Personal técnico y guardaparques de la Administración de Parques Nacionales (APN) iniciaron este mes los relevamientos terrestres y aéreos de las áreas afectadas por el incendio “El Centinela” en el Parque Nacional Los Alerces, que se encuentra actualmente controlado tras alcanzar una superficie de 6.924 hectáreas, de las cuales 2.333 corresponden al área protegida, informó este lunes la Subsecretaría de Ambiente.
Los relevamientos consisten en recorridas, evaluación de impactos, registros de biodiversidad y árboles semilleros e identificación de posibles áreas a restaurar, precisaron.
De las tareas iniciales participaron agentes de la Dirección Regional Patagonia Norte de Parques Nacionales junto a guardaparques de conservación territorial y técnicos del Departamento Incendios, Comunicaciones y Emergencias (ICE) del parque.
El objetivo del primer relevamiento en terreno fue analizar el comportamiento que tuvo el fuego, conocer las tácticas y estrategias de combate definidas por las áreas técnicas y operativas y realizar un reconocimiento visual de diversos efectos del fuego en el entorno y sus características ambientales, tales como severidad de quema, afectación del suelo, tipo de vegetación presente, presencia de especies exóticas invasoras, presencia de fauna por registros de huellas y directos, presencia de ganado, posible afectación de bienes materiales, etc., detallaron.
Durante las recorridas identificaron áreas con diferentes niveles de impacto del fuego incluyendo parches verdes dentro de los sectores quemados; relevaron diversas especies de fauna y flora, registrando la presencia de árboles semilleros que podrían propiciar la recuperación natural de algunos sectores; y realizaron una primera identificación de posibles lugares a restaurar.
Con la recorrida aérea observaron el entorno completo de las áreas identificadas como parches verdes con semilleros y las áreas afectadas con mayor severidad; sobrevolaron el área de Reserva Natural Estricta cercana a la cola del incendio, observando el estado del bosque del que hacen uso especies de importancia como el huemul; y registraron fotográficamente los signos de incendios viejos así como la presencia de indicios del mal estado de algunos parches de lengas.
“El estado controlado del incendio implica el éxito de las tareas de control en el establecimiento de límites al avance del fuego. Aunque puede seguir existiendo actividad al interior del área, la línea de control quedó establecida definitivamente y el perímetro del incendio asegurado hasta su futura extinción”, subrayaron desde la Subsecretaría.
Entre los futuros relevamientos incluyeron el análisis de severidad del fuego consistente en un análisis satelital del área verde presente antes y después del fuego; diseñarán salidas para tomar datos sobre parches de vegetación con diferente afectación (quemado, chamuscado, no quemado), análisis que se complementarán con la identificación de parches de vegetación viva dentro del quemado, así como también un análisis de posible pérdida del suelo debido a mayor o menor pendiente y su falta de vegetación, a realizar a través de sistemas de información geográfica (SIG), explicaron.
La presencia o ausencia de ganado y/o especies vegetales y animales exóticas e invasoras (pinos, rosa mosqueta, jabalí, ciervo colorado) permitirá jerarquizar los sectores que requieran acciones de restauración activa con respecto de aquellos que puedan recuperarse naturalmente o que sólo precisen de acciones que ayuden a disminuir las amenazas para que suceda esa recuperación natural, añadieron.
También tendrán en cuenta aportes de información científica generada desde el ámbito académico, completaron.
Y concluyeron que “la elaboración de estos análisis permitirá generar un informe de evaluación ambiental del incendio con sus recomendaciones para la restauración, las cuales podrán ser enmarcadas posteriormente en un plan de restauración”.