Los murmullos y la emoción crecen a medida que pasan los minutos en la cola del Grand Rex. Emoción compartida en el cine Gaumont de los Campos Elíseos y en un puñado de cines parisinos. Pero no todos vivirán la misma velada. Sin embargo, todos vinieron a ver la película del concierto. Renacimientoun largometraje de 2h48 que recorre el proceso creativo y la última gira de Beyoncé, entre grabaciones de conciertos e imágenes detrás de escena.
Una película de acontecimientos, retransmitida en Francia únicamente los viernes y sábados por la noche. Entonces los aficionados corrieron a los lugares, pagando 20 euros en el Gaumont des Champs-Elysées. Las salas están llenas y los espectadores listos para jugar el partido. Algunos vestidos con trajes inspirados en los de su ídolo, ampliaron la atmósfera de los gigantescos estadios en las pequeñas salas negras, hasta el punto de reproducir al “mudo”. desafío”. Un momento de silencio repentino y cristalino cuando Beyoncé canta la letra “todos en silencio” de su canción Energía, que dura unos segundos, antes de estallar en gritos colectivos de alegría. Una escena que el Gran Rex capturó… pero el silencio nunca cesó en los Campos Elíseos.
“Disgustado”
Después de una hora de rodaje, la pantalla se apagó repentinamente en uno de los cines más antiguos de París. Al principio, los fans creyeron que se trataba de una broma, que como en la película, durante un concierto en el que se había producido un problema técnico, la superestrella estadounidense iba a salir del fondo del escenario para continuar el concierto. En cambio, fue un guardia de seguridad que llegó quince minutos después para informar de un “corte de energía”.
Los aficionados tienen paciencia, pero un directivo de Gaumont acaba repartiendo formularios de reembolso, informa Información de Francia. El espectáculo no se reanudará. “¡Pero sólo hay dos fechas para esta película! Cómo se hace ? », un espectador indignado. “Sólo hay sesiones esta tarde o mañana y ya está todo agotado. Estoy disgustada”, se lamenta Sarah.
En el Grand Rex, en cambio, los espectadores quedan asombrados y siguen bailando durante las escenas del concierto. Pero también aprovechan para conocer más sobre la vida privada de su ídolo, normalmente muy modesta. “Nos damos cuenta de que a pesar de ser Beyoncé, antes de ser Beyoncé, sigue siendo humana”, testifica un espectador de BFMTV. Antes de empezar a bailar de nuevo.