Perú quedó a un paso de volver a la bicameralidad parlamentaria en las elecciones de 2026, mediante una acción de los integrantes del actual Congreso unicameral, quienes, de paso, buscan autohabilitarse para la reelección inmediata.
Aunque diversas voces independientes se habían declarado a favor de la bicameralidad para mejorar la calidad del debate y forjar una representatividad más justa, la forma en que se dio el paso no satisfizo a los expertos, para quienes los congresistas solo buscan ventajas para ellos y sus partidos.
“Nada garantiza ahora que un Congreso bicameral pueda funcionar mejor. Lo que puede pasar (con estas condiciones) es que se duplique la mediocridad”, dijo a Télam el politólogo Roger Santa Cruz, quien puso pocas esperanzas frente a un cambio que no ha sido consultado con la sociedad y que no va acompañado por una reforma política importante.
“Reforma sí, pero respetando la opinión mayoritaria de los ciudadanos. Le temo mucho a una iniciativa que viene de este Congreso. No me sorprendería que tenga varias pequeñas trampas”, reaccionó a su vez el exdefensor del Pueblo Walter Albán en el diario La República.
El Parlamento unicameral de 130 miembros aprobó el jueves pasado, con 93 votos a favor, 28 en contra y una abstención -lo que forma mayoría calificada-, una iniciativa para que a partir de los próximos comicios el Perú disponga de un Senado de 60 integrantes y una Cámara de Diputados de 130.
Por ser aprobada con ese resultado, a la iniciativa le bastará para tomar vigencia que tenga apoyo similar en una sesión de la próxima legislatura, que empezará en enero. Si se hubieran obtenido menos de 87 votos habría sido mayoría simple y todo se habría definido con una consulta popular.
En 2018, en un referendo, el retorno a la bicameralidad fue rechazado por 90% de los votantes, lo que explicaría por qué el actual Congreso, con un evidente liderazgo del partido de derecha radical Fuerza Popular (FP), trabajó ardua, aunque silenciosamente, para tener la mayoría calificada.
En esa misma consulta, 85% de los votantes estuvo a favor de la no reelección inmediata de congresistas, lo que dejaba fuera de postulaciones a los actuales para 2026. Esa figura desaparecerá si se aprueba la iniciativa en la segunda votación, lo que prácticamente se da ahora por descontado.
“Lo que el Congreso no se atreve a decir es que junto con la bicameralidad aprobó la reelección indefinida. (Los actuales legisladores están) cada vez más lejos de la población, cada vez con más descaro)”, apuntó el jurista Gerardo Távara.
Diversos analistas independientes han dicho en los últimos años que el Congreso unicameral es poco para un país con 33 millones de habitantes, como el Perú. Además, han sostenido que un cuerpo de senadores podría aportar sabiduría y ecuanimidad al debate.
No obstante, los mismos expertos indican que para ello se requiere de una reforma política profunda y con participación popular, lo que en su concepto es imposible con un Congreso como el actual, cuyos índices en las encuestas son de 7% de aprobación y 90% de rechazo.
“No se socializó la iniciativa”, lamentó Santa Cruz, para quien difícilmente se lograrán avances en un sistema político como el actual, con más de 20 partidos-con tendencia a subir raudamente- y sin figuras como las elecciones internas, pues el actual Parlamento se negó a incluirlas en el paquete.
Aunque algunos sectores han planteado denunciar ante el Tribunal Constitucional (TC) la forma a puerta cerrada en que se busca introducir reformas previamente rechazadas en referendo, el presidente de ese organismo, Gustavo Gutiérrez, anticipó ya que el Congreso está facultado para hacerlo.
“El Tribunal Constitucional es un intérprete de la Constitución y el Parlamento es el órgano revisor de la Constitución”, dijo en una entrevista Gutiérrez, cuya designación, al igual que la de sus seis compañeros, ha sido criticada por supuestamente ser fruto de negociaciones entre las fuerzas que controlan el Congreso.
El Legislativo es acusado por sus críticos de estar inmerso en diversas maniobras para copar los entes del Estado y tener el control en las próximas elecciones e incluso más allá. En ese marco, se habla de una “toma” del TC, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría y la Fiscalía, y de maquinaciones para hacer lo mismo con el Poder Judicial y los entes electorales.
Entretanto, desde el Ejecutivo el ministro de Justicia, Daniel Maurate, respaldó al Legislativo: “Me parece bien que el Congreso conforme a sus facultades tome decisiones. El Congreso es la representación nacional y es su competencia establecer si el Parlamento va a ser bicameral o unicameral”-
El pasado 28 de julio, la presidenta Dina Boluarte, durante su mensaje a la Nación por fiestas patrias, pidió “perderle el miedo” a debatir sobre bicameralidad y reelección parlamentaria, lo que muchos interpretaron como una adhesión a esas dos figuras.
“Este es el primer paso para hacer las reformas que nos corresponden”, advirtió la congresista Patricia Juárez, de FP, partido secundado por otras fuerzas de derecha y centroderecha y en varias ocasiones -aunque no en la de la bicameralidad- de izquierda.
“¡Que miedo! Es casi un asalto a mano armada, porque está diciendo (Juárez) que ‘este es el inicio de una serie de reformas que vamos a hacer’ frente a la adormilada reacción de la ciudadanía (…); O sea, entiéndase, (reformas) para ganar una elección sin haber ganado la elección”, comentó el analista Glatzer Tuesta.
Perú tuvo bicameralidad en la mayor parte de su vida republicana, pero la Constitución de 1993, adoptada en el Gobierno de Alberto Fujimori y aún vigente, retomó la cámara única, aunque sus integrantes han aumentado progresivamente para pasar de 80 a 130.