En un tramo de la entrevista Pedro Saborido se pone serio. “Indignarse no sirve para nada. Ocuparse sirve”, sentencia. Cita a Gramsci y rescata “el pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad” para aludir al momento actual. No quiere hablar de Milei. Cree que es “tóxico” hacerlo, y también que hay un “problema” en el hecho de estar hablando todo el tiempo de eso. Una especie de “morbo”. En calidad de anfitrión el guionista estará presente en la Kermés 2037, que regresa este domingo a Caras y Caretas (Sarmiento 2037), a las 18, combinando shows de humor, música en vivo, juegos y atracciones. En esta nota con Página/12 da detalles de esta singular propuesta, habla del relanzamiento de su libro de peronismo y de un proyecto de película actuada por Diego Capusotto.
La Kermés
“Es domingo y tu alma lo sabe”, dice para graficar el espíritu de la feria de humor que ideó con Marcelo Melingo y Horacio David en 2019. “Es en ese horario que todos estamos de acuerdo que no es el mejor de la semana. Buscamos generar un espacio que por lo menos te entretenga hasta las 10 de la noche como para ir a dormir o tener sexo“, remata el humorista.
El espíritu de la Kermés es “poner los domingos como un día que podemos afrontar desde el humor”. “Es mezclar artistas para que se mezclen los públicos. Viene gente que conoce a alguno, que no conoce a ninguno, a la que le gusta la idea o porque convoco yo. Al principio tiene un buen rato para jugar. Después, hora y media, dos, de teatro, música y de vuelta a la noche a pelotudear un poco. Es una feria, algo que se relaciona con estar juntos. La gente necesita mezclarse, le gusta”, describe el escritor. “Puede tener la certeza de que algo le va a gustar. Vas a una feria porque hay de todo. El concepto de la varieté también es eso: algo de ahí te va a gustar y lo que no te gusta sabés que no va a durar tanto como para no poder soportarlo”, completa. Este año ya se hicieron dos temporadas de este formato, en cada estación.
Saborido aporta una charla de apertura, en calidad de “anfitrión”, rol que para él cumple “quien convoca pero hace menos”. “No me gusta decirle monólogo”, aclara. “Son 15 minutos. Las voy cambiando, repito alguna. A veces hablo de peronismo, a veces de religión, de entretenimiento y humor”, cuenta.
Desde las 18 en la terraza-bar de Caras y Caretas habrá metegol, tejo, dardos magnéticos, exhibición y desafíos de ping pong, La Gitana y la rueda de la Fortuna, magia de mesa, murga y percusión. A las 19 en la sala recibirá al público el anfitrión para dar lugar a diferentes artistas cada domingo: este y el 1° y 8 de octubre estarán Bla bla y Cia, Los Sutottos, Ximena Banús, Axel Krygier y Tetsuo Lumiere; 24 de septiembre y 15 de octubre será el turno de Bla bla y Cia, Tenaza, Banús, Krygier y Lumiere. A las 20. 30 sigue la fiesta de primavera en la terraza, con más música, bar y comidas.
“Cuando uno supone que podría tener todo el entretenimiento en casa la experiencia de lo presencial es fuerte. No sé si todavía es el efecto pospandemia, quizá ya haya pasado, me parece que nos vamos olvidando de eso. Hay una necesidad de salir, caminar, cambiarse el entorno a uno. Cambiar el entorno te renueva: uno es más entorno de lo que supone”, reflexiona el guionista de Peter Capusotto y sus videos y autor de libros como Una historia del peronismo (Planeta). Por estos días tiene la agenda completa, con la radio, la escritura de más libros y un guión (ver aparte), charlas con los creadores de The Walking Conurban (hay una el jueves 21 en Caras y Caretas), las que comparte con Rep -Pedro habla, Rep Dibuja-, con Daniel Santoro y Adrián Lakermán, y la lista de actividades sigue.
-En el contexto social, económico, político que estamos viviendo una propuesta como la de la Kermés, o el arte en general, son algo así como refugios, ¿no?
-Sí, si bien no sé si termina de ser la solución… siempre en el caso del humor es algo que acompaña, te da una oportunidad de respirar. No soluciona: ayuda. Más en estos momentos, y más un domingo. Tampoco hay que sarparse. Hay que ser siempre gramsciano, con el pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad. No se puede negar ni subestimar la situación, que es difícil, pero también hay un momento en que uno quiere tomar una distancia emocional para recuperar entusiasmo y ocuparse, en vez de preocuparse.
-¿El contexto se mete en la Kermés? ¿Lo llevás a las palabras de apertura?
-No desde un punto de vista de hablar siempre de lo mismo, sino mirándolo con un poco de distancia. No hago un monólogo político, en todo caso hago algo que tiene una distancia de época. No voy a hablar de lo que salió en el diario ayer ni hablar de lo que todos suponemos que vamos a hablar. En todo caso lo rozo o paso por ahí. Más que ponerme a hablar del momento social, la política, la actualidad, trato de pensar qué nos pasa a nosotros con lo que está pasando. Siempre con Diego (Capusotto) lo hicimos. Nunca hablamos de lo que pasa en el diario, siempre hablamos de lo que nos pasa a nosotros con lo que pasa ahí afuera. Lo que nos pasa a nosotros y a vos. No lo que leés. Lo que leés pero desde tu metro cuadrado de vida, lo que está ahí, alrededor tuyo.
-Por eso las cosas que hicieron con Diego siguen tan vivas…
-Son más de época. Quizá dentro de 30 años sirvan para ver cómo se vivía en esa época. No porque sea un estudio sociológico, sino porque simplemente (los programas) están hechos sobre la base de la época, no de las noticias.
Ocuparse
-Y entonces… ¿cómo estás viviendo este momento? ¿Cómo lo estamos viviendo?
-Yo lo estoy viviendo ocupándome y tratando de que no me ganen ni la desazón ni la angustia, ocupándome de ver qué puedo hacer para ganarle a esa angustia. Trato de vivirlo de una manera en que no me derrote. No me quiero derrotar antes de perder. No pienso perder. Tampoco niego que está la posibilidad de que ocurra, pero quiero ganar. Y para ganar tengo que creer primero que lo puedo hacer, sino no podés hacer nada. La creencia no asegura que algo suceda pero es necesaria para que algo suceda. La no creencia sí es absolutamente eficiente. Si cada uno de alguna manera lo único que hace es suponer que (el resultado) es un hecho fatal no lo podés modificar. Yo no creo que sea fatal: creo que se puede modificar. Si no, listo, me retiro. Me voy a mi casa, ya está.
-¿Los resultados de las PASO te sorprendieron?
-Claro, me sorprendí, por supuesto, es preocupante. Lo que más me preocupa es que gane. Todo me preocupa. No estoy con detalles en ese caso. Pero si es la preocupación, es la ocupación. Indignarse no sirve para nada. Ocuparse sirve. El problema es que no podemos dejar de hablar de Milei. Es el regodeo del regodeo del regodeo; la máquina de indignarse. Es tóxico. Es parte de lo que provoca. No es que provoca nada más algo bueno para los seguidores: provoca algo malo para los que no lo siguen. Hay un exceso de información. Mucha gente se da máquina y empieza a tener un morbo sobre la idea de que va a perder. “Ay cómo va a ser esto, me voy del país…”. Pará boludo, sos mi tía hijo de puta, media pila. Y claro… así perdés. Listo, correte porque me hacés perder.
-En una entrevista de hace unos meses hablaste del humor de los ’90. De cómo entonces los humoristas cuestionaban a todos los políticos. ¿Qué pasa ahora?
-Hay gente que hoy también lo hace. Estamos encerrados en algoritmos: los que miran a Nik miran a Nik, los que miramos a Rudy y Daniel Paz miramos a Rudy y Daniel Paz, y hay un montón de gente a la que no le gusta ninguno de los dos. Antes había una decepción, una relajación, ahora hay que tener cuidado porque hay que criticar la política sin odiarla. Porque empezás a odiar la política y después empezás a odiar la democracia. Criticar, cambiarla, perfeccionarla… para que no exista la antipolítica, sino la crítica a la política. Entender que hay mucha gente que no se siente representada por la política, y no por eso es estúpida. Si aceptás que hay gente que es estúpida no podés hacer política. Mirá lo que nos pasa ahora… estamos todos cagados en las patas. Eso es por subestimar. Por no ver. Siempre hubo un desprecio. Después, cuando te están por ganar te agarra el cagazo. ¿Ahora te fijás porque estás por perder? ¿Ahí te fijás? Hay que aprender a ser un poco más humilde, y no suponer que toda persona que no piensa como vos es idiota. Habrá que ver cuál es la responsabilidad de uno para que no sean así, como querés vos. Pero resulta que cada uno tiene su historia. No quiero decir “fue este o el otro”; no es momento de señalar. Es algo que nos pasó a todos y tenemos que cambiar entre todos. Ya está, lo que fue fue, ahora la pregunta es cómo vuelve a ser de otra manera, como nos guste más a nosotros. Hay que salir de la catarsis, del diagnóstico -no quiero hacer metáforas médicas-, y pasar a ocuparse. Si no nos mata. Nos vamos a morir de comentaristas.
El relanzamiento de Una historia del peronismo
-¿Por qué el relanzamiento de Una historia del peronismo?
-En este momento empezó la gente a pedirlo de vuelta, no sé si por las elecciones o por el momento que está pasando el peronismo. Empezó a aparecer la necesidad. Estaba agotado una vez más, se reedita y vuelvo a presentarlo de acá a fin de año. Hice el libro de capitalismo (Una historia de la vida en el capitalismo) también que, de alguna manera, tiene que ver. Los dos modelos. Qué pasa con el capitalismo y de pronto revisar de vuelta lo del peronismo. Y del de peronismo mucha gente me empezó a hacer preguntas en las charlas, a volver a comprarlo, porque veían de nuevo cosas como este peronismo que se vuelve a revitalizar, cambiar o tomar forma según su contexto. Es un libro que se escribió en el 2018, después de perder con (Mauricio) Macri y antes de que ganara el Frente de Todos, y de alguna manera siempre tuvo un lugar de revisar esa época, mirarnos cómo son los peronistas, ver esas transformaciones que va teniendo, los estados de ánimo, cómo se potencia, cómo se une cuando aparece un enemigo común. La gente me dice que vuelve a tener vigencia el libro. Para muchos es como un libro de autoayuda: implica reconocerse, ver la identidad, reforzarse, entonces aparece de vuelta, casi como que lo volvés a leer de otra manera porque cambió el contexto. Cuatro años después el mismo libro tiene otro significado.
-¿Qué significado le das vos a relanzarlo?
-Volver a revisarse, no enceguecerse con la propia identidad. Uno a veces se puede quedar encerrado, no ver las cosas, negar. Cuando el peronismo se divide, se reduce y no amplía, es cuando peor anda. Este libro tiene algo de una época de volver a tomar fuerza. Y es como mirarse a sí mismo. Un libro hecho desde un tipo que no es un peronista básico, clásico; no sé tanto, no soy como Santoro… soy un cristiano medio comunista y hippie, al que el peronismo lo ha recibido bien. Y que ha tercerizado el cambio del mundo. Todos los cambios que tenían que hacer el comunismo, el hippismo y el catolicismo los hace muy bien el peronismo, así que vamos a acompañar eso. Cuando el peronismo pierde el diálogo y habla más de lo que escucha pasan estas cosas.
-¿Cuáles son hoy los desafíos del peronismo?
–Volver a ser una mayoría. El peronismo tiene modales de mayoría y no lo es en este momento. Porque si es mayoría es porque hace las cosas bien. Este es un momento donde prefiero buscar una de las hermosas frases de Perón que decía “no es que nosotros seamos buenos sino que los otros son peores”.
-¿Y qué es hoy el peronismo?
-El peronismo es necesario para seguir representando y seguir estando como garantía de mejorarle la vida a la gente. Si la gente no cree en el peronismo el peronismo no existe, y para que la gente crea le tiene que mejorar la vida. Acá un montón de gente le está diciendo “no me la estás mejorando”. Listo. No tiene mucho misterio. El peronismo existe porque la vida mejoró, no porque se leían libros de peronismo. La gente no se hizo peronista por leer libros de peronismo. Se hizo peronista -en todo caso habrá aprendido de política con los libros- porque tuvo una vida mejor. El libro recorre toda esa sensación de religiosidad que para mí no es irracionalidad, sino que es apegarse a algo, valorar algo, agradecer algo que ha sido un milagro para mucha gente. No para muchos de los que vinimos después, que ya sabemos lo que es un aguinaldo o estamos habituados a los derechos. Pero pensá en la gente que por primera vez tuvo vacaciones pagas, u ocho horas (laborales), que pudo tener una bicicleta o que conoció el mar. Hay gente que no pensó que en su vida iba a tener eso. Ahí apareció el milagro, por eso San Perón, Santa Evita. No porque eran una manga de seres irracionales. Cambiaron la vida de verdad. Una persona conoce el mar y se puede hacer peronista. Yo conozco algún viejo… mi tío decía eso.
Película con Capusotto
La dupla Saborido-Capusotto ya trabajó para la pantalla grande en Pájaros volando y Peter Capusotto y sus 3 dimensiones. Ahora Saborido escribe el guión de una delirante historia de la mano de Orsai, la comunidad cultural creada por Hernán Casciari que viene desarrollando una serie de películas producidas con el método de la financiación colectiva. La tarea del guión es compartida con Amparo Aguilar y Bruno Luciani.
Según se puede ver en la página de Orsai, que va dando detalles del proceso, la comedia negra llevará el nombre de El rayo de arquímedes. Saborido no anticipa la trama; cuenta nada más que “tiene que ver con un atentado que ocurre durante la cumbre en Mar del Plata, un plan para atentar contra (George) Bush”.
“El guión está siendo solventado por los socios, que pueden ir siguiendo mucho de nuestro trabajo a través del streaming. Es una posible película. Como dice Santoro, una certeza anticipada. Vos tenés certezas anticipadas pero las tenés que terminar de hacer. Tenés que hacer todo para llegar hasta ahí, no viene solo. El plan primero es terminar el guión, a partir de ahí viene la segunda etapa que es que se consiga quién lo produzca o ver si se produce desde Orsai”, dice con cautela el guionista, entusiasmado con esta manera de trabajar. “Es otra forma. Es muy linda. Soberanía cultural. Se hace acá, se pinta acá, se hace desde una comunidad de gente que aporta, no estás viendo si aprueba un tipo de afuera, si a uno que está en Bélgica le gusta el proyecto o ha decidido que se produzca estos años por acá”.
Ante la pregunta por el regreso de Peter Capusotto y sus videos, responde: “En algún momento vamos a volver. En realidad, el programa no va a volver porque no se fue. Pronto habrá novedades”.
Las DemoGracias
Saborido aporta la voz en off a DemoGracias, un ciclo de la TV Pública que narra los sucesos más emblemáticos de los 40 años de democracia, con dibujos de Rep. Su director y productor es Santiago “Tati” García Isler y el guionista, Jorge Repiso.
-¿Qué sentido le das a este ciclo?
–Me parece que es algo que cae justo, mirá en qué momento caen los 40 años de democracia… es como si por estos 40 años la democracia se revisara a sí misma y viera un montón de cosas que no ha resuelto. La democracia económica no ha llegado aún, no la tenemos. Estamos revisándola, pero tampoco nos podemos hacer los pelotudos. La podemos festejar sin hacernos los boludos, lo mismo que puede pasar con el peronismo, no hacerse los boludos, no entusiasmarse y entender que cada uno vive en el país del que se entera. Darse cuenta de que hay gente a la que le están pasando otras cosas. Cada uno tiene distintas historias y le pasan distintas cosas, tiene distintas experiencias, a partir de ahí hay que estar escuchando y estar cerca, si uno quiere volver a ser mayoría y que la gente vuelva a confiar y amar la democracia.