El astrofísico francocanadiense Hubert Reeves falleció este viernes a los 91 años. Su hijo, Benoit Reeves, anunció la muerte en un mensaje publicado en Facebook. “Toda mi familia se une a mí en el dolor de tener que anunciarles que nuestro querido padre se fue para unirse a las estrellas”, escribió Benoit Reeves en la red social.
El gran divulgador de la ciencia, nacido en Montreal en 1932, fue conocido por su labor de divulgación del cosmos. Hubert Reeves fue un narrador magistral de la historia del Universo, la pasión de su vida, pero también uno de los más ardientes defensores del planeta azul. “Québec pierde hoy a un divulgador destacado, un astrofísico de renombre. Hubert Reeves supo encontrar las palabras que nos hicieran comprender la humanidad y el infinito. Hoy se marcha tal como llegó, cubierto de polvo de estrellas”, comentó François Legault, Primer Ministro de Quebec.
Contando la historia del universo
El científico con aspecto de druida galo tenía el arte de hacer inteligibles los fenómenos físicos más complejos, “para todos aquellos que estaban asombrados por el mundo”, como él. Tras haber trabajado para la NASA en los años 1960, siguió una carrera docente en Bélgica antes de ir a Francia, donde se convirtió en director de investigación en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) y asesor de la Comisión de Energía Atómica (CEA). Habiendo heredado el talento de narrador de su abuela materna Charlotte Tourangeau, que le hacía soñar cuando era pequeño contándole un sinfín de historias, decidió escribir un libro: Paciencia en el azul (1981) – para contar la historia del universo.
El éxito superó todas las expectativas y Hubert Reeves comenzó entonces una segunda carrera, como divulgador científico. Entre sus muchos libros, publicó polvo de estrellas en 1984 entonces Hora de emborracharse en 1986, El mar explicado a nuestros nietos (2015), o incluso La furia de vivir (2020).
“Mirar lejos es mirar temprano”
La astronomía es un tema complejo pero fascina a un público amplio, porque sabe cómo hacer accesibles sus pensamientos. Su frase “Mirar lejos es mirar temprano”, para evocar el espacio-tiempo, es un ejemplo de ello. Hubert Reeves, oficial de la Orden Nacional de Quebec, fue también compañero de la Orden de Canadá y comandante de la Legión de Honor de Francia. También en Francia, fue nombrado gran oficial de la Orden Nacional del Mérito en 2019.
El astrofísico recibió numerosos doctorados honoris causa, entre ellos los de las universidades de Montreal (1984), Berna (1989), Bruselas (1992), Ottawa (2004), Moncton (1991), Quebec en Montreal (2010) y Sherbrooke (2011). .