Las declaraciones de Javier Milei de ayer aumentaron el ruido en el mercado y tuvieron la intención de sumar leña a las expectativas de devaluación. “Jamás en pesos, jamás en pesos. El peso es la moneda que emite el político argentino, por ende, no puede valer ni excremento, porque esas basuras no sirven ni para abono”, dijo. No sólo ratificó su plan de dolarización sino que desalentó la renovación de los plazos fijos tanto de los ahorristas como de las empresas. Días antes había dicho que cuánto más alto esté el dólar, más fácil dolarizar. Para ello, la corrida sobre depósitos que impulsa es una movida en esta dirección.
El dólar blue comenzó la semana con otro salto de precios, marcando una suba de 60 pesos en la jornada y alcanzando un pico de 945 pesos. Milei realizó declaraciones incendiarias sobre el valor de la moneda local, ratificó que pretende dolarizar la economía y potenció la corrida cambiaria. La lógica detrás es la de impulsar el nivel de desorden antes de las elecciones. Sus dichos promueven el clima de incertidumbre, especulación y búsqueda de refugio.
En medio de estas fuertes presiones por una devaluación del dólar oficial, el Banco Central vendió reservas. Se desprendió de 70 millones de dólares en el mercado de cambios oficial y acumula intervenciones por 246 millones en octubre. La autoridad monetaria negocia para activar un nuevo tramo del swap con China que le permitiría sumar poder de fuego por 5000 millones de dólares.
El objetivo en el cortísimo plazo es evitar que el mercado fuerce un ajuste del tipo de cambio mayorista y otra aceleración de las tasas de inflación. Los ingresos de la población y la distribución quedarán marcados a fuego por el resultado de esta disputa sobre la devaluación del dólar oficial.
El discurso incendiario que comenzó a elucubrar Milei en los últimos días contrasta con las declaraciones que hacía a finales de agosto. Luego de las elecciones primarias, en la que sacó casi el 30 por ciento de los votos, había dicho que Juntos por el Cambio lo había tentado a hacer “reventar” el programa económico del Gobierno, y se había negado. “Yo entiendo que para los políticos ganar una elección sea importante, pero para mí, no es de cualquier modo. Quiero ganar las elecciones, pero de modo limpio. Juntos por el Cambio, con tal de conseguir un voto más, está dispuesto a arruinarle la vida a los argentinos”, había dicho en ese momento.
“Voy a dar un dato más, un economista de Juntos por el Cambio llamó a uno de los miembros de mi equipo de asesores para justamente hacer este bloqueo y hacerle reventar el programa al Gobierno con las consecuencias que eso tiene en términos de inflación, pobres e indigencia”, había agregado. A pesar de esto, con las declaraciones de este lunes parece estar promoviendo el descalabro.
En el equipo económico del Gobierno hubo una respuesta doble. Por un lado, el ministro de Economía y también candidato a Presidente, Sergio Massa aseguró que las declaraciones de Milei no afectan al sistema porque al libertario no le da la “nafta”. Sin embargo, se mostró crítico de la intención: “Poner en riesgo los ahorros de la gente por un voto no vale. Hay gente que le costó toda la vida. La Argentina ya vivió 2001″, sostuvo.
En el Banco Central difundieron un comunicado respondiendo a los dichos de Milei, pero sin nombrarlo. El texto lleva el título de “Argentina mantiene un sistema financiero líquido y solvente” y hace referencia a los datos del informe de estabilidad financiera que publica la entidad.
“El sistema financiero argentino presenta una sólida situación de solvencia, capitalización, liquidez y previsionamiento. La política monetaria desarrollada por el Banco Central procura mantener el poder adquisitivo de los ahorros a través de la remuneración de los plazos fijos, cuya tasa se define mensualmente, o con los plazos fijos actualizados por la inflación más una remuneración de 1 por ciento”, argumentó la autoridad monetaria.
Al mismo tiempo, la entidad monetaria agregó que el ahorro de los argentinos depositado en el sistema financiero está resguardado por un seguro de depósito y por el rol del Banco Central, que actúa como prestamista de última instancia. “La estabilidad del sistema financiero es un bien público que se ha mantenido bajo distintos gobiernos y su liquidez y solvencia garantizan que podrá responder ante eventuales situaciones de estrés”, cerró la autoridad monetaria.
Según el comunicado del Central, la solvencia del sistema financiero es auditada internacionalmente como parte de los compromisos asumidos por la Argentina con distintos organismos multilaterales. Por ejemplo, el sistema está sometido a las revisiones de nivel internacional del Programa de Evaluación del Sistema Financiero, la Revisión de Estándares y Códigos, el Programa de Evaluación de la Conformidad Reguladora y el Consejo de Estabilidad Financiera.