Foto Pepe Mateos
Foto: Pepe Mateos.

Los comicios nacionales realizados y en curso en el país y la virulenta crisis en desarrollo en Medio Oriente expresan con la participación del instrumento militar de la Defensa -las Fuerzas Armadas- el compromiso político de éste con los intereses del Estado nacional.

En los comicios del pasado domingo 22, operación que se repetirá el 19 de noviembre para definir la elección del nuevo Presidente (y comandante en jefe de las FFAA), fueron movilizados a órdenes -exclusivamente a esos fines- de la Cámara Nacional Electoral,  unos 86 mil efectivos militares y de seguridad del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea que fueron sumados a otros de las fuerzas federales de seguridad de Gendarmería, Prefectura, Policía Federal, Policía de Seguridad Aeroportuaria, policías de las 24 jurisdicciones federales de la Nación a órdenes del general Jorge Berredo, como comandante general electoral. Berredo es, al tiempo, el comandante operacional de las FFAA, dependiente del Estado Mayor General Conjunto (EMCO) de las FFAA. Como tal y subordinado al jefe del EMCO, es el máximo jefe operativo de todas las FFAA.

Vehículos terrestres, animales y aviones fueron aplicados a los fines de las tareas de despliegue de los instrumentos electorales, de la custodia del acto comicial y del transporte de las urnas hacia los centros de conteo final. El trabajo debe ser ecuánime y suprapartidario, pero es político, como política es la propia existencia de las FFAA fijadas por la Constitución Nacional. Las FFAA, como resultado de los comicios tiene un comandante supremo que es el único jefe militar decidido por el voto, y de manera directa desde la reforma constitucional de 1994. Los efectivos de las FFAA son el custodio armado de ese proceso en el que sus integrantes participan también en tanto ciudadanos.

La intervención política de las FFAA, siempre en tanto instrumento militar de la Defensa, tienen un componente en la política internacional de la Nación. En este semana de desarrollo de la guerra entre Israel y Hamas el ministro de Defensa, Jorge Taiana, se comunicó -acompañado de los más altos jefes militares- con el conjunto de los funcionarios castrenses del Estado desplegados en Medio Oriente, en el marco de compromisos asumidos en el marco de la Organización de las Naciones Unidas.

Foto Marcelo Ochoa
Foto: Marcelo Ochoa.

También lo hizo con el agregado militar en Italia que tiene un papel importante en el Operativo Regreso Seguro que realiza y garantiza el traslado de ciudadanos argentinos desde Israel a Roma y de allí a Buenos Aires. Pero además de esta acción militar, conocida por la relevancia mundial del conflicto en la franja de Gaza, efectivos militares argentinos integran la UNIFIL  (Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano) y la UNTSO (Misión de las Naciones Unidas para la Supervisión de la Tregua). Taiana habló con el oficial logístico de la UNIFIL, el coronel Lucilo López Mayer y el coronel Carrasco Romer; también lo hizo con el observador militar en la UNTSO, el capitán de la Fuerza Aérea Daniel Baquero Tolosa, destacado en Líbano y con el teniente de navío de la Armada (equivalente a capitán de Ejército) Jorge Ezequiel Marzan, instalado en Siria.

Todos estos oficiales integran acciones de las Naciones Unidas dirigidas a controlar o otrasupervisar procesos de paz -de ambigua duración- por decisiones de la organización internacional. Las mismas integran la política exterior de la Nación. El despliegue de aquellos es, en general, muy poco conocido por la denominada opinión pública.

Las decisiones electorales que proceden a constituir los cuerpos legislativos y ejecutivos de la República, tanto como los compromisos de la Nación en la escena internacional, son actos de la mayor relevancia en el marco de la soberanía política y la soberanía de la Nación. Los miles de soldados movilizados para colaborar en la organización y preservación de los comicios, como los destinados a lugares como Chipre donde más de 200 efectivos de las tres Fuerza están acantonados en dos bases al norte y sur de la isla, constituyen otra manifestación de esa política. 

Mientras tanto continúa el debate, en su sexta expresión, acerca de la redacción del nuevo Libro Blanco de la Defensa, lo que constituye una manifestación pública de los objetivos de la Defensa argentina junto con la publicación de datos acerca de efectivos e instrumentos poseídos por la Argentina. Ello se verifica en diversas Universidades del país a los efectos de construir consenso sobre sus objetivos. En la reunión efectuada hace pocos días en la Universidad Nacional de Mar del Plata se expuso y debatió acerca de la presencia argentina en el Atlántico Sur. En ese debate intelectual y político participaron civiles y militares.

En tanto, con los recursos provistos por el Fondo Nacional para la Defensa (FONDEF) se incorporó un helicóptero Bell 407 GXI a la IV Brigada Aérea en Mendoza. Este aparato es uno de los 3 que se integrarán a la FAA y de otros tres que serán destinados al Ejército. La Armada tuvo buenas noticias paralelamente al producirse la reincorporación al servicio del buque logístico ARA-Patagonia a la Flota de Mar con lo cual ésta recupera un elemento fundamental para la navegación operativa.

En este tiempo electoral se registraron otras acciones como la difusión interesada, por un medio del bloque hegemónico comunicacional de la supuesta “liberación” de 24 aviones de caza F-16 por parte del Departamento de Defensa de los EEUU. Los mismos, destinados en Dinamarca, podrían -de acuerdo con esta especie- ser vendidos a la Argentina… claro que en lugar de otra eventual adquisición de aparatos similares a la República Popular China. Es difícil que una decisión así se tome en cercanías de la asunción de un nuevo titular del Poder Ejecutivo Nacional, pero la información confusa, el rumor, también forman parte de la política. 

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  • Fuente Telam