hidrocarburos, mientras que se pueden generar
las precondiciones para la exportación de los
tan dinámicos servicios basados en conocimiento”.
La situación inflacionaria es crítica. “En el desglose por
productos se ven aumentos siderales, con
subas de hasta 277 por ciento promedio en azúcar y
252 por ciento en huevos. Puede resultar paradójico que
el impacto de la devaluación haya sido
inmediato y proporcional, aún en los casos de
productos para consumo interno que no se
exportan. Pero este parece ser un nuevo rasgo
del régimen de súper inflación: se vuelven más
difusas las diferencias entre bienes transables y
los no transables”, explica el documento de Sarandí.
Riesgos
“¿Estamos al borde de una hiperinflación?
Estamos más cerca que hace unos meses, pero
todavía hay barreras. El cepo cambiario es la
principal traba para que un eventual proceso de
desconfianza desancle las variables. La
demanda de pesos es otro factor que tabica
una espiralización. Si bien existe un incipiente
desarme de posiciones en pesos, aún la caída
de depósitos en caja de ahorro, cuenta
corriente y plazos fijos no es para preocuparse. Lo mismo ocurre con los depósitos en dólares. La indexación de contratos es otro
factor que contiene mínimamente. Le pone un
piso alto a cada IPC, pero también construye
cierto techo al impedir una aceleración
vertiginosa“, concluye el informe.