El dólar oficial se mantuvo fijo durante los últimos tres meses. Se cumplió el anuncio del equipo económico, cuando en agosto debió devaluar cerca de 20 por ciento el dólar mayorista a pedido del Fondo Monetario y aseguró que por un plazo de 90 días iba a mantener la cotización quieta a 350 pesos.

Los consultoras e inversores habían asignado una bajísima probabilidad a esta situación. “El mercado desconfía de que el Gobierno sea capaz de fijar el dólar hasta el 30/10 y le asigna aún menores chances a que pueda hacerlo hasta el 15/11″, se mencionaba en los informes de las agencias de bolsa de agosto. 

La incertidumbre de ese momento había hecho saltar fuertemente las cotizaciones de los dólares futuro y acelerado la especulación con las reservas. Sin embargo, se consiguieron recursos claves como los fondos del segundo tramo del swap con China que permitieron defender la paridad cambiaria.

La estabilidad del dólar de referencia para las importaciones y exportaciones de los últimos tres meses fue clave para desacelerar la inflación de octubre. Los precios subieron a tasas de un dígito (8,3 por ciento), luego del salto de agosto y septiembre, cuando las subas habían sido del 12 por ciento mensual.

En el equipo económico adelantaron que este miércoles el dólar oficial comenzará a calibrarse nuevamente con una estrategia cambiaria que en la jerga se conoce como crawling peg. Se trata del regreso a los ajustes graduales de la cotización, con el objetivo de evitar pérdidas de competitividad.

El dólar oficial subirá 3 pesos

En principio, este miércoles se espera que el tipo de cambio mayorista suba 3 pesos, es decir una cifra cercana al 0,8 por ciento, y la intención es que las subas acumuladas a lo largo de un mes sean del 3 al 5 por ciento. Estos aumentos paulatinos, a diferencia de los saltos bruscos como el de agosto, son una medida clave para evitar acelerar la inflación.

El impacto del tipo de cambio oficial sobre los precios del mercado interno es prácticamente inmediato, como se observó luego de las elecciones primarias. Se trata justamente de uno de los motivos por los que generan tanto miedo y rechazo las propuestas cambiarias de Javier Milei.

En una situación de restricción externa, escasez de reservas internacionales y serias dificultades para poder embolsar créditos externos, la intención de avanzar con una dolarización requiere inevitablemente una devaluación brusca (sin control). En otras palabras: un paso directo a la hiperinflación.

A menos de una semana de las elecciones, esta posibilidad no parece estar entre las más probables para el mercado. El dólar blue se mantuvo este martes en 925 pesos, al tiempo que bajaron los dólares financieros. El contado con liquidación se redujo 0,3 por ciento, hasta 875 pesos, y el MEP retrocedió en una cifra idéntica, hasta 868 pesos. 

Al mismo tiempo, se destacó la performance de algunos títulos de deuda en moneda local. Por ejemplo, los bonos ajustados por el índice CER vinculado a la evolución de los precios. Los títulos soberanos en moneda extranjera mostraron un rebote de hasta 5 por ciento, mientras que las acciones de la bolsa porteña se operaron con caídas de alrededor de medio punto.

Plano internacional

A nivel internacional, el mercado siguió de cerca el índice de precios de Estados Unidos, que terminó octubre con un avance del 3,2 por ciento interanual, pese a que se esperaba una suba del 3,7 por ciento.

Estos resultados generaron optimismo entre los inversores de Wall Street porque consideran que la Reserva Federal tendrá argumentos para no subir nuevamente las tasas de interés. Algunos índices como el Nasdaq avanzaron más del 2 por ciento en la jornada, mientras que las empresas tecnológicas se ubicaron entre las grandes ganadoras de la rueda.

En los medios especializados como Bloomberg aseguraron que “a pesar de algunos baches en los últimos meses, la inflación se ha estabilizado sustancialmente desde un máximo de 40 años alcanzado el año pasado. La situación llevó a varios funcionarios de la Reserva Federal a señalar que podrían haber terminado de subir las tasas de interés”.



Fuente-Página/12