Hay un hilo arcoíris que atraviesa los siglos y conecta a artistas y artistas que comparten la necesidad de dar voz, a través de la pintura, la escultura y la fotografía, a experiencias fuera de lo común. Es la historia del arte queer, aún muy poco conocida, la que el volumen Arte extraño. Cuerpos, signos, historias. (Rizzoli) de Elisabetta Roncati intenta reconstruir con un apasionante viaje a través de obras y acontecimientos (humanos).
¿Qué es el arte queer?
Como explica en el denso prefacio el autor, consultor de arte especializado en derechos civiles y arte no europeo, el arte queer es la construcción de una identidad fragmentada y negada, que se despliega desde la antigüedad hasta nuestros días. Ya en tiempos remotos no faltaron representaciones de una sexualidad fluida, más tarde oscurecida por la expansión de las religiones monoteístas. No fue hasta el siglo XIX que pintores como Henry Scott Tuke se atrevieron a romper el tabú de la intimidad homoerótica en la pintura. Pero, sobre todo, el siglo XX fue el siglo en el que el arte queer adquirió su propia identidad completa, en paralelo con las batallas del movimiento LGBTQIA+ por los derechos civiles. De Francis Bacon a Andy Warhol, pasando por Keith Haring, se imponen pinceladas revolucionarias que cuestionan el status quo, dando forma a una imaginación inconformista, pero profundamente humana. A pesar de los avances realizados en materia de derechos, todavía hoy falta un tratamiento orgánico de este fenómeno artístico. Entre dificultades de categorización, identidades que proteger y lenguajes en constante evolución, el arte queer parece escapar a cualquier intento de definirlo. Por este motivo, el libro, el primero en italiano que recuerda el escritor que aborda este tema, es una valiosa contribución para arrojar luz sobre una historia que ha permanecido al margen durante demasiado tiempo.
50 artistas por descubrir
A través del tratamiento de 50 artistas contemporáneos que han hecho de la identidad de género el centro de su investigación, Queer Art emprende un viaje para descubrir imaginarios LGBTQ+ contemporáneos. Pintores, fotógrafos, artistas de todo el mundo recorren sus páginas, en un catálogo destacan algunas figuras clave que han hecho de la identidad el centro de su investigación creativa. Vamos al pintor americano. nicole eisenmanpremiado por obras que van desde pinturas hasta esculturas y fotografías. Catherine Opie, conocida por sus poderosos retratos que exploran la identidad estadounidense. Dúo no falta Gilberto y Jorgeque lleva décadas provocando con instalaciones y fotomontajes sobre temas sociales, y la fotografía Zane Muholicuyos retratos dan voz a la comunidad negra LGBTQ+, sudafricana como Jody Paulsen. Finalmente, lo ecléctico Wolfgang Tillmansganador del Premio Turner y retratista Kehinde Wiley quien creó la efigie oficial de Obama.
“He elegido incluir tanto a artistas muy conocidos, que también podrían atraer al gran público, como a artistas emergentes que se están abriendo camino”, explica Roncati. “El paraguas inicial de la búsqueda fue más amplio, con una preselección de alrededor de 120 artistas, pero hubo quienes pidieron no ser incluidos, llegando así a una selección final de 50 perfiles”. La intención del libro es llegar tanto a los profesionales como al público más amplio posible, provocando reflexiones pero también nuevas perspectivas sobre un tema aún poco explorado. Como destaca el autor “Este libro fue escrito por cien manos, en el sentido de que fue creado con la colaboración de los propios artistas, las galerías, la editorial. Pero era importante compartir el proyecto con los interesados, no sólo con obtener el consentimiento para la publicación, sino contar con su contribución para contar la historia de las obras”.
Arte y censura
A través de las diferentes expresiones creativas emerge un escenario de arte vivaz, valiente y político que contribuye a desmantelar tabúes y limitar visiones sobre género y sexo. Un arte que muchas veces nace en el exilio, lejos del país de origen de los artistas, debido a la persistencia de los prejuicios y la censura. Sin embargo, como semillas que brotan del suelo más seco, de esta diáspora florece una creatividad libre y revolucionaria, capaz de cruzar fronteras. El arte queer plantea preguntas universales sobre identidad e inclusión, convirtiéndose en un fiel espejo de las numerosas evoluciones que se están produciendo en la sociedad.
Museos e instituciones donde descubrir el arte queer
Para profundizar en el mundo del arte queer, Roncati sugiere partir de algunas instituciones clave que promueven y preservan este patrimonio a nivel internacional. Desde Estados Unidos, con el Archivo Nacional Gay y el Museo Leslie Lohman de Nueva York, hasta Archivo queer de Londres y a Fundación Orgullo Solar de Hong Kong. Lugares donde encontrar obras, documentos e historias que hablan de identidades negadas y batallas por la autoafirmación. Pero incluso en Italia no faltan espacios para admirar este arte en persona, como sugiere el autor: “Para aquellos que quieran explorarlo en nuestro país, recomiendo paradas como la Museo Madre de Nápoles donde él Castillo de Rivoli en Turín, que presenta obras de varios artistas queer contemporáneos. Visitando estas instituciones es posible hacerse una idea más concreta de los mensajes que los artistas pretenden transmitir.”