Construido en 1934 y nombrado El Mercado Abelardo L. Rodríguez, cuyo nombre se debe al entonces presidente del país, pretendía representar un nuevo ideal de mercado en la ciudad. Fue diseñado por el arquitecto Antonio Muñoz y presenta detalles de varios estilos arquitectónicos que estaban en boga en ese momento, desde el art déco hasta el nouveau y el barroco. El mercado se convertiría en el más grande de la ciudad, parte de los ideales vanguardistas que perseguía.

Sus puestos ofrecían una mayor variedad de productos que otros mercados, pero lo más importante es que incluía servicios adicionales en su interior. Se incorporaron al edificio una biblioteca, una guardería y hasta un teatro, para beneficio no sólo de los vecinos y compradores, sino también de los vendedores y trabajadores. Esta idea de atender a la clase trabajadora que atendía al mercado fue uno de los impulsos detrás de los murales que lo decorarían.

El muralismo y los principios socialistas se unieron para que Diego Rivera fuera el primer elegido para diseñar las obras de arte del mercado. Sin embargo, su apretada agenda hizo que sólo asumiera el papel de asesor y supervisor de muchos de sus estudiantes, quienes terminarían siendo los artistas que decorarían las paredes con grandes representaciones de agricultores, recolectores de frutas e incluso mineros, con la intención de resaltar el origen de los productos y los artículos a la venta.

El equipo de artistas estuvo integrado por estudiantes nacidos en México: Miguel Tzab, Pedro Rendón, Antonio Pujol, Roberto Mondragón, Raúl Gamboa Cantón, Ángel Bracho y Ramón Alva Guadarrama; además de artistas nacidos en el extranjero como las hermanas Marion y Grace Greenwood, Isamu Noguchi y Pablo O'Higgins. Sus pinturas cubren no sólo las paredes sino también los techos de los arcos abovedados que sostienen las esquinas del mercado. Dada la naturaleza vanguardista del mercado y la popularidad de su estilo artístico en esa época, el edificio llegó a ser muy apreciado.

La presidencia de Rodríguez no se dio por elección popular, sino que fue elegido como sustituto por el Congreso tras la renuncia del presidente Pascual Ortiz Rubio. A pesar de ser elegido como sustituto, Rodríguez ocupó el cargo durante más de dos años, hasta noviembre del año en que se inauguró el mercado que lleva su nombre. Durante este breve periodo, sin embargo, supervisó una serie de acontecimientos importantes para el país, desde la fundación de Pemex (Petróleos Mexicanos, la empresa petrolera del estado mexicano), hasta el cambio de la duración de la presidencia de 4 a 6 años, y la inauguración del emblemático Palacio de Bellas Artes.

Ahora, acercándose a su siglo, el mercado ha tenido una historia de constantes altibajos. Los terremotos han dañado las paredes cubiertas de murales, algunas tuvieron restauraciones extensas mientras que otras permanecen abandonadas a mediados de 2024. Un par incluso están ocultos por el momento, ya que los departamentos de patrimonio cultural de México los cubrieron con pintura blanca, supuestamente con la intención de usar esta capa de pintura como protección.





Fuente atlasobscura.com