El Ministerio Público Fiscal informó este viernes que se hizo una inspección ocular en el Casino de Oficiales de la exESMA por el juicio oral y público que se sigue contra Horacio Luis Ferrari, el exoficial de la Armada acusado de integrar el Grupo de Tareas 3.3.2 que operó en ese centro clandestino de detención durante el terrorismo de Estado.
El Tribunal Oral Federal 5 de la ciudad de Buenos Aires, la Unidad Fiscal y las querellas junto con personal especializado recorrieron el lunes pasado la sede del sitio de memoria declarado recientemente Patrimonio de la Humanidad por la Unesco donde reconstruyeron el paso de las víctimas por los diferentes espacios del predio y del edificio y el funcionamiento del centro clandestino de detención.
De la inspección ocular participaron la jueza Sabrina Namer y el juez Enrique Méndez Signori, junto al fiscal a cargo de la Unidad de Asistencia para causas por Violaciones a los Derechos Humanos durante el Terrorismo de Estado, Félix Pablo Crous, la auxiliar fiscal de esa dependencia, Marcela Obetko, y representantes de las querellas.
La inspección contó con la presencia de la directora institucional del Museo Sitio de Memoria ESMA, Antonela Di Vruno, quien detalló el funcionamiento del lugar durante el terrorismo de Estado
La fiscalía informó que el procedimiento “permitió conocer el circuito represivo al cual eran sometidas las víctimas dentro del lugar y recorrer la espacialidad, las dimensiones relativas y escuchar los sonidos que describen las personas que estuvieron secuestradas allí”.
La inspección contó con la presencia de la directora institucional del Museo Sitio de Memoria ESMA, Antonela Di Vruno, quien detalló el funcionamiento del lugar durante el terrorismo de Estado.
Di Vruno estuvo acompañada por María Turull, coordinadora de Arquitectura y Conservación del Museo, quien brindó especificaciones respecto del trabajo de mantenimiento y preservación del edificio sin alterar el estado en que fue recibido en 2004 de la Armada Argentina, año en que se dispuso su desafectación.
En relación a los hechos investigados, explicaron las maniobras realizadas en el edificio por la Armada antes de la visita en 1979 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y luego con el retorno democrático, para esconder los rastros de su funcionamiento como centro clandestino de detención y refutar las descripciones del lugar realizadas por los sobrevivientes.
Entre las principales transformaciones y maniobras de ocultación se encuentran, entre otras, el retiro de un ascensor, la demolición de un tramo de escalera desde el hall de acceso hacia el sótano y el cerramiento de espacios a través de galerías y pintura.
El recorrido comenzó con la reconstrucción del trayecto que realizaban los vehículos al llevar a los secuestrados hasta el playón de acceso al sótano del edificio.
La comitiva recorrió las plantas superiores, donde se encuentran los recintos denominados por los represores como “Capucha”, “Capuchita” y “el cubículo de las embarazadas”
El “Sótano” -denominado “Sector 4” por los represores- se trataba del primer lugar donde eran llevadas las personas secuestradas y donde se las sometía a interrogatorios bajo tortura.
A ese lugar también eran llevadas las víctimas para los “traslados” en los denominados “vuelos de la muerte”.
Luego la comitiva recorrió las plantas superiores, donde se encuentran los recintos denominados por los represores como “Capucha”, “Capuchita” y “el cubículo de las embarazadas”.
En estos sectores las víctimas permanecían tabicadas y engrilladas durante su cautiverio en las denominadas “cuchas” donde se detalló que “se las mantenía en condiciones paupérrimas de cautiverio, sin los mínimos recaudos de higiene, alimentación y atención”. Luego se inspeccionó el lugar donde estuvieron cautivas las embarazadas que dieron a luz a sus hijos.
Otros de los lugares que fueron parte de la recorrida fueron el “Pañol” y la “Pecera”, próximos a “Capucha”.
El “Pañol” era el lugar en donde se almacenaban los objetos que provenían del saqueo de los bienes de las personas secuestradas. Según lo acreditado judicialmente, el botín robado se utilizaba para las actividades represivas del grupo de tareas y también para el beneficio personal de sus integrantes.
Ferrari está acusado en este proceso judicial, iniciado el 2 de octubre último, de ser coautor de crímenes contra aproximadamente 240 víctimas del centro clandestino de detención que funcionó en la exESMA durante el terrorismo de Estado
Asimismo el Ministerio Público Fiscal indicó que para “sofisticar” esa estructura la Armada produjo documentos falsos y formó una inmobiliaria y una empresa de refacciones de inmuebles.
En tanto, la “Pecera” fue el lugar donde las personas cautivas fueron obligadas a realizar trabajos forzados como parte del “proceso de recuperación” de los perseguidos políticos secuestrados, a quienes se forzó a realizar tareas relativas a las aspiraciones políticas del exAlmirante Emilio Eduardo Massera.
Además, se inspeccionó “La casa del almirante”, que era la residencia destinada a quien ocupaba el cargo de director de la Escuela de Mecánica de la Armada, en aquel entonces Rubén Chamorro. Finalmente, se recorrió el salón “Dorado”, lugar de planificación de operativos e inteligencia.
“El edificio de la exESMA es prueba judicial y fue declarado como patrimonio universal por la UNESCO. Por ende, debe permanecer inalterado”, indicaron las anfitrionas.
Ferrari está acusado en este proceso judicial, iniciado el 2 de octubre último, de ser coautor de crímenes contra aproximadamente 240 víctimas del centro clandestino de detención que funcionó en la exESMA durante el terrorismo de Estado.
Los delitos por los que se encuentra acusado el exoficial de la Armada son los de “privación ilegítima de la libertad agravada en 223 hechos, imposición de tormentos agravada en 246 hechos, homicidio agravado en 74 casos y sustracción, ocultación y retención de menores de 10 años de edad en 17 hechos”, cometidos entre abril de 1977 y enero de 1978.