Analistas políticos y económicos de Perú se mostraron escépticos de que el actual equipo de gobierno pueda revertir la recesión económica en que cayó el país, la que puede agravarse con los efectos del fenómeno meteorológico El Niño, de inminente llegada.
Los dardos de los expertos se han dirigido sobre todo contra el ministro de Economía, Alex Contreras, de quien señalan que su estrategia de negar el problema, pese a que había tres trimestres consecutivos de caída en los índices, contribuyó a que la crisis se profundizara.
“Un plan de reactivación debe comenzar por cambiar a los jugadores. El ministro apostó a pasar el bache negando la recesión, pero no le funcionó”, dijo por ejemplo el analista económico Rafael Hidalgo, uno de varios que han pedido la salida de Contreras.
“No llegamos a una recesión económica como un hecho que emerge súbitamente, sino que es producto de una serie de acciones sociales, políticas e institucionales que estamos viviendo en este gobierno”, agregó la exjefa de gabinete ministerial y dirigente de izquierda Mirtha Vásquez.
La situación crítica, negada en forma reiterada por Contreras y otros portavoces gubernamentales, se transparentó finalmente hace una semana, cuando el ministro admitió explícitamente que el país cayó en recesión.
“Es, sin duda, una recesión (…). En ningún momento subestimamos la situación; era básicamente una discusión muy academicista que reconocimos en su momento innecesaria, pero la situación es completamente difícil”, dijo entonces Contreras tras solicitar -y obtener- en el Congreso un crédito suplementario para el Ejecutivo.
Es en ese crédito por 1.581 millones de soles (unos 416 millones de soles) que el gobierno de la presidenta Dina Boluarte centra esperanzas. La idea es inyectar dinero a la circulación, lo que según Contreras puede significar, en conjunto con otras políticas, una recuperación de hasta cinco puntos porcentuales en el Producto Bruto Interno (PBI).
“Es una recesión puntual, pero mitigable con una serie de acciones que el Poder Ejecutivo viene ejecutando. Hemos enfocado intensamente un presupuesto para abordar la lucha contra la delincuencia y atender el fenómeno El Niño, el apoyo a las poblaciones vulnerables, la reactivación sectorial y regional”, insistió el ministro.
Perú, que en los últimos tiempos había estado a la vanguardia en América Latina e incluso en el mundo en crecimiento económico, ha afrontado dificultades en el actual lustro, por factores que van desde la pandemia hasta la caída en los precios internacionales de los minerales, pasando por el conflicto Rusia-Ucrania y la permanente crisis política interna.
El gobierno, afectado por un rechazo popular que pasa en las encuestas de 80%, evitó usar la palabra “recesión” y optó por un discurso esperanzador al que el analista Carlos León llamó “optimismo idiota”, hasta que la caída en tres trimestres -0,2%, 5,4% y 0,2%, según fuentes oficiales- hizo imposible seguir con el ocultamiento.
En ese contexto de caída, la inversión privada disminuyó en hasta 13% y el desempleo subió en 0,9%, con lo que hay departamentos como Cajamarca, Huancavelica, Moquegua y Puno, en los que la desocupación pasa de 10%.
El ministro de Inclusión Social, Julio Demartini, admitió ya que la pobreza pasará de 30% por primera vez desde 2010.
El Ministerio de Economía mantiene para 2023 un pronóstico de crecimiento de hasta 1,1%, pero todas las agencias privadas de seguimiento coinciden en que la cifra será negativa, con entre 0,1% y 0,6%. Los años de crecimiento de hasta dos dígitos quedan por ahora en el recuerdo.
Según el semanario Hildebrandt en sus Trece, el Ministerio, además de distribuir el dinero del crédito suplementario en diferentes sectores, apunta a cinco proyectos para reactivar:
Para algunos analistas, eso será sin embargo insuficiente si no se recupera la presencia del sector privado: “Sin una señal clara del más alto nivel de gobierno de que se apoyará a la inversión privada, esta seguirá languideciendo”, dijo Miguel Palomino, director del think tank liberal Instituto Peruano de Economía.
Palomino recordó, en ese marco, que Boluarte “despotricaba” de la inversión privada cuando era vicepresidenta y ministra de Inclusión Social del destituido mandatario Pedro Castillo, lo que supuestamente genera resquemores.
Pero otros expertos discrepan. Según el exdirector del Banco Central de Reserva Oscar Dancourt, “no hay ninguna economía que en las crisis de 2020 o de 2008-2009 haya salida de la recesión porque la inversión privada aumentó debido a que el gobierno le dio más confianza”.
“Todos los países han aplicado una mezcla de política monetaria y fiscal expansiva. Baje usted la tasa de interés, aumente el gasto público y haga transferencias de dinero a las familias y las empresas”, planteó Dancourt en Hildebrandt en sus Trece.
Las transferencias directas, al igual que las inversiones por parte del Estado, están dentro de los planes de Contreras, de los que se deben conocer más detalles en estos días: “El reto serio es cerrar la brecha de infraestructura y eso va a cambiar el próximo año con nuestro presupuesto”, anticipó.
“Vamos a impulsar decididamente las inversiones, la reducción de la informalidad. Nuestro objetivo central va a ser que el próximo año se reduzca la pobreza”, insistió Contreras, quien suele culpar de mucho de lo que ocurre al gobierno de Castillo, a pesar de que él era viceministro de Economía en ese tiempo.
Con El Niño al acecho, la economía peruana está en su momento más difícil en mucho tiempo. El fenómeno suele impactar negativamente y ahora encuentra al país con los problemas potenciados y con incertidumbre en los liderazgos. “Toda esta situación es producto de lo que este gobierno ha acelerado”, asegura Vásquez.