Miles de integrantes de la comunidad africanista participaron, junto a vecinos y turistas de la ciudad de Mar del Plata, en el homenaje a Iemanjá, la patrona de los pescadores, la familia y la fertilidad del culto yoruba.
En su edición número 40, la celebración se desarrolló el domingo, al igual que en los últimos 25 años, en la Playa Popular II, en el centro de la localidad balnearia, y la temperatura agradable permitió que una multitud participara en las ofrendas, los rezos y las danzas características.
La ceremonia se realizó como cada año el primer domingo de febrero, encabezada por el director del Centro de Estudios Africanistas Reino de Iemanjá Bomí, el babalorixá Hugo Watenberg.
Esta celebración se convirtió con los años en una de las más convocantes del verano marplatense, que en esta temporada se enmarca además en los festejos por los 150 años de la ciudad.
El homenaje a Iemanjá se inició con la tradicional procesión de los fieles con sus barcas de material degradable repletas de ofrendas y pedidos, formación que fue seguida por miles de personas, simpatizantes y turistas que se sumaron desde temprano en el playón lindante con el Hotel Provincial.
Una vez en la playa, se efectuó la bendición de las aguas, uno de los hitos de este rito ancestral.
Luego se formó la tradicional “Roda”, y comenzó el toque de batuques, con rezos y danzas a todos los orixás del culto africanista, alrededor del altar emplazado en la arena, presidido por la imagen de Ia mae Iemanjá.
Con la colaboración del cuerpo de guardavidas local, se ofrendaron a continuación las barcas, y la ceremonia finalizó con la suelta de fuegos artificiales insonoros que iluminaron la noche marplatense, previos al paso bajo el manto blanco de Oxalá, orixá protector que simboliza el cuidado de todos los presentes.
Tras el cierre de la ceremonia, minutos después de las 22, los fieles realizaron la limpieza de todo el sector de playa utilizado.
La edición del homanaje a Iemanjá en Mar del Plata es la segunda más convocante en el mundo detrás de la de Brasil, y reúne a representantes de ese país, y también de Cuba, Paraguay, Uruguay y de distintas ciudades de Argentina.
El culto a Iemanjá llegó desde África en los barcos “negreros” y se extendió sobre todo en América del Sur.
Protectora de los pescadores y de las familias en general
Iemanjá, muchas veces asimilada en el sincretismo religioso como Stella Maris, es la orixá del agua salada, protectora de los pescadores y de las familias en general, y ha sido honrada en canciones por Gal Costa, Caetano Veloso, Sergio Mendes y sobre todo por el escritor Jorge Amado en muchas de sus novelas.