El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reveló este viernes su plan para “el día después” de la guerra en la Franja de Gaza, cuyos principales puntos son la desmilitarización del territorio, que su seguridad dependa de Israel y que la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) no tenga cabida. EE.UU. tomó distancia de la propuesta que fue inmediatamente rechazada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
El plan de Israel
En un documento presentado al gabinete de guerra para su aprobación y publicado por la Oficina del Primer Ministro, Netanyahu recordó los objetivos a corto plazo: destruir las capacidades militares y la infraestructura gubernamental, tanto del grupo islamista Hamas como de la Yihad Islámica, liberar a los rehenes e impedir que Gaza vuelva a ser una amenaza.
A mediano plazo, esto implicaría que en la Franja de Gaza, Israel mantendría la libertad de operaciones militares sin límite de tiempo, con un perímetro de seguridad en la divisoria entre este segmento de Palestina y territorio judío, y un control israelí de la frontera entre Gaza y Egipto para evitar la reaparición de “elementos terroristas” en el enclave. “La Valla Sur funcionará, en la medida de lo posible, en cooperación con Egipto y con la asistencia de EE.UU., y se basará en medidas para impedir el contrabando procedente de Egipto, tanto subterráneo como aéreo, incluido el cruce de Rafah”, detalla el documento, que también dice que Israel mantendrá también el control de la seguridad sobre Cisjordania, mientras que habrá una desmilitarización completa en ambas para mantener el orden público.
Respecto a la administración civil y el orden público, estarían reguladas por funcionarios palestinos con experiencia administrativa, alejados de “países o entidades que apoyen el terrorismo y no recibirán pago de ellos”, aclara el documento, que anuncia un programa integral de lo que llama “desradicalización de las instituciones religiosas, educativas y de proyectos sociales” en el enclave, con la ayuda de otros países árabes. En ese marco, el plan contempla el cierre de la UNRWA, que sería reemplazada por “organizaciones internacionales de ayuda humanitaria responsables” sin dar más especificaciones, en medio de las críticas y presiones de las autoridades israelíes desde hace años contra esta agencia de la ONU.
Rechazo palestino
En respuesta al plan, Nabil abú Rudeina, portavoz del presidente de la ANP, recalcó que el objetivo de Netanyahu es “perpetuar la ocupación israelí de los territorios palestinos y evitar el establecimiento de un Estado palestino”. “Gaza sólo será parte de un Estado palestino con Jerusalén como capital. Cualquier plan en sentido contrario está destinado al fracaso”, sostuvo. “Israel no tendrá éxito en sus intentos de alterar la realidad geográfica y demográfica en la Franja de Gaza”, advirtió.
El Ministerio de Exteriores palestino indicó en un comunicado que la propuesta del primer ministro “es una maniobra escandalosa para entorpecer los esfuerzos internacionales y estadounidenses para lograr un acuerdo para detener la guerra y liberar a los prisioneros y los rehenes”. Y agregó que el plan demuestra la hostilidad de Netanyahu hacia la Autoridad Palestina y su rechazo al Estado palestino y las soluciones políticas al conflicto, así como su elección por las guerras y el ciclo de violencia para prolongar su presencia en el poder. Por ello pidió a EE.UU. y los países europeos que reconozcan rápidamente el Estado palestino e “inicien contactos para una conferencia internacional de paz que lleve al fin de la ocupación con el objetivo de que los palestinos vivan con libertad y dignidad en su patria”.
La palabra estadounidense
Desde Buenos Aires, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, afirmó en una rueda de prensa que su país no quiere ver una reocupación israelí de la Franja de Gaza ni una reducción de su territorio, aunque negó haber leído los detalles del plan del primer ministro israelí y dijo que prefería guardarse su opinión.
Cuando se le preguntó sobre el ataque del jueves cerca de un asentamiento israelí por parte de palestinos en Cisjordania, en el que una persona judía murió y otras ocho resultaron heridas, Blinken reafirmó el apoyo de Washington al derecho de Israel a la seguridad, la autodefensa y la lucha contra el terrorismo. Pero reafirmó “la posición de larga data de las administraciones estadounidenses, tanto republicanas como demócratas: los nuevos asentamientos son contraproducentes para lograr una paz duradera e incompatibles con el derecho internacional”. “Nuestra administración sigue oponiéndose firmemente a la expansión de los asentamientos. Desde nuestro punto de vista, esto sólo debilita –no refuerza– la seguridad de Israel”, insistió.
Mientras tanto, los ataques israelíes sobre la Franja se profundizan. La cifra de muertos subió a 29.514 fallecidos –en su mayoría mujeres y niños– y a 69.616 heridos, según el Ministerio de Sanidad gazatí. “La ocupación israelí cometió 10 masacres contra familias en la Franja de Gaza, resultando en 104 muertos y 160 heridos durante las últimas 24 horas”, precisó la cartera. “Varias víctimas siguen bajo los escombros y en las carreteras, y la ocupación impide que las ambulancias y equipos de protección puedan llegar hasta ellas” denunció, en referencia a unos 8.000 cuerpos que se estima siguen aún bajo las ruinas.
El gobierno de Gaza denunció también la muerte de otros dos periodistas en el enclave palestino por ataques israelíes, lo que eleva a 132 el número de profesionales de distintos medios muertos en la Franja desde el estallido de la guerra, el pasado 7 de octubre. “El número de periodistas mártires ha aumentado a 132 desde el inicio de la guerra genocida en la Franja de Gaza, tras la muerte de dos colegas periodistas”, asegura la nota oficial.
El comunicado identifica a los periodistas como Muhamad Tishreen Yaghi y Musab Abu Zayed. Yaghi, un fotoperiodista que trabajaba para distintos medios, murió junto a su familia en un bombardeo israelí contra una vivienda en el campamento de refugiados de Nuseirat. Abu Zayed, locutor y presentador de programas en la emisora de radio Holy Quran, pereció también junto a su familia en un ataque israelí contra una casa de la misma localidad.
El pasado 26 de enero, la portavoz del Sindicato de Periodistas Palestino, Shuruq Asad, denunció que Israel había matado al 10 por ciento de los periodistas de la Franja de Gaza. El Comité de Protección de Periodistas, con sede en Nueva York, registró en 76 la cifra de reporteros muertos en Gaza desde el 7 de octubre, y denuncia que Israel se sumó este año a la lista de países con más periodistas encarcelados, formada sobre todo por dictaduras.
Luego del anuncio del nuevo plan de Netanyahu, el colono y ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, anunció la construcción de 3.300 nuevas viviendas en tres asentamientos de Cisjordania, en respuesta al tiroteo mortal por palestinos que causó la muerte de un israelí en esa zona.
Smotrich, miembro del partido de extrema derecha Sionismo Religioso, dijo que Israel buscará la pronta aprobación para la construcción en los asentamientos, ilegales según la comunidad internacional, de 2.350 nuevas viviendas en Maale Adumim -cerca del cual se produjo el tiroteo-, 300 más en Keidar y otras 694 en Efrat.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina condenó “en los términos más enérgicos” el plan que describió como “una señal oficial israelí de anexión de Cisjordania, incluido Jerusalén Este, y de socavamiento de cualquier oportunidad para la formación del Estado palestino, así como un desafío flagrante a la legitimidad internacional”.
“Netanyahu presenta ideas que sabe perfectamente que nunca tendrán éxito”, declaró por su lado Osama Hamdan, un alto cargo de Hamás en Beirut.
La divulgación de ese plan se produce en momentos en que las negociaciones se intensifican para lograr una tregua de varias semanas en Gaza y conseguir la liberación de unos 130 rehenes. Una delegación de Israel encabezada por el jefe del Mosad (agencia exterior de inteligencia) viajó el viernes a París para seguir negociando ese acuerdo.