“Ante cualquier gobierno que sea electo, la Iglesia no va a renunciar a reclamar los derechos de los últimos, porque esto sería traicionar el Evangelio”, afirmó el obispo Oscar Ojea en una entrevista difundida por la oficina de prensa del Episcopado y en la que el presidente de la Conferencia Episcopal aludió a la situación social y política del país y, en particular, a las próximas elecciones nacionales. En la misma ocasión, el obispo de San Isidro sostuvo que “el clima de violencia en las expresiones de los candidatos no ayuda a la paz social” y, sin mencionarlo de manera expresa, criticó a Javier Milei por haberse manifestado “con insultos irreproducibles y con falsedades” al referirse al Papa Francisco.

Con estas declaraciones, el titular de la Conferencia Episcopal pretendió dar respuesta -según lo dijeron oficialmente en el Episcopado- a algunas preguntas recibidas “consultando la mirada de la Iglesia en relación a la situación social del país y la campaña electoral”.

Ojea ratificó lo dicho junto a otros líderes religiosos el pasado 22 de agosto, con posterioridad a las elecciones PASO, en una declaración titulada “Por un diálogo responsable y comprometido”. En esa ocasión, la dirigencia ecuménica y religiosa más importante del país sostuvo en forma conjunta que “es imposible construir un país sin diálogo y con insultos, gritos y descalificaciones”.

Según Ojea, “en este tiempo de desesperanza y decepción que provoca la creciente pobreza en nuestro país me preocupa mucho que haya aparecido un clima de autodestrucción. Un deseo de que todo se desborde para caer en el vacío”. Y agregó que “esto es como una enfermedad social que anula todo horizonte y proyecto de futuro. Una suerte de auto boicot”.

Dijo también el titular del Episcopado católico que, de cara a todos los candidatos, a la Iglesia le preocupa en primer lugar, “el cuidado de la vida de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas” dado que “para nosotros la vida debe ser cuidada desde el inicio de la concepción, pasando por todas las etapas de su desarrollo hasta la muerte natural”.

En segundo término, siguió Ojea, “la opción preferencial por los pobres y excluidos” porque “para el Evangelio en ellos está presente Jesús”. Recordó también que “en estos últimos años les hemos pedido a todos los gobiernos un Estado presente, tanto brindando seguridad como garantizando la provisión de bienes primarios para la vida humana, en particular en los barrios más humildes, el respeto por las economías solidarias, y la creación de trabajo genuino y digno, ya que el trabajo es un auténtico ordenador de la vida”. Y saliendo al cruce de algunas críticas recibidas de dirigentes políticos, Ojea dijo que “esto no es hacer “pobrismo”. Porque –agregó– “pensarlo así sería desconocer todo el trabajo para la promoción humana que realiza la Iglesia buscando crear las condiciones para una vida más humana y más justa”.

En sintonía con el magisterio del papa Francisco, el titular del Episcopado dijo también que “es irrenunciable el compromiso con el cuidado de la casa común” porque “hay que combatir la crisis socio-ambiental que vive el mundo producida por el cambio climático que nos pone en riesgo como humanidad”.

Y haciendo nuevamente mención a la declaración ecuménica e interreligiosa del 22 de agosto dirigida a todas y todos las y los candidatos, el obispo subrayó que “es imprescindible que la libertad y nuestros vínculos sean vividos conforme al espíritu y a la letra de la Constitución Nacional como marco que guía acciones y decisiones”.

Preguntado acerca de si la Iglesia avala o critica a algún candidato en particular, el presidente de la Conferencia Episcopal afirmó: “Nosotros como Iglesia intentamos iluminar la conciencia de los fieles con los principios del Evangelio” y “ante un acto de enorme responsabilidad como es la emisión del voto respetamos la voluntad popular”. Por ese motivo, agregó, “no avalamos a ningún candidato en particular porque no es nuestra misión y no nos corresponde”, pero sí “expresamos principios que creemos puedan ser útiles para reflexionar el futuro de este pueblo que amamos y al que servimos”.

Para Ojea, la misión de la Iglesia “es pastoral y si bien enunciar esos principios puede incomodar, o los mismos candidatos expresar su desacuerdo, de ninguna manera renunciaremos a la vocación primera de anunciar el Evangelio con libertad”.

También hubo palabras en relación a las expresiones contra el Papa Francisco formuladas por el candidato Javier Milei y que motivaron una misa de desagravio por parte de los sacerdotes católicos que trabajan en medios populares. “Muchas veces el Papa Francisco se ha visto maltratado sistemáticamente por algunos medios de comunicación, esto ha contribuido a que se lo lea poco y a que se difunda menos su palabra y pensamiento, deteniéndonos en pequeñeces muy buscadas con mala intención por un sector de la prensa”, dijo Ojea y señaló que “en ese contexto también uno de los candidatos se ha expresado con insultos irreproducibles y con falsedades”. Recordó entonces palabras del obispo Gustavo Carrara en la misa de desagravio, oportunidad en la que apuntó que “el Papa es para nosotros un profeta de la dignidad humana en un tiempo de violencia y exclusión” y pidió “un respeto particular” para Bergoglio que también ostenta la condición de jefe de Estado.

Retomando el magisterio del Papa sobre la política, el titular del Episcopado apuntó que “en el capítulo V de la Encíclica Fratelli Tutti, Francisco nos habla de la mejor política”. Según Ojea, “para la doctrina social de la Iglesia la política es la más noble de todas las artes, como decía el Papa Pio XI y lo vuelve a refrendar el mismo Papa Francisco”, Porque, subrayó, “la vocación del político es transformar la realidad, hacerla más humana, para que las personas a las que sirve como político puedan desarrollar al máximo sus talentos y capacidades al servicio del bien común”.

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