Pintando soles y flores para transformar el dolor, nos invitaron las Madres a construir esta casa de la cultura y la memoria, casi como exorcizando el dolor desde la energía vital y comprometida del arte. Y así, donde hubo muerte hoy hay vida, donde hubo odio hoy hay lazos amorosos que construyen día a día desde la literatura, la música y propuestas educativas. El encuentro colectivo para la reflexión y el intercambio son los motores de este espacio cultural. Así seguimos el legado de las Madres: “Nunca más el silencio en esos muros. Nunca más el olvido”.

El Festival María Elena trae a la familia entera a disfrutar, a cantar, a bailar, a compartir y a construir desde la ternura, apropiándose del espacio y haciéndolo suyo con mantitas en las calles arboladas del Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos. El ECuNHi en este predio tiene nombre propio y es un símbolo fuerte a la hora de pensar en la resignificación de la ex Esma.

El arte transformador vino a librar una batalla profunda y derrumbó los muros del miedo y la infamia. Pero, sabemos, el camino es arduo y la lucha permanente. Como nos enseñó Hebe: “La lucha nunca es un rato”. Y debemos estar atentos y en alerta frente a la pretensión de aquellos que proponen retrocesos en la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, y que buscan romper los pactos democráticos logrados.

Aquí estaremos para seguir contando y rindiendo homenaje a la lucha de las Madres. Ellas iluminaron este espacio que hoy brilla con su capacidad de mostrarnos el mundo de otro modo, desde el amor revolucionario, desde la apuesta por recuperar los sueños y la esperanza. Sin dudas, con cada festival como el María Elena, el objetivo de las Madres está siendo cumplido y la vida ha sido plantada.

Este sábado, como desde hace 13 años, estaremos cantando a María Elena Walsh, una artista que es parte de nuestra memoria cultural y que traspasó generaciones y fronteras. Siempre que escuchemos su música podremos encontrarnos en el mejor recuerdo de infancia. Como las Madres, ella fue una revolucionaria cuya obra poética musical marcó a las y los cantautores y trovadores dedicados a las infancias.

María Elena nos define, nos habla de nosotres, nos conmueve y nos encuentra. Cómo no amarla y cantarla a viva voz. Ella es el espejo en el que queremos mirarnos para seguir cuidando el tesoro mejor: mucho, mucho, mucho amor…

*Directora Socio-Educativa del ECuNHi.



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