No me rompan 6 puntos
Argentina, 2023
Dirección: Azul Lombardía
Guion: Sebastián Meschengieser, Jazmín Rodríguez Duca, Alberto Rojas Apel.
Duración: 120 minutos
Intérpretes: Julieta Díaz, Carla Peterson, Eugenia Guerty, Salvador del Solar, Esteban Lamothe, Cecilia Dopazo, Alfonso Tort, Martín Garabal, Nancy Dupláa, Celina Font, Fito Páez.
Estreno: Disponible en salas.
Construida dentro de la tradición de la comedia popular, No me rompan tiene todo para convertirse en una de las películas argentinas más vistas de 2023. Desde un núcleo argumental simple, en el que se superponen distintos asuntos muy presentes en la agenda cotidiana, hasta un elenco de probada solvencia para el género humorístico. Pero también algunos recursos que si bien pueden resultar algo torpes o remanidos desde una perspectiva crítica, han dado sobradas pruebas de seguir siendo efectivos entre el público masivo.
La película se permite incluso cierto atrevimiento, apostando a contar su historia desde una perspectiva bien femenina, con un elenco donde los protagónicos y los principales roles secundarios recaen en las actrices. Y sin la participación de ninguno de los sospechosos de siempre (Darín, Francella, Sbaraglia, Peretti), cuya presencia les permite a los productores sostener la fantasía de que el éxito está más o menos garantizado. En ese sentido, Julieta Díaz y Carla Peterson, ambas de gran exposición televisiva e importantes trayectorias en el cine, tal vez se juegen acá la posibilidad de empezar a consolidar sus nombres dentro de esa liga de actores convocantes, por el momento solo integrada por varones (con la excepción, quizás, de Natalia Oreiro).
No me rompan utiliza el molde de la buddy movies, películas donde una pareja siempre despareja debe encontrar los lazos ocultos que la unen para enfrentar juntos un determinado conflicto. En este caso, dos mujeres que coinciden en un taller para aprender a controlar su enojo, luego de atravesar situaciones en las que lastimaron a otros. Una de ellas (Peterson) es una estrella de la televisión y la otra (Díaz) un ama de casa que lleva adelante su propio emprendimiento casero. Los primeros dos tercios de No me rompan son los más efectivos, con ambas actrices en plan desquiciadas, lidiando con las presiones que cualquier mujer debe afrontar para competir de igual a igual con los privilegios masculinos. Una en el plano laboral, la otra en el domestico.
La película logra poner en escena con gracia algunos de los reclamos del colectivo feminista que en la última década recobraron fuerza y visibilidad. Además, el argumento termina poniendo en el centro la cuestión de los peligros de los tratamientos de belleza invasivos, estableciendo un contacto inesperado con la realidad, a partir de la muerte de Silvina Luna. Desde esos dos elementos, el título de la película adquiere un doble significado. El más obvio alude a la expresión popular, pero en segundo término es también un pedido en línea con las consignas del #NiUnaMenos: Dejen de rompernos. Por desgracia, el final de No me rompan apuesta por un tono convencional que le quita fuerza y hace extrañar la irreverencia prosaica del comienzo.